NO DEJAR DE DANZAR...
DUNIA
SÁNCHEZ
No dejar danzar
con el ronronear del oleaje cuando la ventisca tétricas nos encausa por sendas
mal olientes. Disipar el disparo inoportuno cuando avanzas tras las praderas
infinitas de la belleza, del amor, de las deliciosas colinas embargadas en
silencio. Encasquillarse con el
resoplido de una mirada que te desnuda, que te absorbe como semilla que ha de
nacer en las travesuras del corazón, del corazón…Viva. Sí, viva en el forcejeo
con las rotas alas impulsoras de la libertad. Continuemos…continuemos en la
severa rectitud de un sol embriagador de sonrisas. Abracémonos…abracémonos cada
vez que nuestros ojos
aislados sean vertiente de la tersa brisa de las flores.
Por favor, color y color, tatúa mis sentidos con los valles endulzados de paz,
de armonía.
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