SUPER RIVERA, EL HÉROE SELECTIVO
DAVID
BOLLERO
Albert Rivera
viaja a Venezuela para luchar contra las injusticias. Enfundado en su traje
naranja neoliberal, el líder de Ciudadanos no tiene claro si hoy le dejarán
entrar en el país iberoamericano, pero lo que sí tiene claro es que hay que
combatir a Maduro y, especialmente, al chavismo, sin distinguir sus aspectos
más positivos de los negativos. Hay que arrasar como Atila, demonizando todo lo
que se pueda al germen del nuevo socialismo, agitando así los fantasmas del
comunismo.
Rivera está
convencido de que su campaña electoral gana más peso e identidad en Venezuela
que en España. Eso delata que teme más a la convergencia de la izquierda Unidos
Podemos que a PP o PSOE. ¿Por qué? Sencillo, porque a lo único que aspira el
candidato de Ciudadanos es a conseguir los votos suficientes para ser el socio
clave que mantenga el bipartidismo en el poder.
De esta manera,
el superhéroe del Ibex 35 sólo ve injusticias en Venezuela y no en la propia
España, con el capitalismo que defiende, o en Europa. Su super-visión
neoliberal no acierta a detectar que buena parte de la pobreza que se da en
Iberoamérica viene dada por la especulación de las grandes multinacionales
alimentarias, que sus grandes defensores fácticos, esto es, el Ibex 35, son los
grandes defensores de los paraísos fiscales que no están únicamente en Panamá,
también en Luxemburgo gracias, en gran medida, al que ahora es presidente de la
Comisión Europea,. Jean-Claude Juncke.
El super-oído
de Rivera no oye los gritos de protesta masiva contra el TTIP, ese acuerdo
comercial negociado en secreto entre EEUU y la Unión Europea, profundamente
antidemocrático y que vendrá a demoler nuestras libertades civiles. Mientras
Super Rivera se enfunda su capa naranja en Venezuela, en Bruselas sus
eurodiputados votan a favor del TTIP o, incluso, de que se penalicen duramente
las filtraciones, esas que han descubierto, por ejemplo, los Papeles de Panamá.
Super Rivera es
selectivo. No es el único, porque está en disposición de montar la Liga de los
Neoliberales con otros superhéroes como Super (Felipe) González, otro cuyo
socialismo se ha vuelto tan selectivo que ya no es socialismo.
Quizás es que
ninguno de los dos son héroes, quizás son villanos.
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