martes, 20 de agosto de 2019

TIENDA DE ACCESORIOS


TIENDA DE ACCESORIOS
EDUARDO SANGUINETTI,
FILÓSOFO Y POETA.
El porvenir, las palabras de esperanza, solo me inspiran desconfianza. No aprecio demasiado las dulces promesas del porvenir... El porvenir es para los demás; para mí el presente desde siempre, sobre todo luego de leer hace unas horas una entrevista en medio gráfico, hecha a un proxeneta, presentado como experto descubridor de bellas niñas y mujeres, las que ofrecerían todo para ser portada de pasquín semanal y video porno, en el mejor de los casos... Proxeneta travestido de empresario de la moda, que con la excusa de que las chicas, modelos algunas, publicitaran cualquier objeto, serían ofrecidas por unos dólares a blindados empresarios y politicastros corporacionistas que todo lo abarcan y destruyen.



Un "chanta" que impulsó de manera compulsiva a estas chicas a ofrecer su "carne", asimiladas a lo pautado por este delincuente en negociados con el poder de turno, a entregar en ceremonia sacra, desde las pasarelas a las chicas o en fiestas VIP en balneario uruguayo que conozco desde niño. Incluso ha extendido este delivery de entrega de las modelitos a lo largo y ancho de Argentina y países vecinos... La pesadilla de la denominada "trata" se articula a los ojos de los funcionarios de todo rango, cómplices del amasijo.

Algunas de estas modelos, hoy "señoras" de algún imbécil “extra large” con bolsillos profundos, elevadas a símbolo del "deber ser”, de lo que nunca debe haber sido, decido abordar el antiquísimo tema de la prostitución, dado que se perpetúa y seguirá perpetuando, como ley de vida, un hito en la historia de la humanidad, aniquilando la vida de decenas de miles de niñas y jóvenes mujeres, que, por tendencia, vocación o desesperación, en el marco de lo existencial y de la “vida fácil” que el infecto sistema ofrece, tiene un costo altísimo en las generaciones que se irán renovando como mercadería de ocasión según pasen los años.

Generaciones degradadas en el camino del éxito y la fama, del mundo del espectáculo de un tercer milenio para pedófilos, del “Cabaret” espectacular que desde los medios de comunicación, cómplices indiscutidos del estado de cosas, estimula el triunfo a cualquier costo por llegar... Y llegan, sí, llegan, a una muerte prematura en vida, esclavizando el cuerpo a los antojos de una clientela compuesta, insisto, en la denominada prostitución VIP de políticos, mega-empresarios y “ricos y famosos”. A no olvidar la frase acuñada en la era menemista que se perpetúa de manera alarmante. No es broma.

He tenido relaciones casuales con algunas de estas pobres chicas, pasiones inocultables que he sabido disfrutar, pero desde la naturalidad del encuentro casual, con goce y deseo consumado, con final feliz; y en diálogos que hemos mantenido con estas hoy famosas me han relatado de manera clara y concisa el accionar extorsivo de estos trepadores apolillados.

Hago extensivo este decir a los/as caretas todo terreno que ponen la cara en cuanto programa de TV existe, intentando decir algo sobre política, cultura, gastronomía y nuevas tendencias de lo que sea, con lenguaje procaz, grosero, que no dice bien lo que desearían expresar. Hay que hablar y punto... hoy son "k", mañana aman al machirulo, sin poder resistir archivo... y pasado desean ser legisladores/as. Total, se prestan a cualquier servicio que el sistema les asigna, están habilitadas por el establishment.

Mientras tanto, quienes tienen todo por decir y hacer son remitidos al Gulag pampeano, pero nada que hacer, todo ocurre a los ojos de una comunidad permisiva y con patologías inocultables de rendirse a los pies de cualquier nada o nadie. Es vintage, ¿no?... y vivimos en una ¿democracia?, mugrienta y empantanada, pero democracia, como vociferan las bestias que conducen programas para tullidos, hundidos en la desesperación.

En el fondo, cuestiones banales de un mundo en franca caída, Sodoma y Gomorra en vidriera de prostíbulo habilitado, sin necesidad de forzar nada, todo está ahí, ante nuestra mirada, al alcance de las manos de cualquiera que solo haga silencio y se sume a la hueste de infelices que ha aplaudido a una señora, que, sin pertenencia a ningún espacio, salvo al depósito de chancros, disparó días pasados con las peores intenciones una declaración vulgar y ordinaria de guerra de guerrillas, frente a un auditorio compuesto por autistas metafóricos.

He aprendido a leer los presupuestos, a no creer en la palabra de nadie, a contemplar de inmediato lo más profundo de los pactos a oscuras, a rehacer todas las restas, a enfrentar al hombre o mujer estafador/a, hasta el final... y salir de la bruma antes de que me envuelva también.

Y he aquí lo esencial: cuando a un país, por poco que quede de él, por indigentes que se encuentren sus habitantes, después de algún gran desastre, de inmensas pestilencias, se le propone hacer sacrificios, aún a riesgo de la vida de esa comunidad hambreada, no se trata de política, sino solo de la construcción de un genocidio meditado. Una cualidad inevitable de los psicópatas, de los miserables de pensamiento inmediato: los que imponen esclavitud y obediencia. Aparentemente, un callejón sin salida para un pueblo en el límite de sus fuerzas y sus ideales moribundos.

(*) Filósofo y poeta.

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