JM AIZPURUA
“Dientes, dientes;
que es lo que más les jode” decía la folclórica en esa sabiduría popular tan
efectiva. Y nuestra izquierda sufrida, no tiene tiempo ni ganas de enseñar los
dientes como signo de alegría, pues los lleva mucho tiempo apretados y con
ganas de morder.
No es fácil ser
zurdo y sonreír pues la caverna te suele quitar la sonrisa de la cara con sus
actos y su impunidad. ¿Qué fue de Bárcenas y Pujol? ¿Y Corina?
¿Quién se robó
nuestro IPC de las pensiones? Nuestro contrato social decía que las pensiones
serían adaptadas al coste de vida, pero el Sistema78 nos hace cada año más
pobres y muchos ya han pasado el límite de la dignidad, las viudas descubren el
machismo del Sistema78 con pensiones inverosímiles, y otros están en el cara o
cruz; farmacia o supermercado. Lo que nos hacen es una cobarde y miserable
acción contra la generación del 68, que luchó contra el fascismo y aceptó no
exigir responsabilidades a los fascistas y entrar en el Sistema78 para evitar
un mal mayor. ¿Nos equivocamos?
Aprieta los dientes
y sigue p´alante compañero, nunca nos rendiremos.
Y el Sistema78
camina tambaleante, pero seguro que la inconsciencia de estos jóvenes ninis les
permitirá transitar hasta su nuevo paradigma neoconservador, sin grandes
sobresaltos y haciendo oídos sordos al envejecido rojerío que sale los lunes en
Bilbao.
¿Qué esperan de la
vida estos necios jóvenes sin posibilidad de vivienda ni pensiones? Tendrán lo
que se merecen. Siempre la unión, la lucha y solidaridad fue la defensa de los
oprimidos por el Sistema, y así se salió de la esclavitud, del derecho de
pernada, y del yugo patronal. Pero hoy la juventud se agarra a la
individualidad arrogante, del que está de vuelta de todo sin haber ido a ningún
lado.
Dientes, dientes;
que la difunta no vuelve.
Pese a que Anghel
me anima, todas las mañanas me pregunto: ¿Me leerá algún joven? ¿Se produjo ya
el corte generacional y el 68 quedó en el baúl de los recuerdos?
Puede ser que, como
la lucha de los carlistas, los jóvenes del 68 hayamos desaparecido ante la
avalancha del 15M, pero hoy a verano del 19, creo que los valores de la
solidaridad, la utopía y la lucha de aquella generación son de actualidad
cuando la izquierda está a punto de perecer de éxito y el señorito les puso la
brida.
Yo no hago
política, solo sociología, y el cambio social que la Europa poseedora planea
para conservar y acrecentar sus bolsillos, deja en precario a la mayoría social
aún inconsciente, que se verá arrebatada de su único valor, la fuerza de
trabajo que le proporcionaba un salario y una solidaridad de clase en la que
vivir con dignidad. Ahora con una limosna de renta básica, el Sistema se evade
de su responsabilidad de ofrecerle un trabajo digno y se abre una brecha
insalvable que generará clases antagónicas con diferencias insoportables.
Educados en el
individualismo y el botellón, los jóvenes ni aciertan a ver ni se dejan
aconsejar de lo “viejuno” que para eso son jóvenes: en la flor de la vida donde
todo da igual.
El trabajador del
futuro estará a merced de la máquina y el patrón lo podrá substituir sin
problemas, sin huelgas solidarias, sin remordimientos de conciencia, pues ya no
existirá la clase trabajadora, superada por trabajadores individuales
competitivos entre sí.
¿Errejonismo? ¡Que
no os pase nada, chavalitos!
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