LA LLUVIA
DUNIA SÁNCHEZ
La lluvia, me gusta. Enraizada a los huesos de los
caminantes de las estrellas. Nubes y más
nubes agotando la senda donde los alegres pajarillos aúnan su canto. Es temprano,
desperezarse en rigor de las almas que huyen de la grosera manifestación de las
armas. No sé, océanos de piedra donde se disecan las manos que añoran una
última oportunidad. Llueve y llueve mezcla de melancólica tonada a los evadidos
de las tierras siempre agarradas a la muerte y difusos relámpagos iluminado su
andar por los agrestes círculos de la vuelta. Llueve, yo aquí. Serpenteantes
ensueños que me enamoran con el paso de las estaciones. Por
instantes despierto y observo los pasos desgarrados, truncados de los
que con su balido son hijas de los montes. Ay, la vida…deformes mañanas que se
agiliza a lo tardío que llegan nuestras fuerzas. La lluvia, si, duelo por las
indefensas. No sé cómo me encuentro , solo, dilatando una vida en el
desequilibrio que jornada a jornada se extiende por esta orbe.
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