martes, 30 de marzo de 2021

PAN Y CIRCO

 

PAN Y CIRCO

Todo lo que hace Vasile tiene un objetivo: idiotizar a la sociedad, pasar de la política y de lo público a lo individual y lo privado; debatir banalmente las cosas más importantes para despojarlas de sentido, de ideología, de intención política

MÓNICA ANDRADE

 Imagino que habréis visto el revuelo que se ha formado con Rocío Carrasco. Y que habréis notado que en CTXT no hemos publicado una línea sobre el asunto.  Esta vez no es solo por cumplir con la consigna de llegar tarde a las últimas noticias. Aunque, medio en serio, medio en broma, alguien propuso, cuando estaba asistiendo en directo al torrente de confesiones lanzado por la hija de Rocío Jurado, que hiciéramos un editorial ipso facto, lo cierto es que no nos hemos animado. Nuestras expertas en temas de feminismo han permanecido en silencio. En el grupo de whatsapp de la Redacción y en el del Consejo Editorial, nadie ha osado escribir una línea, ni a favor ni en contra. Han pasado los días, y aquí seguimos. Sin saber qué decir. Sin saber si tenemos que decir algo o no. Sin criterio. Sin palabras.

 

Por suerte, tomarse unas cañas con los amigos ayuda siempre a vencer la timidez y a fijar posiciones. Ahí van algunas:

 

1. Todo lo que venga de Mediaset, la cadena de Berlusconi, debe ser tomado siempre con pinzas y una inmensa prevención. Tele5 es la televisión que más ha contribuido en España y en Italia a perpetuar y modernizar los códigos y estereotipos del patriarcado, la misoginia y la cosificación de las mujeres. Si ha dado por unas horas la vuelta a esa tendencia no es porque se haya vuelto de repente feminista, sino porque necesitaba hacerlo por razones de audiencia, es decir, de dinero. Nunca se fíen de un tipo como Paolo Vasile, el muñidor audiovisual del principal laboratorio del populismo de derechas en la posguerra europea. Todo lo que hace Vasile tiene un objetivo: idiotizar a la sociedad, pasar de la política y de lo público a lo individual y lo privado; sexualizar el pensamiento; debatir con la mayor ligereza y banalidad las cosas más importantes para despojarlas de sentido, de ideología, de intención política. Tele 5 es lo contrario de un medio de servicio público: es una máquina de triturar personas y evitar mensajes sociales positivos y solidarios, una lavadora de conciencias, un imperio del entretenimiento más vulgar, cuyo fin último parece ser banalizar el machismo, arrasar con los valores éticos y morales y proclamar que la zafiedad como modelo de comportamiento es tan legítimo como otro cualquiera. La fórmula comunismo o libertad no la inventó Ayuso. La inventó Berlusconi cuando saltó al campo de la política abjurando de los políticos y de las togas rojas y firmando un contrato ante notario con los italianos. La política espectáculo, es decir la baja política y sus monstruosas derivadas, nació con Berlusoni en Tele 5 Italia y con Jesús Gil en Tele 5 España. Todo está inventado.

 

2. Siempre es positivo que se hable en las televisiones de gran audiencia de la violencia de género. Desde 2010 Feminicidio.net ha documentado 1.126 asesinatos de mujeres. El ‘Yo acuso’ de Rocío Carrasco puede que haya sacudido algunas conciencias dormidas y seguramente ha ayudado a otras mujeres a entender lo que les estaba pasando a ellas mismas. Dicho esto, el docudrama llevaba un tiempo grabado, y Tele 5 esperó el momento justo para emitirlo, permitiendo durante largo tiempo que el maltratador de Carrasco siguiera cobrando dinerales por destrozarle la vida en público. El colmo del cinismo y de la perversión serializada. Luego Tele 5 ha vestido la reaparición de la mujer escondida y maltratada durante años invitando unas pocas horas a periodistas y activistas feministas para dar un contexto serio a la exhibición del espanto. Flor de un día. Al siguiente, Sálvame ha vuelto a su formato habitual: tertulianos vociferantes opinando a favor y en contra, como si todas las versiones fueran igualmente válidas. A eso no se le puede llamar periodismo, eso es circo mediático, banalización de un problema muy grave. Y me temo que sus efectos de fondo, más allá de llevar el debate a lugares y ámbitos donde no suele hablarse de esas cosas, los pagaremos en breve. Personalizar en dos rostros famosos y con un formato de entretenimiento, en horario de máxima audiencia, un asunto tan grave puede derivar en una situación aberrante en la que unas y otros acaben tomando partido sintiéndose igual de legitimados, como si esto fuera una especie de competición: aquí los tiene, los dos son humanos y tienen sus fallos y sus virtudes: siéntase usted libre de apostar por el verdugo o por la víctima.

 

 Y, entre tanto, ¿la violencia de género? Bueno, eso ya tal...

Puestos a elegir, yo me quedo con el documental sobre Nevenka.

Gracias por estar ahí y disfrutad de vuestras vacaciones, si las tenéis.


No hay comentarios:

Publicar un comentario