UNIVESIDADES CONTAMINADAS
LORENZO SORIANO.- Economista.
La
estrategia es de Gramsci, no la inventó Guerra aunque de ello presuma en la
semiintimidad.
El
comunista italiano, admirador de Maquiavelo, introduce y alumbra al “Príncipe
moderno”, un ente no una persona, el “partido revolucionario”. Para llegar al
socialismo socavando a la burguesía – decía-, sólo hay un camino, la creación
del “Intelectual Orgánico”, que domine a la sociedad civil. Dejando atrás el
ataque frontal que promovía Lenin y Stalin, y que costo muchas vidas, mucho
desprestigio y elevado coste económico y social, pero necesario en aquella
sociedad “primordial” de principios del 1900.
¿A
que les suena? Seguro que sí. A mi me
aterra. Ni en las más negras predicciones, seguramente “crispadoras”, se podría
adivinar hace 20 años que en tan corto espacio de tiempo, estos “Intelectuales
orgánicos”, también llamados
“experimentadores sociales”, habrían tomado al asalto todas y cada una
de las cumbres de la enseñanza, formación y lo que nos trae a colación, las
Universidades.
En
un plan trazado a conciencia, el abordaje y desalojo de los “tibios”, ha
concluido en todos los estamentos oficiales e Instituciones del país, pero con
mayor “violencia” y virulencia, en las Universidades.
Resulta
que lo más reaccionario y retrógrado de la sociedad Civil está encaramado a las
cúpulas de poder docente , adoctrinando e intoxicando, orientando y dirigiendo
de una manera totalmente partidista a los “formandos”, hacia una sociedad civil
dominada por sus teorías, conceptos, filias y fobias. Muchas de esas teorías,
casi todas, caracterizadas por unos estrepitosos fracasos, jamás reconocidos y
puestos en pié una y otra vez a ver si encajan.
Gramsci,
se olvidaba, o no tenía muy presente por la época en que vivía, de los medios
de comunicación aún en pañales. Hoy en día, la combinación de la contaminación
“intelectual”, y la mediática intoxicadora, el letal para la sociedad. Y lo que
es peor, establece divisiones peligrosísimas, al negarle la legitimidad, el pan
y la sal, a quien no comulgue con las fracasadas teorías, únicamente vigentes
en las mentes de los que quieren
rescribir la historia por no soportar los hechos tozudos.
La
estrategia de apartar, dividir, demoler y laminar, a la fuerza opositora capaz
de disputarle el poder y provocar una alternancia, es una locura que puede
llevar a situaciones extremas, sobre todo cuando se combina con una crisis
económica asoladora. Y aquí y ahora, está pasando.
Cuando
se está dispuesto a pactar y gobernar- con quién sea- incluso con quienes dicen
y presumen de no ser Españoles-, o como sea- con terroristas armados de igual a
igual con una negociación política-, por unas cuotas de poder capidisminuidas y
absolutamente entregadas a la satisfacción de quienes los sostienen, se entra
en una dinámica destructiva y diabólica. Y los nacionalistas afilando sus
cuchillos de comer.
Cuando
los reaccionarios rectores de la Universidades españolas, y de ahí abajo casi
todos, justifican cuando no aprueban- ya que no condenan- las agresiones a
quienes se acercan a dar su opinión, o a establecer coloquio siempre constructivo, o les impiden
violentamente manifestar sus opiniones siempre enriquecedoras como todo
contraste dentro de una línea de respeto a la legalidad democrática, es que se
ha llegado a la muerte social. Pensamiento único, Pravda, Gramma, líder
carismático, legitimidad moral, verdades indiscutibles, Guía de la Ortodoxia. Y
el Gran Hermano Orwelliano.
Estamos
más cerca de lo que parece, y sólo nos queda movilizar a los defensores de la
pluralidad, liberar a las Instituciones, fumigar los estamentos, desinfectar
las rectorías, y auditar a los emisores de índices y datos babeantes con el
poder y desorientadores de la realidad. Descontaminar, tarea nada fácil, pero
imprescindible.
A
reflexionar
Reflexiones
L. Soriano
No hay comentarios:
Publicar un comentario