JM AIZPURUA
Se agita el
señorito, sus siervos y plumillas, pues la luz de la cueva los ha cegado. A
nosotros nos deslumbra, nos afirma, nos consuela que, aunque tarde, la verdad
se impone y el tontorrón troglodita que aún hoy se proyecta en la explanada de Candelaria
se ha convertido en un Pueblo Guanche, con cultura y dignidad innegables, que
rompe el mensaje invasor, aquel que Papas y Reyes inventaron para hacerse con
las tierras y las riquezas de los más débiles. Tú, Rey, roba, que yo Papa te lo
arreglo con una Bula.
No conozco a
Cuenca, pero iré encantado al primer homenaje que se le haga. Su acción
antropológica es de un mérito extraordinario, pues su intuición es el arma que
emplean todos los arqueólogos para interpretar y en este caso; la suya ha sido
prodigiosa.
Pero no es la
calidad científica lo que se cuestiona, es algo más profundo y manchado por la
política. La acción “civilizadora” de los europeos que los reyes de Castilla y
sus Papas con tanta saña practicaron, se escudaba en la supuesta ferocidad e
incultura de los Pueblos que atacaban, robaban y esclavizaban. Taínos
americanos o Guanches africanos se sometieron al mismo tratamiento colonizador,
que el gran Fray Antón Montesinos repudió con solvencia en su sermón de navidad
1511, a la cara de las autoridades colonizadoras castellanas en la isla La
Española, hoy Haití y R. Dominicana.
Con cruces y falsos
relatos, trataron y hoy tratan, de encubrir el pillaje más bárbaro y el abuso
ante el más débil en número y tecnología de guerra. Dios, el bueno, contra dios
el malo, sirvió de coartada papal, para robar, matar y esclavizar, que como
todo el mundo sabe era el mensaje cristiano que el Nazareno aportó al mundo.
Nuestro Pueblo
Guanche, sufrió el genocidio europeo que en aquellos siglos se aplicaba a los
pueblos africanos débiles, y eso a la vista de la sensibilidad social del siglo
XXI es inaceptable, y por ello los godos españolistas se apresuran a encubrirlo
y deformarlo poniendo a su tropa de vendidos a despistar con falsos debates.
Lo que hace Cuenca
con su descubrimiento es devolver la dignidad cultural a nuestros ancestros
guanches, no es política, sólo ciencia. El “españolismo constitucionalista” se
tambalea pues en un error etnocéntrico asimila al hoy las situaciones del
pasado.
Es la terrible
lucha por el “relato” que se está desarrollando en el presente con bases del
pasado. El mundo facha, isleño incluido, proclama que cuatro independentistas
mantienen tesis, despreciables, pues confunde lo cuantitativo con lo
cualitativo, y como ellos son más y más poderosos: los guanches eran
trogloditas salvados por España para Dios. La cantidad es valor democrático,
pero no encubre la calidad de la verdad.
Cuando de Artenara
Almogaren sale el haz de luz pone la realidad al descubierto, y alumbra por
igual a dependentistas e independentistas. Es ciencia y eso es apolítico.
Los que hoy
mantienen la españolidad de Canarias, se basan en mentiras e indignidades, que
reabren las heridas coloniales y curiosamente las franquistas, pues son los
mismos. Son los que mantienen con mentiras de “valor artístico” el pajarraco de
homenaje al fascista Franco, y no aceptan la Historia, porque los pone del lado
miserable de la misma. Deben aprender la lección de la cueva y adaptarse al
siglo XXI, donde todo se enfoca a la luz de los DDHH, y con esa óptica sus
relatos no se sostienen y los hacen reos de genocidio.
No hay un relato de
independentistas y de constitucionalistas-dependentistas: hay un único relato
canario, en el que, arrancando en los Guanches, pasando por la invasión castellana
y la colonización, sufriendo el golpe de estado franquista y la dictadura,
hemos llegado al siglo XXI donde la UE ha penetrado en nuestras vidas. Que cada
uno lo lea como quiera, pero el relato es único.
Canarias está
saliendo del hoyo, su realidad está emergiendo de la bruma, la sorpresa invade
al simple que creyó que bailando a la cruz hacía patria canaria, y el godo
tiembla ante el juicio de la Historia que inexorablemente caerá sobre él sin
piedad.
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