¡AY! QUE VIVOS SON MACRI Y
LOS EJECUTIVOS
EDUARDO ROTHE
No tomen a mal si digo cuan cansón resulta escribir sobre los
papeles de Panamá, el gansterismo de los Macri, su origen fascista-colonialista
italiano, el florecimiento de sus empresas bajo la dictadura militar, sus
relaciones con Licio Gelli de la Logia P2, con la CIA, con el MI6, con la
derecha regional y mundial, etc. Porque
nada de eso, sabido o intuido, impidió que millones de "enclarinados"
de la clase media y trabajadores descastados lo eligieran Presidente.
Además, Mauricio Macri se abanica con todo eso, porque cuenta
con el apoyo de Clarín (y ahora también de los medios oficiales), con
parlamentarios de derecha o tránsfugas, y con ese poder judicial prevaricador
que tan celosamente protege a la impunidad en Argentina. Está amparado, apoyado
y asegurado en su tarea abrir la puerta al neoliberalismo, para servir de
bisagra, bien aceitada, entre el Plan Cóndor y el Plan Buitre.
"El mundo nunca ha sido para todo el mundo / mas hoy al
parecer es de un señor / que en una escalerita de aeropuerto / cultiva un
maletín, pero ninguna flor".
Macri, un ejecutivo muy vivo, sabe que nada le puede pasar en un
país donde ha sido tan cuesta arriba castigar a los represores que de una
generación hicieron un osario. Macri es un vivo ejecutivo que cuenta con la
viveza boba, cínica y sobrada, de la mitad del pueblo argentino al cual por
siglos trataron de mal en peor haciéndole creer era mejor que otros pueblos.
¿Acaso los argentinos no sufrieron la experiencia del neoliberalismo, las
privatizaciones y el corralito? ¿Acaso no tuvieron que derramar sangre para
deshacerse de gobiernos sucesivos, al grito de "¡que se vayan todos!",
para poder alcanzar, con los Kirchner, la "década ganada" y ahora
perdida tan miserablemente? Mauricio Macri lo sabe, y sonríe.
"El mundo siempre fue de algunos elegidos / hoy es para el
que elige lo mejor / Dinámico y rodeado de azafatas / sacrificándose por un
millón, o dos. / Sonriente y afeitado para siempre / trajina para darnos la
ilusión / de un cielo en technicolor donde muy poquitos / aprenden a jugar al
golf".
Como a muchos ejecutivos que pagan por venderse, a Macri el
dinero le viene de cuna, porque su abuelo Giorgio se lo ganó en la cama de
Mussolini con empresas de construcción en las colonias del fascismo: Libia,
Túnez y Abisinia. La construcción y la política, pues en 1946 el nono Giorgio
era representante oficioso de la Cofindustria (patronal de la industria
italiana) en la fundación del 'Frente del Hombre Cualquiera', (Frente del Uomo
Qualunque, FUQ = 30 bancas parlamentarias y el 5% de los votos en las
elecciones constituyentes italianas de 1946) con el que la gran burguesía
defendía sus exigencias de bajos impuestos y no-intervención estatal, agrupando
a la más mediocre clase media bajo la bandera del individualismo indiferente
que reniega, o al menos intencionalmente ignora, el aspecto político de vivir
en sociedad; el partido del cada quien para sí y los demás que aguanten,
después de mí el diluvio del mundo. etc. versión política del tango
'Cambalache' que dio origen a más de una tesis que le atribuía al
'qualunquismos" analogías con la sociología criminal y la psiquiatría forense.
Los argentinos y argentinas que votaron por Macri no son una
derecha compacta sino espectadores y consumidores atomizados que nunca tuvieron
Patria Grande y ya ni patria chica tienen. Son los que daban vivas al cáncer de
Eva Perón y llaman "yegua" a Cristina Kirchner, una de las mujeres
más amorosas, admirada y admirable de la historia política de América Latina.
Son los pobres ahora cada vez más pobres de bolsillo y de espíritu que admiran
e imitan a los ejecutivos. Y al Ejecutivo Mayor, el más vivo, el Capo, Macri.
"Como él tiene de todo menos tiempo / nos aconseja por
televisión / ahorrar para tener estatus en la muerte / la eternidad en un
reloj. ¡Ay! Que vivos son los ejecutivos".
Pero lo interesante no es lo anterior, sino lo que viene, porque
los hechos son tercos y la bofetada es, decía Hegel, argumento filosófico
irreversible: estos tres meses de empobrecimiento acelerado van rompiendo el
sortilegio espectacular de Macri y aunque la secreta desilusión que viene con
el autoengaño no sea suficiente para convertir a sus hinchas en opositores, si
lo será para desanimarlos a la hora de salir en su defensa cuando la otra mitad
de la Argentina, la que trabaja y ama salga, como ya está saliendo, a decir
basta.
Y aunque Macri se abanique, repito, con media Argentina
empezando por las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo y sus mejores periodistas,
y aunque pretenda desaparecer a TeleSUR, su 'fly by wire' computarizado no es
garantía total: "No hay que olvidar el papel de la estupidez en la
Historia" decía Marx y la estupidez de Macri reside en que él es Capo,
pero no Capo di tutti capi: no ejerce la dictadura militar y le debe obediencia
a sus superiores extranjeros.
Y, salvo Fujimorazo, en esas condiciones no basta con ser vivo,
algunas veces hay que ser inteligente o sino, diría su padre Franco Macri,
"la recompensa no valdrá el esfuerzo". A Macri la vanidad le queda
chica y Argentina le queda grande, y de torpeza en torpeza ya va tropezando y
terminará por caer, sin duda alguna, cuando alzado el pueblo, para el Capital
deje de ser solución y sea problema. ¡Ay! Que vivos son los ejecutivos... pero
a éste Berlusconi criollo no le arriendo la ganancia a la hora del balance y la
rendición de cuentas.
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