SILVIO RODRÍGUEZ: `ESPERO QUE CUBA JAMÁS PIERDA TODA LA DIGNIDAD
CONQUISTADA´
POR
AZAHARA VILLACORTA -
EL COMERCIO DIGITAL
Silvio Rodríguez (San Antonio de los Baños, 1946), el gran trovador cubano,
el cantor de la Revolución, tiene un blog en el que desea:«Quiero el hacha de
un brujo / para echarla en mi zurrón». Yjusto le pillamos saliendo de Bilbao
por la autovía del Cantábrico rumbo a Asturias «leyendo un libro sobre brujerías»
e […]
Silvio
Rodríguez (San Antonio de los Baños, 1946), el gran trovador cubano, el
cantor de la Revolución, tiene un blog en el que desea:«Quiero el hacha de un
brujo / para echarla en mi zurrón». Yjusto le pillamos saliendo de Bilbao por
la autovía del Cantábrico rumbo a Asturias «leyendo un libro sobre brujerías»
e inmerso en una gira que este domingo trae a Gijón (20 horas, Palacio de
Deportes)a este chamán de los sentimientos vueltos canción y magia.
Dice que las
entrevistas son como una sesión de espiritismo. ¿Cómo se siente en esta?
Pues un poco oscilante por los vaivenes de la
autovía, pero con las antenas listas.
Le damos entonces la
bienvenida a Gijón. ¿Cómo será este concierto?
Llevamos un espectáculo sonoro muy bien equilibrado
entre lo nuevo y lo viejo, con una variedad tímbrica inédita. Y es que
andamos con dos grupos musicales: un trío de trova y maderas, y un cuarteto
de jazz, incluso con vibráfono.
¿Tiene alguna
conexión especial con Asturias?
Cuando llegué a La Habana con mi familia, en 1950,
vivimos sobre el bar de un asturiano llamado Aurelio. Un hombre muy decente y
trabajador que tenía unas hijas preciosas. Nos familiarizamos mucho con
ellos. También recuerdo haber estado en Gijón y que comimos junto al mar.
Viene de hacer una
gira por los barrios cubanos. ¿Qué ha aprendido de ella?
En septiembre cumpliremos seis años de gira.
Acabamos de anunciar el concierto número 74 para el 27 de mayo próximo. He
aprendido que, a veces, uno comienza algo pensando que espiritualmente está
dando y, de pronto, siente que recibe más de lo que da.
¿Hacia dónde
transita Silvio Rodríguez?
En lo artístico, trato de que lo que hago se parezca
a lo que imagino. Eso es difícil y cuesta trabajo, aunque los músicos amigos
también ayudan. En lo personal, es parecido: trato de parecerme a la persona
que tengo en mente.
¿Piratea o lo
piratean?
En cierto sentido todos pirateamos y somos
pirateados, pero eso es normal, nadie nace sabiendo.
¿Cómo lleva el paso
de los años?
Supongo que mejor que como el paso de los años me
lleva a mí.
¿Ha encontrado ya a
su unicornio azul?
Acaban de dar la noticia de que hace unos 30.000
años existían unicornios en Siberia. Acaso azules de frío.
Nunca le han gustado
los espejos porque «dicen que la muerte presume», pero, si de casualidad se
mira, ¿qué ve? ¿Está a gusto en su piel?
Yo he sido una persona con mucha suerte, en ese
sentido no es una mala piel.
Asegura, eso sí, que
no pagaría por verse a sí mismo. ¿Qué concierto pagaría entonces por ver?
Acabo de ver, gratuitamente, a The Rolling Stones en
La Habana. Hubiera pagado por ver a The Beatles.
Dice la Wikipedia
que ha escrito al menos 548 canciones. ¿Lleva la cuenta?
No llevo cuenta, pero creo que he escrito más.
¿Cuál le hubiera
gustado escribir? ¿O la mejor está siempre por llegar?
Hay muchas canciones maravillosas, y no lo digo
pensando en las mías. Tampoco sé si la mejor, de las mías, estará por llegar,
aunque es una buena apuesta esperarlo.
¿Y cuál es su tema
preferido de entre todos las que ha escrito si es que lo hay?
Sinceramente, no lo sé. Las canciones tienen poco
espacio y hay cosas que no son fáciles de decir en pocas palabras. Encontrar
una idea compleja resuelta brevemente entusiasma. Una vez me pasó con la
canción ‘Playa Girón’, cuando dice: «Si alguien roba comida y después da la
vida , ¿qué hacer? ¿Hasta dónde debemos practicar las verdades? ¿Hasta dónde
sabemos?…».
¿A quién admira
Silvio Rodríguez artísticamente? ¿E ideológicamente? ¿Es mitómano? ¿Y
creyente? Cuba se ha revelado piadosa en la visita del Papa Francisco…
Artística e ideológicamente, admiro a José Martí.
Tengo más afinidad con la desmitificación que con los mitos. Creyente soy:
creo en la capacidad para ser mejor del ser humano. El Papa Francisco es un
hombre piadoso y valiente, y eso despertó la admiración de los cubanos.
¿La inspiración le
suele pillar trabajando o tomándose un mojito?
La inspiración suele esconder sus llaves, aunque
Baudelaire fuera más optimista en ‘Los paraísos artificiales’.
Shakira ha versionado
‘La Maza’. ¿A quién le gustaría escuchar cantando por usted?
Ser cantado es el sueño común de los que escribimos
canciones. Siempre que ocurre es una sorpresa, parte de la magia de ese tipo
de suceso.
¿Por qué ha dedicado
su último trabajo a los ‘Amoríos’?
Siempre quise hacer un disco sólo con canciones de
ese tipo de amor.
¿Se ha visto
arrastrado por el amor muchas veces? ¿Le han tratado bien las mujeres o tiene
queja?
Cuando digo que he sido un hombre con suerte, quiero
decir que he sido afortunado en varias direcciones.
Su mujer es música.
¿Crean juntos?
Mi esposa es un gran músico, concertista. Además,
hace 18 años es profesora del Instituto Superior de Música. Ayudarme le
permitió adentrarse más en la música popular, lo que es una experiencia nada
desdeñable para un músico de formación académica. Empezó tocando lo que yo u
otros compañeros le escribíamos, pero actualmente desarrolla sus propias
ideas con total fluidez.
¿Se rodea de muchos
amigos o son escogidos?
Tengo muchos amigos, grandes amigos y amigos
escogidos (y que a su vez me escogen). La amistad es una de las fortunas
mayores que podemos gozar en la vida.
¿Y muchos miedos? ¿A
qué?
Creo que mi miedo más grande está un poco repartido
porque, pensándolo ahora, me parece que mi miedo mayor es que le suceda algo
malo a alguien que quiero. Y es que quiero a mucha gente.
A su compatriota
Leonardo Padura le gustaría ser Paul Auster para que no le preguntasen por el
régimen cubano.
Yo estoy acostumbrado a que me pregunten sobre Cuba,
incluso más que sobre mi trabajo. Las cosas son así.
¿Nunca pensó en
abandonar la isla?
Sólo una vez me preocupó que me empujaran fuera de
Cuba. Me acababan de botar del trabajo y quien lo hizo, como de paso, también
me expulsó de la Revolución. Yo iba caminando hacia mi casa y la preocupación
me duró cosa de un kilómetro. Allí me di cuenta de que nadie podía botarme de
mi país.
¿Cómo asiste un
cubano a la crisis económica de Europa?
Vivimos realidades muy diferentes. Ustedes tienen un
ideal llamado Europa, la integración de varias naciones con fronteras, leyes
y hasta moneda común. Nosotros somos una isla, en más de un sentido. El
cuestionamiento externo de nuestra legitimidad nos ha presionado a aferrarnos
a cierto nacionalismo. Pero no es tan simple, porque paralelamente hemos sido
una nación internacionalista.
Los refugiados han
puesto en jaque a la UE.
Creo que la solidaridad con los refugiados debiera
ser proporcional a la responsabilidad de cada país con la guerra y la
migración forzada.
Visto lo visto, ¿ha
perdido la fe en la (R)evolución? ¿Cómo ve a la Cuba actual?
No hablé de quitar la ‘R’ porque no creyera en la
Revolución. La Revolución fue una etapa, consecuencia de un gobierno anterior
corrompido y entreguista, y también consecuencia de las presiones de un
vecino muy poderoso e impertinente. Las revoluciones se dan en condiciones
excepcionales, pero la evolución debe ser constante. Yo dije que nos había
llegado la hora de evolucionar, desde los logros sociales alcanzados. Fue en
un momento de inmovilismo y creo que después empezamos a evolucionar, antes
de las conversaciones con estados Unidos. Espero que ese diálogo nos sea
propicio.
¿Su proyecto social
seguirá con vida tras los Castro?
Espero que Cuba jamás pierda toda su dignidad
conquistada.
Ha llegado el fin
del deshielo con EE UU. ¿Su análisis?
Muy necesario. Era un absurdo de más de medio siglo,
aunque nos faltan al menos un par de cosillas para que llegue a justiciero. A
mi modo de ver, el fin total del bloqueo y la devolución del territorio que
nos tienen ocupado en Guantánamo son imprescindibles.
¿Teme a sus efectos
colaterales?
No pueden ser más riesgosos que vivir.
Hay quien dice que
puede producirse una ‘americanización’ que vuelva a la isla irreconocible.
¿Veremos a los paladares sustituidos por Mc Donald’s?
Cuba va a seguir haciendo rumba, sones y trova. Lo
que espero que no nos inoculen es el arrobamiento por lo inútil, un excesivo
encanto por el dinero.
¿Raúl es más de lo
mismo?
Raúl es una persona que desde la adolescencia se
está jugando la vida y la historia por su país.
¿Hacia dónde va
América Latina tras la muerte de Chávez? ¿Confía en que surjan más líderes
como Mujica?
Siempre estamos aprendiendo, que es un efecto de la
sucesión de generaciones. Por eso cuando estamos bien inspirados damos dos
pasos hacia adelante y uno hacia atrás. Muy lamentable la pérdida de Chávez.
Admiro profundamente al sabio de Pepe.
¿El mundo necesita
una ‘Canción urgente’?
El mundo poco a poco se acerca a lo que quiere y
puede ser. La canción del mundo somos todos.
¿Son los peores
tiempos posibles para la lírica?
Mientras peores son los tiempos mejor suena la lira.
¿Ha hecho
‘Testamento’?
Todavía no.
¿Y pensado un
epitafio?
No he pensado en eso, pero me gusta el que dejó para
sí mismo John Keats: «Aquí yace uno que escribió su nombre en el agua».
¿Qué nos espera ‘Al
final de este viaje’?
«Otro buen camino que seguir descalzos, contando la
arena…».
Complete la frase
‘Ojalá que…’.
…no tenga que responder ni una entrevista más… Pero
ya sé que estoy maldito.
Silvio revisita a
Silvio en su nueva gira
El juglar cubano
pone en pie a un velódromo de Anoeta donostiarra lleno y agradecido de poder
escuchar los nuevos temas y las nuevas versiones de los clásicos del trovador
de San Antonio de los Baños
Su periplo español continuará a lo largo de este mes
por Gijón (10 de abril), Barcelona (17 de abril), Córdoba (24 de abril),
Madrid (27 de abril) y Valencia (29 de abril)
Aitor Guenaga – El diario.- El trovador cubano
Silvio Rodríguez ha iniciado su gira española este domingo en el velódromo de
Anoeta, en Donostia.
¿Se imaginan un avión en dirección a México en el
que solo hay dos pasajeros? Es posible. ¿Y se atreven a imaginar que dentro
de esa avioneta azotada por un tiempo “prieto y feo” que hacía escala en
Cancún las dos personas que viajaban en su interior eran Silvio
Rodríguez y … el Premio Nobel ya fallecido Gabriel García Márquez? Es una de
las múltiples historias, cantadas o habladas, que ha dejado este domingo en
San Sebastián el viejo juglar cubano de San Antonio de los Baños, Silvio
Rodríguez, en su primer concierto de la gira que le ha traído de nuevo a
España.
De aquel encuentro único surgió el
tema San Petersburgo. Uno de los muchos que regaló la noche
del domingo Silvio Rodríguez, uno de los exponentes de la Nueva
Trova Cubana que a sus casi 70 años sigue desgranando momentos musicales y de
poesía viva prácticamente únicos.
Silvio se revisita a sí mismo y a su amplio
repertorio. Es algo muy propio de la madurez de los grandes artistas. Bien lo
sabe, en unas coordenadas musicales diferentes, otro juglar -este de
Minnesota- como Bob Dylan. Silvio lo lleva haciendo desde hace ya tiempo,
prácticamente desde que publicó su disco Causas y Azares en 1986, cuando sumó
al estudio y después a los escenarios a toda una banda como Afrocuba. En la
gira que ha arrancado este domingo en el velódromo donostiarra, ante unas
5.500 personas y todo el papel vendido, el juglar cubano no deja (casi) nada
a la improvisación. Se ha rodeado de una banda de ocho personas -entre
pianista, flautista, baterista, vibráfono y congas, guitarras varias, bajo
eléctrico y contrabajo- que le ayudan a librar un viaje por uno de los
repertorios que, de tan sobradamente conocido, cuesta querer retocar, incluir
nuevos arreglos. Pero es justo lo que hace Silvio con algunas de los himnos
generacionales de la etapa más revolucionaria de toda América Latina.
Escuchar, por ejemplo, un clásico como Mujeres aterciopelado
desde los primeros compases por los arreglos de una flauta travesera que
conquistó al público que se reunió en Donostia para volver a escuchar a
Silvio, es una auténtica delicia. O algo similar con otra canción como La
Maza. Algo que el respetable que se reunió en Donostia pudo catar y que,
presumiblemente, encandilara también a la gente que acuda a verle en el resto
de la gira española ( Gijón 10 de abril, Barcelona 17 de
abril,Córdoba 24 de abril, Madrid 27 de abril y Valencia 29 de abril).
Nuevas visitas musicales a un
repertorio añejo que ha envejecido muy bien (Silvio tiene casi 70 años). El
juglar de San Antonio de los Baños se atreve incluso a construir una
cuatrilogía -incluida en su último trabajo: ‘Amoríos’- a partir de otro
monumento musical de su repertorio como Óleo de mujer con
sombrero.
Y es posible compartir ese viaje hacia
el pasado renovado porque la talla de los músicos que le acompañan -entre los
que sin duda destaca la joven
intérprete (39 años) de flauta travesera y clarinete, Niurka González,
que demostró ser una enorme y a la vez delicada instrumentista desde la
primera nota- es descomunal. Sin exagerar. Silvio es generoso en el escenario
y permite a sus músicos desarrollos de piano, contrabajo, duelos de guitarras
y también sumarse en los coros. Algo que agradece públicamente en el
escenario y que permite que temas menos conocidos como Tonada para
dos poemas del poeta cubano Rubén Martínez Villena, “compañero en mi
niñez y mi adolescencia”, según confesó el propio cantautor, se codeen sin
reservas con sus clásicos.
Reencuentro con el
público vasco
Este trovador cubano y contador de
historias reconoció desde el minuto cero que estaba en deuda con el público
vasco desde años atrás. Su anterior concierto fue en la donostiarra plaza de toros de Illumbe, en
septiembre de 2004 “Hacía tiempo que no venía por aquí, pero estoy intentando
cubrir ese espacio”, admitió tras presentar los tres primeros temas – Una
canción de amor esta noche,Tu soledad me abriga la garganta yTonada
del albedrío, todas de ‘Amoríos’- con los que abrió un concierto que
contó con tres bises y que se extendió por espacio de casi dos horas y media.
Escondido tras una poblada barba blanca, una gorra y unos auriculares
enormes, Rodríguez repasó su repertorio. Contentó al público cuando le gritó
“guapo” -“no sabía que mi abuelita había venido”, dijo en respuesta a la
mujer que le había piropeado-, pero sobre todo cuando cantó -a petición de
las almas presentes- Ojalá, justo cuando el concierto iba tocando
a su fin. O cuando reivindicó la revolución en otros dos temas que pusieron
los pelos como escarpias a los presentes: Pequeña serenata diurna -“…
vivo en un país libre cual solamente puede ser libre en esta tierra en este
instante- La era está pariendo un corazón –“… y hay que
quemar el cielo si es preciso por vivir, por cualquier hombre del mundo, por
cualquier casa…”, entre otros.
Ángel para un
final cerró el concierto, antes de los
bises. El público -todo el mundo en pie (sin exagerar), incluido buena parte
del palco de autoridades- aplaudió y reclamó la presencia de nuevo del juglar
cubano. Salió Silvio y en pie junto al piano cantó otro tema de su último
trabajo (Amorios), hizo disfrutar a un velódromo donostiarra rendido ante sus
pies de un Ojalá casi mágico. Ya visiblemente encantado,
hizo una foto al público -“esto es para contar en Cuba”- y afinó la voz al
máximo para poder llegar a las notas más altas y delicadas deUnicornio. Las
luces del velódromo en todo su esplendor revelaron de nuevo a la gente, de
pie, pidiendo más.
Y aún hubo espacio y tiempo para un
último regalo. Como el que él le hizo un día a la cantautora de su paísSara González,
fallecida en 2012. Fue un sentido homenaje a esta cantautora
de la que tomó prestada de nuevo su canción para terminar el recital. Eran
las 22:47 minutos, casi dos horas y media después de que Silvio volviera a
subirse a un escenario en Euskadi.
Silvio Rodríguez:
«Hay razones para ser optimista»
El fundador de la
Nueva Trova Cubana se encuentra de gira por España
PABLO CARRERO – @abc_culturaMadrid – Nunca ha
rehuido manifestarse a propósito de asuntos delicados. El compositor,
vocalista y guitarrista Silvio Rodríguez, nacido en Cuba hace 69 años, dice
solamente sorprenderse con que su opinión sea reclamada tan a menudo: «No me
molesta que me pregunten sobre cuestiones ajenas a la música; quizá me
asombre un poco cierta insistencia. Sobre todo cuando existe una idea
bastante clara de cómo pienso, aunque, claro, también puede que sea
precisamente por eso». El autor de «Ojalá» se encuentra en España presentando
su disco «Amoríos». Este domingo, 10 de abril, actúa en Gijón, el día 15 en
Zarazgoza, 17 en Barcelona, el 24 en Córdoba, el 27 en Madrid, el 29 en
Valencia y el 1 de mayo en Murcia.
—Es usted artista, pero también ciudadano de un país
con sus singularidades culturales y, naturalmente, políticas. ¿En qué medida
ha condicionado su carrera el hecho de ser cubano?
—Creo que mi condición de cubano está muy presente
en lo que hago, porque mi trabajo es esencialmente testimonial, aunque a
veces parezca otra cosa. Ese parecer otra cosa es la parte de ciencia que me
he empeñado en cultivar para que cantarle a una mujer, o a la historia, no se
parezca a otros relatos semejantes. En ese sentido creo que también he tomado
muy en cuenta la ficción, eso que llaman la mirada, el modo, o como desee
usted llamarle. Puede que todo esto tenga que ver con que cuando yo era un
adolescente hubo un gran estallido editorial y cultural en mi país. Eso
estimuló mucho que leyera. Mi formación primaria tuvo más que ver con la
escritura y las artes plásticas que propiamente con la música. Como ve, de
nuevo afloran mis circunstancias.
—¿Es el acercamiento entre Cuba y Estados Unidos una
noticia verdaderamente esperanzadora? ¿tiene fe en que sirva para mejorar la
vida de la gente?
—Es una buena noticia y ya lo creo que es
esperanzadora. Mucho más luego de medio siglo de hostilidad y agresiones.
Estoy seguro de que, de alguna forma, el acercamiento va a significar un bien
para mi pueblo y para el de los Estados Unidos. El diálogo y la perspectiva
de la paz son muy buenas razones para ser optimista. Me gustaría que ese
espíritu se regara por el mundo.
—La música está particularmente presente en la
idiosincrasia cubana. ¿Es posible concebir una Cuba sin música?
—Es muy cierto que somos un pueblo muy musical. En
ese sentido somos una mezcla de diversas culturas, sobre todo de África y de
España, aunque también de otros lugares como Estados Unidos, Suramérica,
Europa…
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