lunes, 12 de agosto de 2019

BIEN, PATRICIA.


BIEN, PATRICIA.
JM AIZPURUA
Hay algo en la capital, anacrónico, ilegal, feo y además fascista. Urbanísticamente es un obstáculo a una gran rotonda que pudiera unir las grandes vías de Ramblas y la Avenida de muchos nombres para dar sentido a la ciudad inexistente, al conjunto de los  barrios sin conexión, que el nefasto alcalde Bermídez deja en herencia a la nueva regidora.

No me gustan los argumentos de espera, pues el “supuesto valor” de un monumento al golpismo, al fascismo, a la dictadura, al millón de muertos, a los represaliados y exilados, es algo que no existe en positivo, es un valor negativo, nefando, borrado de la Historia por la Democracia europeísta. Esto debe tenerlo muy claro un militante del PSOE de Zapatero que hizo Ley de Memoria para compensación de la realidad histórica.

El Arte, no puede ser excusa para realizar exaltaciones de lo negativo, Hittler, Musolini o Franco, no pueden ser objeto de monumentos en territorios donde triunfó la democracia desde 1978. A partir de entonces, las calles deben ser objeto de depuración fascista o republicana, para permitir que unas nuevas generaciones se críen en neutralidad, pero democrática, y sus museos y bibliotecas les procuren conocimientos. Los monumentos urbanos deben ser de valores universales y positivos para la convivencia de plurales.
Es claro, diáfano, que ese “pajarraco” no perdurará en su sitio, pero falta el valor ciudadano para hacerlo ahora: Patricia te corresponde el turno histórico de ser la protagonista del nuevo tiempo capitaleño, que nos lleve al siglo XXI, en sintonía con la Democracia y la UE.
Ni “universidades” ni “tituladísimos” tienen nada que decir ante el sentido común ciudadano. La LEY debe cumplirse sin excusas ni tretas de rastreros abogados: Franco a la Historia y fuera de nuestras calles. Si salió su avión de Gando ¿Qué hace en nuestra Rambla?: mándenlo allí.
Ni el escultor, un vividor del franquismo y sin la talla de Rodin, ni el esculpido tienen valor alguno para ser objeto de culto en Tierra Canaria. A Franco le falta por efectuar la condena histórica que a sus socios fascistas Mussolini y Hitler les hizo la Democracia, pero ya en su tiempo Queipo de Llano lo llamó “Paca la culona” aludiendo a su poca virilidad, y lo consideraba un ser “mezquino” y debemos hacer notar que entró en la guerra pobre de solemnidad y salió de ella con una riqueza de la que hoy día siguen viviendo en opulencia sus descendientes.
Franco no es un modelo social del pasado y menos del futuro, y el siglo XXI debe olvidarlo.
Los “constitucionalistas” no deben caer en la “pereza” de no condenarlo, pues él como dictador impidió por 40 años una constitución. Sus mensajes y su ejemplo son la antítesis de lo que la UE y la Democracia hoy significan. Y no caigan en la farsa del salvador del “comunismo”, pues en 1936 el partido comunista tenía una fuerza electoral similar a la de hoy. Su guerra, la que él inició, potenció al comunismo bélico.
En estos tiempos de incertidumbre turística, una polémica fascista podría dar la puntilla a Tenerife. Muchos de los británicos que nos visitan, luchadores o descendientes de los que se enfrentaron a los fascistas,  no saben del pajarraco, y mejor que no lo sepan. Saquen sin ruido la basura de nuestras calles.
Tenerife está sucio: Patricia; límpialo sin pausa y supongo que Zapatero vendrá mas contento a nuestra tierra.

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