DIVAGACIONES DE UNA
MAÑANA DE ABRIL....
DUNIA SÁNCHEZ
De vez en
cuando nos emancipamos de los horizontes marmóreos del silencio. Andamos por
puentes colgantes donde la caída al vacío puede ser la metamorfosis de nuestro
retumbar por las tierras aisladas de todo mal. A veces retrocedemos, nos
inmiscuimos en aguas pasadas donde la tempestad puede ser una grotesca
pesadilla que hemos de sobrevivir con el paso de las estaciones. Ahora cuando
todo parece ser composición de una nube en el alba nos damos cuenta de la
llamada a la verticalidad: columnas uniformes que amplia nuestra visión bajo
las estacas de antaño. Arrebatamos los sudores que por nuestro cuerpo desnudo
raspean y continuamos en el devenir de los soles. Anoche soñé, se podría decir.
Sí, soñar con la mano sutil acariciando cada brisa de los labios del destino.
Todo acaba, el frío se encoge y se expande la sonoridad de unas miradas que
parecen decir algo. Bienvenidas sean,
aquí estoy.
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