lunes, 29 de octubre de 2018

SENTIDO VITAL


SENTIDO VITAL
JM AIZPURUA
La vida debe tener un sentido, un sentido personal y un sentido colectivo que sirva de orientación para enfocar las vicisitudes que el destino nos depara. En guerra o en paz, nuestro personal guion de valores nos dirá el camino a seguir. Me estoy refiriendo a la ideología.
La tradición cultural hispana concibe una ideología dual, maniquea, de buenos y malos, de nosotros y ellos, de españoles y guiris. Los necios siguen en ella y los que intentan instruirse, concluyen que los matices y recovecos de las ideologías son infinitos por lo que no es el conflicto su solución si no la negociación y el pacto.
Tras la oportunidad perdida de la Transición, que pudiendo ser ruptura se quedó en reforma y que en el tiempo se perdió en corrupción y nepotismo, hoy volvemos a épocas pasadas en una infantil añoranza de lo que nunca existió: la España vertebrada.
Y vuelven los demonios guerra-civilistas. Los 180/170 que significaron el hundimiento del marianismo y la radicalización de la derecha hacia el pasado, huyendo de un futuro en el que por vías democráticas no puede sostener el poder como le sucedía en el 36. Eso es demasiado peligroso para pasarlo por alto.
No son capaces desde su 170 de construir una derecha moderna, con sentido de Estado, donde deben caber “los otros” y las otras naciones, y desde donde llegar a los acuerdos para que las condiciones de vida y de trabajo procuren el avance de la mayoría y el rescate de la minoría marginada.
Por el contrario, compiten entre ellos para ver quien es más fascista, menos democrático, mas provocador, más selectivo con sus conciudadanos que a base de motes despectivos quedan fueran de su interlocución y de su condición de nacionales.
La mayoría real de su “patria” son los 180, pero con sus motes de “indepes”, “podemitas”, “comunistas”, “venezolanos”, “sanchez-zapateristas”, solo salvan a un grupúsculo del PPSOE que necesitan como siervo para acordar asuntos necesitados de mayoría, y al resto ni se les considera, ni se negocia con ellos, ni son objeto de respeto o consideración de conciudadanos. Vuelven al monte.
Tremenda situación para el 180, que debe ser consciente que es en su cohesión y coherencia donde tiene el único camino de paz y de posibilidad de alcanzar la democracia europeísta que agrede las mentalidades fascistas de los eternos amos de España.
Y Canarias a lo lejos plantea una cuestión diferente; su incierto futuro.
Su condición de colonia camuflada con una titulación de Comunidad Autónoma que es la actualización de su anterior infamia de Provincia de Ultramar no debe confundir al nativo o residente para encontrar en la “canariedad” ese punto de encuentro para iniciar la escalada hacia el futuro que le devuelva sus resortes de progreso y le de acceso a unas condiciones de vida que por su ubicación y recursos le son acreditadas.
No es buen comienzo empezar por el tejado y separarnos por la independencia, opción que hoy no se presenta alcanzable para los actuales canarios, y son esos independentistas los que mejor entienden la canariedad y por tanto necesarios en el debate para alcanzar las bases del futuro.
Diferente es Canarias a la península y diferentes deben ser sus caminos al progreso. Su condición de madre o madrastra la debe asumir el Estado y hasta hoy ha sido un freno a su desarrollo, basado en la represión, la eliminación de su dirigencia autóctona honrada, y su camuflaje de la españolidad como esencia de la canariedad, para permitirle mantener un colonialismo trasnochado e indigno de este pueblo de raíz wanche.
Canarias necesita cosas para no acabar como Sahara, sin recursos de futuro. Y solo los canarios deben descubrir cuales son y exigirlas al Estado y a la UE.
Piensa canario que en ello te va la vida.

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