viernes, 26 de marzo de 2021

REFLEXIONES CON EL ARCO IRIS.

 

REFLEXIONES CON EL ARCO IRIS.

MANUEL DÍAZ GARCÍA

Reflexiones con el Arco Iris es la última obra de Juan Francisco Santana Domínguez, presentada, el día 22 de marzo de 2021, en Estados Unidos, en el programa cultural Literatura Visión. Publicada por Aguere y su editor Ángel Morales, con portada del insigne pintor grancanario Manolo Ruiz y prólogo del poeta de Juncalillo Manuel Díaz García, que es lo que a continuación van a poder leer:

Siempre que un autor encarga un prólogo está poniendo en manos del que lo recibe el encargo de una tremenda responsabilidad pues, el prologuista, se convierte automáticamente en el encargado de recibir, acomodar y preparar al lector para que la estancia en la que se va a hospedar durante horas o quizás días.

Si partimos de la premisa que nos dejaba Edmund Wilson: “No hay dos personas que lean el mismo libro”, obviamente querido lector, no verás ni sentirás lo mismo que yo en esta maravillosa obra en la que pasarás, probablemente algunos de los mejores momentos que te brindará el mundo de la literatura en toda tu vida.

Cuando Juan Francisco Santana Domínguez me pidió que prologase su poemario “Reflexiones con el Arco Iris” no lo dudé ni tan siquiera un momento, aceptando encantado y henchido de alegría pues es para mí un honor.

Lo que él no me dijo es que tenía en mis manos, según mi criterio, su mejor obra literaria, si bien no la que más trabajo le ha dado, sí la más íntima y personal en la que Santana Domínguez nos muestra todas sus caras y sentimientos más comprometidos que nunca con el ser humano, la naturaleza y la historia. Coco Chanel nos dijo: “La belleza comienza en el instante en que decides ser tú misma” y al entender yo que en este poemario está la esencia del alma de su autor, lo entiendo por lo que es: Belleza en estado puro.

Te encuentras, estimado lector, ante un libro hecho para los sibaritas de la literatura, del que, si te esmeras y profundizas honestamente en él, saldrás del mismo siendo otra persona.

“Reflexiones con el Arco Iris” nos muestra al Santana Domínguez, Doctor en Historia, que hace grandiosas incursiones en infinidad de mitologías para expresar sus emociones, que nos habla de un sinfín de lugares del planeta y nos sumerge con tino en leyendas e historias que nos encogen el corazón, en que nos da la mano y nos transporta, a través de los siglos, con un cariño y cuidado que nos deja perplejos.

En palabras del autor: ¿Por qué de prohibido tildar a todo lo que de vida nos insufla, a todo lo que nos emociona y enaltece?... ¿Qué me dirás tú, respetado lector, o qué respuesta te darás a ti mismo sobre esta pregunta que nos hace nuestro admirado autor?  El que se va adentrando en nuestras conciencias para hacernos reflexionar con el Arco Iris, que se nos muestra tan honesto que puede ser que nos asuste, aunque nada más lejos de su intención.

Nos encontramos con el amante de la naturaleza y activista defensor de ella, que nos hace saborear los frutos de ésta y otras tierras, conocer la flora y la fauna en este insignificante pero mágico planeta, al que debemos mimar como lo hace él en su poesía, regalándonos fantásticas y deliciosas imágenes: “… maduros tunos indios, cogidos de tuneras que crecieron en la lado de la luna en el que el deseo se escondía…” no me negarás, mi caro lector, que no se emocionan tus papilas gustativas ante tan tentador fruto y, a pesar de estar en un contexto belicoso, nos endulza el paladar y nos sirve como bálsamo para el transitar por el poema que desvela las inmundicias del hombre, las que desgraciadamente nos merman como seres humanos.

Nos hallamos también al amante del ser humano, decía Mutsuo Fakahashi en uno de sus célebres poemas: “En cuanto a nuestro sexo, no somos ni hombre ni mujer mucho menos neutro…” Eso es, lector, mi perspicaz lector, quizás estés pensando que lo somos todo y nada ala vez y esa es la esencia de la poesía de Santana Domínguez, un absoluto genuino que nos abraza y nos hace cómplices de sus vivencias oníricas o reales, palabras del autor: “… los sueños, los que no se producen despiertos, en sueños se quedan”. Nos transporta de su cariñosa y fiel mano por todos los aspectos del ser humano y nos hace profundizar en él, sin temor al lado desechable que nos habita a todos, nos susurra complacientemente que podemos ser nosotros mismos y aspirar a nuestros más íntimos deseos y anhelos sin reparos ni complejos.

Steven Spielberg nos regaló esta frase: “Yo sueño en la noche, yo sueño todos los días. Yo sueño vivir:” Y yo, y quiero suponer que tú, que ahora mismo estás viviendo sobre estas líneas, mi grato lector, también compartes lo que estos dos genios nos desvelan con su arte. Hay que soñar para vivir y hay que vivir para soñar, sin perder la perspectiva de la realidad, y la realidad más plausible es la que se forja con pasión y amor, un binomio indestructible.

Y de repente nos encontramos con el antropólogo que nos regala perlas como el concepto de “no lugar” de Mark Augé, que despliega como no podía ser menos en un libro que lleva en su título la palabra reflexión, gran cantidad de filósofos, que  nos traslada con su voz a ciudades y culturas a las que ha admirado y estudiado con su habitual carisma de concordia y nos hace creer que aún hay fe en el ser humano. Una vez dijo Elton John: “Es mejor construir un puente que una pared.” Y eso mi dilecto lector tienes entre tus manos, un puente indestructible hacia el ser humano consciente y respetuoso, dador de amor y conciliador, que respeta, a pesar de los pesares, y enseña con el ejemplo, que es la mejor de las armas de la dialéctica.

Como no podía quedar fuera otra de sus grandes pasiones, cual es la docencia, y aquí el maestro nos trae palabras antiguas caídas en desuso o casi, recuperándolas con acierto. También aparecen latinismos, neologismos, canarismos, locuciones adverbiales poco comunes, composiciones gramaticales, un arte excelso en el uso de los recursos literarios, en definitiva, un exquisito manejo de la palabra y el verbo que nos llevará a crecer y a multiplicar nuestro vocabulario personal, así como ampliar nuestro intelecto. Yo no sé tú, mi apreciado lector, pero yo se lo agradezco enormemente, máxime cuando hoy el día las redes sociales y los enredadores sociales están haciendo un daño incalculable a esta lengua nuestra, tan rica y tan llena de matices, que alberga a tantas culturas, que debería ser un ejemplo para el mundo.

Y para mí, la parte más intensa de este poemario, el erotismo, tratado espectacularmente por Santana Domínguez. Emmanuelle Arsan nos decía: “El erotismo, ese triunfo del sueño sobre la naturaleza, es el refugio del espíritu de la poesía, porque niega lo imposible.” O aquella otra de Anaïs Nin: “El erotismo es una de las bases del conocimiento de una misma, tan indispensable como la poesía.” En este poemario Juan Francisco ha combinado, de manera magistral, esas dos Artes: Erotismo y Poesía, llevándonos a alcanzar el clímax del gozo literario con la infinidad de imágenes eróticas con las que nos agasaja en su mundo de colores, en su arco iris de deseos, en sus pasiones libidas, nos da potestad para disfrutarlas igual que él.

Por último, habla también el cinéfilo, el coleccionista, el amante de las artes plásticas, el apasionado de los cómics, el hombre culto que no puede vivir sin la literatura, sim importar tiempo ni espacio. Para ser honesto contigo, mi apreciado lector, y conmigo, he de decir que con este humilde prólogo no muestro todo lo que Juan Francisco Santana Domínguez nos ofrece, no contiene todo lo que te encontrarás en esta obra literaria, la que estoy seguro pasará a los anales de la literatura por todo lo que en ella habita. Dejaré tres reflexiones como colofón a mi modesto prólogo:

“Ama por la alegría de amar y no por la oferta del corazón de otra persona.” (Marlene Dietrich)

“El amor no tiene cura, pero es la cura para todos los males.” (Leonard Cohen)

Esto y más encontrarás en “Reflexiones con el Arco Iris”, dejando para cerrar un fragmento de nuestro estimado y adorado autor:

“Me colmé sin ser verdaderamente consciente, en principio, de lo que en mi mochila introducía, y crecí aprendiendo de todo aquel que me llevaba de la mano a beber de la fuente en la que saciaba su sed Sabiduría y, sin apenas darme cuenta, fui haciendo de mi andadura una fortuna…”

Muchas gracias, mi querido y admirado Maestro y hermano y espero, mi confiado lector, que sacies tu sed de sabiduría en esta maravillosa fuente que nos ha legado Juan Francisco Santana Domínguez.

 

                                                                                 Manuel Díaz García

 


1 comentario:

  1. Muchísimas al editor Ángel Morales, al prologuista Manuel Díaz García y al artista plástico, autor de la portada, Manolo Ruiz. A todos mi inmenso agradecimiento.

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