ESTO LO CAMBIA TODO: NUEVE REFLEXIONES
SOBRE EL DESASTRE
Varios voluntarios limpian calles en Masanasa — Rober Solsona
/ Europa Press / ContactoPhoto
Incluso en situaciones de catástrofe, muy pocos se atreven a cuestionar los
privilegios de rentistas, entidades financieras y constructoras
1.Una
gestión indecente. Las informaciones que se han ido conociendo en relación
con la gestión inicial llevada a cabo por el Gobierno de la Generalitat
Valenciana no dejan lugar a dudas sobre su gravedad. La responsabilidad
política es ineludible; la responsabilidad penal habrá de dirimirse en los
tribunales. ¿Alguien cree que la respuesta mediática y judicial habría sido la
misma hasta la fecha si un Gobierno progresista actuase con semejante nivel de
negligencia y desvergüenza?
2. Inacción prolongada. A tenor de los efectos destructivos de la DANA, es comprensible la demora en las primeras horas (e incluso en los dos primeros días) en las tareas de rescate, atención a las personas afectadas y de limpieza. Ahora bien, es del todo injustificable que transcurridos varios días todavía haya poblaciones sin ayuda suficiente o recursos públicos adecuados para retirar el barro y los escombros. La responsabilidad política de Mazón no se agota en la negligencia original. Siete días después de la tragedia, el Ayuntamiento de Paiporta publicó un comunicado oficial en el que rogaba y exigía a la autoridad competente supranacional que asumiera las competencias de coordinación. Esta declaración institucional ha pasado desapercibida en el plano mediático, pero deja a las claras la inactividad de la Generalitat Valenciana.
3. Capacidades
administrativas debilitadas. Con todo, la actuación retardada de la
Generalitat Valenciana podría no explicarse solo por la ineptitud de Mazón y su
equipo. Con carácter general, en España, las capacidades administrativas se han
visto mermadas por una estrategia neoliberal persistente de debilitamiento de
lo público. Manejemos esta hipótesis. Parece evidente que las funciones
administrativas de ejecución y coordinación en la respuesta a la catástrofe no
se han desempeñado con eficacia. Necesitamos reforzar las capacidades
administrativas. No es sexi decirlo, pero hay que tener presente que sin una
Administración pública robusta ni hay Gobierno ni hay rumbo político.
Incluso siendo un miedo
razonable, un presidente timorato no puede gobernar con eficacia
4. Un
presidente timorato. Sánchez ha mantenido en esta crisis, sobre todo en los
primeros días, un perfil bajo que es incompatible con el cargo que ostenta.
Acierta el PSOE en hacer pedagogía sobre el marco competencial y el
funcionamiento del Estado autonómico. Pero la prolongada pasividad de la
Generalitat es causa justificativa suficiente como para que el presidente del
Gobierno hubiese tomado la iniciativa política. El estado de alarma estaba en
su caja de herramientas como intervención más intensa, pero antes podría haber
explorado otras posibilidades, como la negociación política con la Generalitat,
y ni siquiera parece haberlo intentado. Hay varias razones que explican el
papel subordinado de Sánchez, pero me decantaría por el miedo al lawfare y,
en general, a la previsible hostilidad de las derechas. Incluso siendo un miedo
razonable, un presidente timorato no puede gobernar con eficacia. El lawfare comporta
riesgos que aún no imaginamos. Resistir la violencia política exige heroicidad,
y la heroicidad está al alcance de muy pocas personas.
5. Lo
público salva al pueblo. La masiva respuesta ciudadana en forma de
voluntariado ha recibido elogios, con diferentes miradas, tanto del establishment como
de las izquierdas. “Solo el pueblo salva el pueblo” ha sido una máxima muy
repetida por analistas de izquierdas. Todo ello ha generado un debate intenso
sobre la clásica relación entre Estado y sociedad. La izquierda debería tener
más claro que el pueblo solo puede salvarse con unos servicios públicos
potentes, con un Estado democrático fuerte, que es la expresión institucional
de los intereses del pueblo. En una sociedad democrática avanzada, el
voluntariado no debería servir para tapar la pasividad de los poderes públicos.
6. Un
escudo social necesario. Las distintas Administraciones han anunciado, con
prontitud, numerosas medidas para atender las necesidades de las personas
afectadas por la DANA e impulsar la reconstrucción económica. Pero, dadas las
graves consecuencias del desastre, las ayudas podrían quedarse cortas. Los
planes de reparación con medidas que se agotan en tiempo no dan respuesta a las
situaciones de vulnerabilidad prolongada. Podemos ha puesto encima de la mesa
la expresión “escudo social” y medidas que aportan certeza y seguridad. La
insistencia de la formación morada fue clave en la gestión social de la crisis
de la Covid-19 y Sánchez es conocedor de ese buen desempeño. En la respuesta a
la catástrofe, como en cualquier política pública, habrá que elegir entre
intereses contrapuestos. Es fácil intuir que la disputa política por la
vivienda será decisiva. Incluso en situaciones de catástrofe, muy pocos se
atreven a cuestionar los privilegios de rentistas, entidades financieras y
constructoras.
Las imágenes ponen de
manifiesto que el dispositivo de seguridad fue anómalo y calamitoso
7. Un
dispositivo anómalo. Aunque nada hay más importante que atender a las
personas afectadas, los hechos que tuvieron lugar el pasado domingo 3 de
noviembre durante la visita de los reyes, Sánchez y Mazón a Paiporta no pueden
pasar inadvertidos. Es cierto que muchas personas protestaban con motivos de
sobra, pero el presidente del Gobierno sufrió una agresión y se produjeron
destrozos en los vehículos de su comitiva. Las imágenes ponen de manifiesto que
el dispositivo de seguridad fue anómalo y calamitoso. El escritor Suso de Toro
se hacía eco en este diario de
las inquietantes informaciones y sombras que hemos conocido estos días. Aunque
la directora general de la Guardia Civil ha aclarado que el dispositivo fue
organizado por la Casa Real, el Ministerio del Interior debe dar explicaciones
y dirimir responsabilidades en tanto que departamento competente. La unidad
especializada en la seguridad de la Casa del Rey depende del DAO de la Guardia
Civil y es parte integrante del Servicio de Seguridad de la Casa Real. No hay
excusas: urgen las explicaciones.
8. Un
urbanismo desenfrenado. Las riadas también han puesto de manifiesto un
problema estructural en el diseño de muchos municipios. Es sabido que el modelo
urbanístico español ha estado guiado por la especulación y el beneficio fácil,
dejando en un segundo plano la seguridad y la sostenibilidad ambiental. Es
cierto que, desde hace unas dos décadas, se ha desarrollado un amplio sector
normativo (de origen europeo y estatal) dirigido a la gestión de riesgos de
inundaciones. Sin embargo, a la vista de las nuevas amenazas climáticas, se
precisan reformas que refuercen los controles administrativos en un sentido
precautorio y que no obvien los problemas de la Administración local a la hora
de implementar la gestión de los riesgos en los instrumentos de planeamiento.
¿Para cuándo un urbanismo al servicio de los derechos sociales y ambientales?
Necesitamos planificación
ambiental, audacia, valentía y un renovado liderazgo público
9. Un
replanteamiento político sistémico. Esto lo cambia todo fue
el título de un excelente libro de Naomi Klein en el que advertía de que la
crisis climática obligaba a hacer un replanteamiento político sistémico. La
ciencia viene concluyendo que la crisis climática aumenta e intensifica los
fenómenos extremos. Esto es solo el principio y ya emerge una desorientada
impotencia en la ciudadanía. La crisis climática plantea enormes riesgos y
desafíos que exigen una respuesta estatal e interestatal sin
parangón. Solo para mitigar algunos de sus efectos se requieren ingentes
inversiones públicas. Un New Deal para aumentar los derechos
sociales puede suscitar ilusión. Pero ¿cómo podemos hacer atractivas
inversiones millonarias para mitigar o prevenir catástrofes? Además de la
pedagogía, la justicia fiscal y la consecución del pleno empleo con condiciones
dignas pueden ser el anhelado pegamento social. ¿Por qué no impulsar un
programa público de trabajo garantizado para hacer de las zonas afectadas por
la DANA lugares climáticamente seguros? La totalidad de las reformas a las que
obliga la crisis climática es incontable. Necesitamos planificación ambiental,
audacia, valentía y un renovado liderazgo público.
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