ESPAÑEZUELA Y VENEZPAÑA
ANÍBAL MALVAR
Queridos
habitantes de Españezuela: os envío la presente para haceros una pregunta:
¿dónde estaría hoy en nuestro país un señor que osó secuestrar a un ministro de
Interior y Justicia, sacándolo de su casa a golpes ante la mirada de sus hijos
de seis y nueve años y su esposa? ¿Qué condena recaería sobre alguien que osara
aquí hacer lo mismo, secuestrando a Jorge Fernández Díaz ante los bellos e
inocentes ojos de su ángel de la guarda Marcelo? ¿Le llamaríamos preso de
conciencia?
Leopoldo
López así lo hizo en 2002, siendo alcalde de Chacao e instigador del intento de
golpe de Estado que intentó acabar con el régimen de Hugo Chávez durante
aquellas calendas. De aquella alcaldía salió inhabilitado por malversación, en una
sentencia que, es verdad, fue cuestionada por organismos tan irreprochables
como Amnistía Internacional. Más tarde, en 2014, fue instigador de una revuelta
en Caracas que se saldó con 43 muertes. Para hacernos entender, Leopoldo López
es el Arnaldo Otegi de la oposición venezolana. Con una diferencia: López fue
amnistiado por Hugo Chávez en 2007 por el secuestro del ministro, y pudo
proseguir su carrera política. Y además es multimillonario.
Los
vínculos de Españezuela con Venezpaña parecen evidentes. Tanto que empiezan a
apestar a colonización. No me extrañaría que, en breve, Nicolás Maduro pusiera
en marcha un procés independentista con sus plazos, sus esteladas y sus pitadas
al himno.
La
Razón dedicaba este viernes toda su página editorial a nuestro país vecino,
pero con parada en Granada. No la caribeña, sino la andaluza, que con lo fina
que se nos ha quedado la frontera atlántica se pueden confundir. La capacidad
de Paco Marhuenda para converger disyuntivas intelectuales no deja de
asombrarme. Aplaude el director planetario el viaje a Venezpaña de Albert
Rivera, pero añade que “su censura a Podemos debe ser refrendada con hechos.
Basta con que rectifique y ayude a cambiar el gobierno de ayuntamientos en los
que ganó el PP, pero que están gobernados por el PSOE con apoyo de la formación
de Iglesias gracias a Ciudadanos. Y hay unos cuantos, para comenzar Granada”. O
sea, la ciudad en la que se descabalgó al PP porque su alcalde y su concejala
de urbanismo fueron detenidos por corrupción. Detallitos banales que no deben
enturbiar nuestra percepción de los insignes sujetos que nos gobiernan como
dios manda, ¿verdad, Paco?
LAS
GUERRAS DE NUESTROS CEBRIANES
Asombroso
alumbra esta mañana El País. Se conoce que la final de esta noche los ha puesto
tan conciliadores que hasta suenan franquistas. En su segundo editorial,
Ganemos se encona, analiza las iniciativas del ayuntamiento de Madrid sobre el
asuntejo ese de la memoria histórica con vozarrón de memez histérica. “Algunas
iniciativas vinculadas a la memoria histórica se utilizan para aprovechar sus
contenidos emocionales y avivar así las fronteras ideológicas entre unos y
otros”, nos ilustran.
O
sea, que los 40 años de dictadura, abusos, corrupción y asesinatos han de ser
tratados sin contenido emocional. Como los papeles de Panamá, por ejemplo.
Quizá se olvida el diario de Cebrián de que lo emocional, a veces, es lo que da
contenido a la Historia. De hecho, los 140.000 desaparecidos del franquismo no
han vuelto a tener jamás emociones, que se sepa. Aunque a mí me gustaría pensar
que sí.
Prosigue
el editorial: “Lo que Ganemos explota así es una guerra cultural que busca
alimentarse de los viejos rencores del pasado”. Vale. Reduzcamos nuestra guerra
civil a “guerra cultural”, como dice el diario. Al fin y al cabo, parte de
razón lleva el argumento, pues una de las cosas en las que madrugó más el
franquismo fue en quemar libros y matar intelectuales: más cultural no pudo ser
esa guerra. Reclama El País consenso, y no reconstruir “las trincheras reales”.
¿Consenso en qué? ¿En intelectualizar un genocidio a golpes de olvido y de
corrección política? Intentémoslo con los nazis y avisemos a la Merkel y al
apolíneo Netanyahu, solo para ensayar. Existe una ignorancia llamada consenso y
una ciencia denominada Historia. Ponga el lector la equis donde más le plazca.
Adiós,
soberanía
Ataca
feroz estos días la oposición de Venezpaña a la oposición en Españezuela.
Nuestros vecinos de frontera (obviando esa excrecencia llamada océano
Atlántico), anuncian estos días la creación de una comisión mixta
parlamentaria, integrada por la Comisión de Política Exterior y la de
Contraloría o Tribunal de Cuentas, que va a analizar la horripilante
financiación venezolana de Podemos por parte del pajarito de Maduro. Y todos
nuestros periódicos de papel aplauden la iniciativa. O sea, los de Leopoldo
López y Capriles ponen en cuestión la independencia y capacidad de nuestros
jueces, que ya casi en media docena de ocasiones han archivado el caso por
delirante. El corta y pega youtube de Eduardo Inda está en sede judicial por
mentiroso, incluso. Y aquí nadie dice nada. Los millonarios venezolanos van a
juzgar a nuestros representantes electos y a nuestros jueces, y el patriotismo
español se regodea tan tranquilo. ¿Qué fue de aquello llamado soberanía
nacional? Quizá sea otra guerra cultural, esta con Venezpaña. Como aquella otra
de los muertos en las cunetas y tal. Alucino.
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