EL VERDADERO OBJETIVO DE LOS PAPELES DE PANAMÁ
POR: PEPE ESCOBAR
Y así terminan los papeles de Panamá, no tan dramáticamente
-como en el titular que quizá todos recordemos- “Putin esconde dos millardos de
dólares”. Aunque quejándose, todos están en cola para acceder a una prosaica
base de datos y así encontrar cerca de 320.000 entidades, fondos, fundaciones y
compañías involucradas en embellecer las finanzas de los ricos y poderosos.
El Consorcio de Periodistas de Investigación (ICIJ) financiados
por el magnate Soros, y cuyo estilo recuerda al de la NSA, no cumplió del todo
con la orden de echar tierra a las naciones BRICS seleccionadas y al peculiar
enemigo de los intereses y valores imperialistas, Mossack Fonseca.
Lo que queda para todos es tener la libertad de buscar los
nombres y direcciones de compañías en 21 jurisdicciones -incluidas Hong Kong y
Nevada en Estados Unidos. Sin embargo, no esperen ver números telefónicos y de
cuentas bancarias o correos comprometedores.
Panamá, el país donde nadie puede descargar el inodoro sin que
el Gobierno de EE.UU. lo sepa, es para los tontos. La verdadera élite conectada
(o lucrándose), incluso indirectamente, de los verdaderos maestros del universo
y la liquidez que proporcionan los modernos motores turbo del capitalismo,
utilizan conexiones a prueba de hackeo en Luxemburgo, las Islas Vírgenes, las
Islas Caimán, eso sin mencionar los blindados imperios ubicados en Delaware y
Nevada.
Los escenarios de ficción continúan prosperando; por ejemplo, el
mito de que los papeles de Panamá fueron filtrados por un fulano de tal, un
soplón “anónimo” que supuestamente contactó al diario Süddeutsche Zeitung y el
ICIJ con un mini manifiesto titulado “La revolución será digitalizada”.
Dicho fulano no es Daniel Ellsberg o Edward Snowden. Aparte de
la renuncia de Sigmundur Davíð Gunnlaugsson, primer ministro de Islandia y del
fondo extranjero que armó el padre de David Cameron, los papeles de Panamá no
arrojan nada extraordinario, solo los grandilocuentes titulares de los primeros
cuatro días que insistían en satanizar a los poderosos actores en Rusia y
China, en especial el presidente ruso, Vladimir Putin.
Todo el que esté familiarizado con los mecanismos internos del
turbocapitalismo sabe cómo los evasores de impuestos más ricos del mundo, en
este caso con la ayuda de Mossack Fonseca, andan por el mundo legalmente.
Claro, eso abre el camino para incontables posibilidades de fraude y/o lavado
de dinero ilegal.
El G-20 accedió a que los Gobiernos de cada Estado miembro deben
conocer quiénes son los verdaderos dueños de las compañías registradas en el
extranjero. Sin embargo, hasta ahora, la implementación ha sido insignificante
y el financiamiento turbo siempre sobrepasa la política parlamentaria.
Mossack Fonseca insiste en que toda la saga de los papeles de
Panamá “está basada en el robo de información confidencial”. El ICIJ, por su
parte, insiste en que esta divulgación se ha hecho en pro del “interés público”
como una “publicación cuidadosa de información corporativa” y no como un
“vaciado de información”.
Un sinsentido total, pues se trata de un vaciado de información.
En cuanto a la “información corporativa básica”, esto no prueba nada. El mismo
ICIJ, en el marco de la última publicación, explica que la aparición en la
lista de nombres de personas y compañías en particular, no implica en sí ningún
delito.
Para acceder ilegalmente a la información y filtrarla, el ICIJ
usó Nuix – un programa de computación australiano para la investigación forense
e informática. Sin embargo, las decisiones de los medios tradicionales sobre
qué se publicaría primero y cómo se editaría la información fueron puramente
políticas.
La opinión pública en todo el Sur inmediatamente notó la
ausencia de los estadounidenses. Por supuesto, al ser conocedores, estos usan
las Islas Caimán, las Islas Vírgenes, Delaware y Nevada, no usan Panamá. Sin
embargo, ahora el ICIJ tiene que recurrir a tontas excusas tales como “las
relaciones de trabajo de Mossack Fonseca con docenas de estadounidenses
vinculados a un comportamiento financiero inapropiado levanta dudas sobre cuán
sólido es el compromiso de la firma a seguir estándares internacionales para
prevenir el lavado de dinero y mantener compañías extranjeras lejos de las
manos de elementos criminales”.
Esto no tiene absolutamente nada que ver con “estándares
internacionales para prevenir el lavado de dinero”. Si se sabe cómo hacerlo, se
le podría preguntar a HSBC, o si se tienen los contactos correctos, puede uno
salirse con la suya.
De lo que esto se trata es de otro capítulo más de una intensa
guerra financiera intrasistemas. El hecho de que el ICIJ sea dirigido a control
remoto por Soros, la Fundación Ford y la misma CIA es toda una belleza. Y la
confusión (selectividad informativa) funciona de maravillas. Recordemos el
énfasis inicial en personajes del “eje del mal” tanto viejos (expresidente
Mahnoud Ahmadinejad) y nuevos (Putin, parientes de Xi Jinping).
Lo medular en este asunto es que la divulgación de los papeles
de Panamá no incomodó ni un poco al casino financiero mundial porque el sistema
(transnacional) necesita desesperadamente paraísos fiscales para evadir las
leyes nacionales. Lo que quizás podrán lograr los papeles de Panamá es eliminar
la competencia. De ahora en adelante, tu paraíso fiscal de cabecera debe estar
en jurisdicciones de Estados Unidos, el Reino Unido o los Países Bajos.
Nosotros controlamos todos y cada uno de los flujos financieros globales,
legales o de otro tipo. Atrévanse a desafiarnos y ya verán.
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