CARTA ABIERTA A CRISTINA PEDROCHE
BARBIJAPUTA
Cristina,
empiezo esta carta asegurándote que no encontrarás ningún ataque en ella.
Puedes seguir leyendo. Imagino que estarás harta de que se te juzgue por todas
y cada una de tus palabras y actos. Entiendo que es la parte negativa de ser
una persona con mucha relevancia. Esa parte negativa que, en otros famosos
hombres de igual proyección pública, nunca es igual de virulenta. La razón es,
sin duda, que vivimos en una sociedad machista. Una sociedad donde si alguien
se equivoca, tiene más o menos repercusión si es mujer u hombre. Y dentro de
ser mujer tiene, a su vez, más o menos repercusión dependiendo de su físico. A
las mujeres con un físico heteronormativo (que encaja a la perfección dentro de
los cánones de belleza establecidos para esta época y este país), las
equivocaciones van seguidas siempre de ataques misóginos como “cállate, que
estás ahí por tu físico, no por tu cerebro” y otras perlas. Las conocerás de
más, estoy segura. Yo misma las he visto en tus menciones y en las de muchas
otras mujeres.
Cada vez
que se te hace una entrevista, leo reacciones airadas desde todos los bandos.
Por ejemplo, cuando hablas de política y dices que “ser de izquierdas es querer
el bien para todos” (una verdad obvia, a mi juicio) se te lincha desde la
derecha con una misoginia que por supuesto no veríamos si esas palabras
hubieran salido de la boca de un hombre.
Yo,
personalmente, no estoy de acuerdo con muchas de tus afirmaciones, pero como
feminista que intenta practicar la sororidad, nunca te afeo el gesto. No por
condescendencia, ni mucho menos sino, de verdad, por simple y llana sororidad.
Pero la misma sororidad que hace que no quiera unirme a estos linchamientos, es
la que me trae hoy a escribirte esta carta. Sororidad para contigo y para con
todas las mujeres, en realidad. Y es a raíz de unas declaraciones que hemos
podido leer en una entrevista que te hizo El Mundo: “Que busquemos el bien
general y nos olvidemos de machismo, feminismo y su puta madre. Que nos
olvidemos de esas tonterías. Intentemos ser buenas personas olvidándonos del
género; que a mí me da igual si es hombre, mujer o perro”.
Mirar
para otro lado con una reflexión así no me parece nada positivo, no ya para el
feminismo, sino para mí como mujer. Escribirte e intentar hacerte ver dónde
estás equivocada, quizás sí lo sea. Y ojalá consiga, simplemente, hacerte
replantearte de nuevo el tema. Allá voy:
El
feminismo, como bien te recuerda Noelia Ramírez en esta columna de El País, es
lo que te ha permitido estudiar una carrera. El feminismo, también, es el
movimiento que ha conseguido que, siendo mujer, puedas votar a IU. El feminismo
no es la misma “puta mierda” que el machismo. El feminismo es el que pelea por
la igualdad de género desde hace siglos, mientras que el machismo es el que
acosa, humilla, maltrata y asesina a mujeres desde mucho antes.
Mujeres
como tú y como yo han muerto en la lucha feminista. No perdamos de vista esto
siempre que hablemos de feminismo: mujeres como tú y como yo han ido a la
cárcel, han sido violadas y han sido asesinadas por intentar conseguir derechos
de los que ahora tú y yo disfrutamos. En otros países, de hecho, siguen siendo
encarceladas y siguen siendo asesinadas por pelear por esos derechos.
En otra
entrevista dijiste: “No quiero tener que dar más explicaciones, así que supongo
que lo que tendré que hacer es medir más las palabras y convertirme en la chica
políticamente correcta que parece que queréis que sea. Nada de diversión ni
ironías en las entrevistas”.
Para
nada. Lamentablemente, es precisamente hablar de feminismo y declararse
feminista lo que hace que se te considere políticamente incorrecta. ¿Te
imaginas cómo debemos de estar actualmente, en pleno siglo XXI, para que el
simple hecho de nombrar la palabra maldita, “feminismo”, te lleve
inevitablemente a ser atacada y amenazada constantemente por hombres? Esto no
es algo que haya oído o leído por ahí, esto es el día a día de cualquier
feminista en las redes sociales. Las mujeres siempre somos acosadas en
Internet, ya tengamos millones de seguidores o sólo unas decenas. Hay chicas
que han tenido que cerrar su cuenta y olvidarse del ciberactivismo debido al
acoso y a las amenazas.
Nadie te
pide que dejes de ser irreverente, que hables lo que te venga en gana, que
digas lo que te apetezca. Pero creo que si tomaras consciencia feminista, no te
apetecería de ninguna manera decir que conduces “como un chico” o que “las
mujeres siempre la lían en la carretera”. No te saldría bajo ningún concepto
decirle a un medio, sabiendo que te leerán miles y miles de chicas, que “ni
machismo, ni feminismo, ni su puta madre”.
Te
necesitamos en nuestro bando, Cristina, a ti y a todas. Y tú llegas a muchas
personas, unas que te odiarán sin más remedio, pero también muchas que
absorberán tus palabras y las interiorizarán.
Como feminista
y como mujer, sólo me cabe pedirte que reflexiones sobre esto. Aprecio que no
te hayas distanciado de la realidad del país y sigas votando a la izquierda, a
pesar de que económicamente ya no la necesitas. Entiendo que es porque eres una
de esas pocas personas que siguen teniendo empatía por los más desfavorecidos
independientemente de cómo haya engordado su cuenta corriente. Vamos, que no te
veo reflejada en la famosa frase de Paco de Lucía “yo fui comunista hasta que
gané el primer millón de pesetas”. Y por eso mismo creo que, de interiorizar el
significado de la lucha feminista, sentirás la misma empatía que sientes por
los oprimidos, por las mujeres que se quedaron por el camino, por las que
siguen peleando y por las que el machismo continuará matando cada año. Confío
en que en algún momento, las declaraciones que cabrearán a todos no serán sólo
las que hagas hablando bien de la izquierda, sino también en las que
reivindiques la necesidad del feminismo. Y ahí estaremos las demás, para
sentirnos orgullosas porque sentimos que avanzamos, que cada vez se nos tiran
menos piedras desde nuestro propio tejado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario