DETENLES...
DUNIA SÁNCHEZ
Amanece,
despiertan las aves que rondan los boscajes. El ahí, sobre un árbol ensimismado
en su quehacer jornada tras jornada. El sol viene y en el pie del árbol
alguien. Alguien desconocido para él , alguien lejano a sus pensamientos, a sus
costumbres, a su cultura. Lo mira y mira.
Xx: Yo aquí
meditando a medida que las nubes me envían esos mensajes cargados de saber. Sí,
sobre este árbol admiro la fuerza del viento que viene y que va a lugares
distintos. No sé por qué me miras, me examinas. Soy feliz, esperando que las
lluvias vengan para beber del agua que corre por las cascadas.
YY: Me es
extraño estas tierras. Vida radical a la mía. Estás ahí sentado aguardando lo
que te dice el viento, las nubes y yo sin embargo ando con la rapidez de estos
días que se me agotan. Sí, temo a la muerte. Una muerte que vendrá con cuervos
y cipreses sobre mí ser.
XX: Tú crees.
La muerte forma parte de la rutina de esta vida. Hay que fallecer para que los
espíritus dancen a través de las hogueras al anochecer. No, no tienes que tener
miedo. Solo, al sufrimiento. Para todos tiene que venir, su peso puede ser
ligero o hiriente pero viene. Viene arrebatarnos la carne que posa sobre
nuestra alma y hay que aceptarla quieras o no.
YY: Qué haces
ahí, me pregunto. Pasa y pasa el tiempo y permaneces en la misma postura,
vigilante, al acecho de algo.
XX: Los
espíritus me persiguen, me abrigan. Espero mi presa he de alimentar a mi gente.
No hay prisa. Mira, mira…humo.
YY: Será un
incendio.
Xx: ¿Tú crees?
No son los que como tu arrasan con el Dios naturaleza. Los animales huyen, la
lluvia huye y la atmósfera se intoxica. Tendré aguardar más tiempo. Espero que
no lleguen donde nosotros estamos, verdad Dios del viento ¡Llévatelos¡ Arrasa
con todo lo que nos destruye por el placer de rajar nuestra forma de ser. Aquí
sonrío. Allí no. Solo seremos emigrantes de nuestras propias tierras. Mejor
morir.
YY: Te
entiendo. Somos así, no nos damos cuenta. Pensamos que nuestra vida es la ideal
cuando no es así. Qué pena me das. Siento llagas en mi corazón que nunca
cicatrizarán. Me marcho. Te dejo a ti y a los tuyos.
XX: Detenles
¡Páralos ya¡ Estoy cansado, estamos cansados. Nosotros nacimos libres y
queremos seguir libres. Sí, libres como las aves que se posan en las ramas de
estos árboles. Detenles ¡Páralos ya¡ Ay sol que habitas sobre mi cabeza diles
que se vayan, lejos, muy lejos sino la muerte de mi pueblo. Quiere ver mi gente
crecer, así, desnudos con las corrientes de los ríos cazar el auge de la vida,
danzar cuando la luna mece nuestras cabañas.
YY: Lo siento.
Son imparables. Son hijos de lo grotescos, seres oscuros de la nada.
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