¡VIVAN LAS CABRAS LIBRES!:
¡VIVAN!
MOVIMIENTO POR LA UNIDAD
DEL PUEBLO CANARIO
La Unión
Internacional para la Conservación de la Naturaleza considera especie invasora
aquella especie que tiene un impacto negativo en la biodiversidad, definición
que ha sido asumida por el Convenio de Diversidad Biológica.
Parque Natural del Teide
(Tenerife) y pocos años después su población se aproximaba al millar de
ejemplares. Aún vivía el antepenúltimo dictador del Estado español y el
fascista régimen obsequió a sus acólitos con el capricho de habilitar el Parque
Nacional Canario del Teide con ejemplares de caza mayor.
La longevidad del muflón es
de 10-20 años y su capacidad de incremento poblacional (número de descendientes/año)
1-2 por año. La edad de madurez sexual en los machos es de año y medio,
mientras que en las hembras son dos años.
Especies vegetales amenazadas
o extinguidas por la introducción del muflón:
Rosal del Wanche (Bencomia
exstipulata), Cabezón (Cheirolophus
mettlesicsii), Jarilla de las Cañadas (Helianthemum
juliae), Pico de paloma (Lotus
berthelotii), Cardo de plata (Stemmacantha
cynaroides), Rilla (Cerastium
sventenii), Tajinste (Echium auberianum), Pompón
de las Cañadas (Erigeron calderae), Hierba conejera (Silene Nocteolens), Garbancera
canaria (Cicer
canariensis).
Arruí
Por si no hubiera sido
suficiente con la introducción del muflón, en el año 1972 se procedió a la
introducción en la Caldera de Taburiente del arruí. La longevidad del arruí es
de 20 años (en cautividad), con una capacidad de incremento poblacional (No descendientes/año)
de una cría por año, siendo habituales los partos gemelares y más raros los
trillizos. La edad de madurez sexual es de 14 meses en los machos y 9 meses en
las hembras.
Especies vegetales amenazadas
o extinguidas por la introducción del arruí:
Rosal del wanche (Bencomia
exstipulata), Centaurea o cabezón (Cheirolophus
santos-abreui), Helianthemum cirae, Corazoncillo
o cienfuegos (Lotus pyranthus), Herdanera
(Teline Splendens), Rilla (Cerastium
sventenii), Cabezón negro (Cheirolophus
arboreus), Col de risco garafiana
(Crambe microcarpa), Tajinaste (Echium Gentianoides), Garbancera canaria (Cicer canariensis), Tajinaste (Echium wildpretii
trichosiphon), Lactuca palmensis, Tajinaste (Echium gentianoides).
¿Por qué el colonialismo introduce muflones
y arruis mientras asesina nuestras cabras?
Los cabildos
de Gran Canaria (Tamarán) y Fuerteventura (Erbani), instituciones gobernadas
por esbirros al servicio del más que rancio colonialismo español, la han tomado
con nuestras cabras, llegando al vil asesinato de las mismas, concretamente en
Tamarán y, curiosamente, mentando defender la biodiversidad, los muy rebenques.
En la actualidad, la
investigación científica se rige por el principio conocido como las tres erres:
Reemplazo del uso de animales
por técnicas que no los necesite siempre que sea posible, Reducción al mínimo
del números de animales utilizados y Refinamiento, asegurándose de que los
animales sufran lo menos posible. Por ejemplo, cuando se utiliza una rata en
una experimento científico que implique el sacrificio del animal dicho
sacrificio se realiza de la forma menos cruenta y dolorosa posible.
Paradójicamente los “sesudos” responsables del cabildo contrataron a verdugos
caprinos, francotiradores que dejan agonizando a los inocentes animales durante
un intolerable tiempo.
Nuestras
cabras llegaron a Canarias de la mano de los primeros pobladores, adaptándose
al territorio probablemente mucho mejor que algunos humanos, por utilizar un
término suave. El “Le Canarien”, escrito hace más de 700 años por los
esclavistas y genocidas Bethencourt y La Salle, dice textualmente hablando de
Tamarán: “Es un país lleno de grandes bosques y de pinos y abetos, de dragos,
de olivos, de higueras, de palmeras que producen dátiles y de muchos otros
árboles que producen frutas de diferentes maneras. Tienen trigo, habas,
cereales de toda clase, todo crece allí y son grandes pescadores y nadan
maravillosamente. Son hermosa gente y bien formados y sus mujeres son muy
hermosas. Están bien provistos de animales, a saber, cerdos, cabras y ovejas”. El
país presenta llanos y montañas y se puede ir cabalgando por todas partes, y se
hallan en cuatro o cinco puntos arroyos de agua dulce corriente, capaces para
mover molinos. Y junto a aquellos arroyos se hallan grandes boscages de
arbustos que se llaman ‘tarajales’, que producen una goma de sal hermosa y blanca”. “Están bien
provistos de quesos, que son sumamente buenos, los mejores que se conocen en
estas regiones y, sin embargo, están hechos solamente con leche de cabras, de
las cuales todo el país está lleno, más que ninguna de las demás islas; y cada
año se podrían coger 60.000 cabras y aprovechar su cuero y su grasa, de la cual
cada animal rinde mucho, por lo menos 30 o 40 libras. Parece mentira la grasa
que rinden, y también parecer mentira que la carne sea tan buena, mucho mejor
que la de Francia, sin ninguna comparación” (pp 165-8).
Fue el
médico francés Verneau el que, en su libro “Cinco años de estancia en las Islas
Canarias”, aseguraba en el siglo XVIII que El Hierro y Gran Canaria eran las
islas con mayor futuro debido a la abundancia de agua que poseían, directamente
relacionado con la abundante vegetación. De hecho hasta hace relativamente poco
tiempo eran frecuentes las postales de los Tilos de Moya con enormes cascadas
de agua.
¿Son las
cabras las responsables de la desertización de Tamarán? La destrucción y degradación de
Tamarán en particular y de Canarias en general se inicia tras la invasión
española con la expoliación económica del colonizado territorio. Es conocido
que el norte grancanario estaba ocupado por un densísimo bosque de 1aurisilva,
mientras que desde el pinar de Tamadaba hasta el sur (Arguineguín, Ayagaures)
se extendía el bosque de pino canario. Y el lentisco dominaba en el que fue
tambíén frondoso monte de este nombre, como consta en numerosas documentos de
los primeros decenios del siglo XVI. Una vez iniciada la colonización con el
establecimiento de los invasores, el aprovechamiento industrial del monte, la
roturación de tierras para la agricultura y la alteración del ciclo natural de
las aguas tendrán como resultado el progresivo retroceso del majestuoso bosque
original isleño. Los nuevos amos han terminado de realizar el trabajo, acabando
con el sector primario, interesadamente, para hacer más dependiente nuestra
economía si ello fuera posible, persiguiendo a nuestros agricultores y
ganaderas en vez de protegerlos como es su obligación.
Movimiento por la Unidad
del Pueblo Canario
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