jueves, 25 de octubre de 2018

AZNAR Y CASADO: YO TE DOY CREMITA, TÚ ME DAS CREMITA…


AZNAR Y CASADO: YO TE DOY CREMITA, 
TÚ ME DAS CREMITA…
DAVID BOLLERO
Adelantaba ayer algunos de los puntos que aborda Aznar en su último libro panfletario. A pesar de que en él lanza cargas de profundidad contra su propio partido (PP), Pablo Casado asistió a la presentación del tomo y lo edulcorado del momento alcanzó tal grado que faltó a la cita un señor Lobo de Pulp Fiction que cortara el empalago con un “no empecemos a chuparnos las po…”.

Lo cierto es que la escena de ayer representa muy bien lo que ha sido siempre la derecha: el cinismo, la hipocresía, los besos de Judas son la verdadera religión del PP… el catolicismo es una anécdota. Ninguno de los dos, ni Aznar ni Casado, mantendrían una línea roja de honestidad si ello perjudica a sus intereses.

Aznar es capaz de escribir un libro, como es el caso, en el que deposita más esperanzas en Ciudadanos que en el PP, y en lugar de decírselo a la cara a Casado, alabar a éste como la gran esperanza del centro-derecha. Tiene guasa la cosa, que dos de los presidentes más conservadores ha tenido el PP sean los que más reinvidican la moderación del centro… del centro comercial, que cantaba Evaristo, porque para ellos no hay más.

¿Será capaz el electorado del PP de dar un paso para atrás e identificar la hipocresía de sus líderes? Si quieren, que sigan votando a un partido condenado por la Justicia por tener una corrupción estructual, que continúen apoyando a líderes que se abrazan en público mientras se apuñalan en privado pero, al menos, admitan lo que votan.

Como guinda del pastel cínico, el superdotado Casado, que además de cursar estudios a ritmo meteórico, especialmente desde que tiene proyección política y, con ello, influencia, también escribe libros. A pesar de lo convulso del último año y medio de Casado, al tipo le cunde el tiempo tanto que también ha terminado un libro: una “marcianada”, como la califica él mismo, jactándose de lo avanzado de su texto que aborda la cuarta revolución industrial.

¿Tendrá un concepto de esa revolución similar a la de su mentor Aznar? Esa, que también perfila en este nuevo libro, con la que aplaude la explotación y precarización del empleo, el reino del autónomo miserable, los precios por los suelos sustentandos por salarios bajísimos sin abono de horas extra?

¿Saben qué es lo peor? Que su mensaje ha calado años atrás, incluso, entre quienes son víctimas de su elitismo, a los que han sabido narcotizar con sueños de empresario cuando son autónomos que a duras penas llegan a fin de mes. Todas esas personas que cedieron su voto a la derecha, que piensen si hoy viven mejor que hace diez años. Si no lo hacen, ni lo duden, la política tiene mucho que ver con ello. Quizás es hora de probar algo nuevo.
 


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