miércoles, 12 de febrero de 2014

SU MENTE...



SU MENTE...
DUNIA SÁNCHEZ


Imaginaba.  Si su mente traspasaba los muros de los sueños y con ella quería volver al interior. Al interior de la isla donde los valles encantados por las arboledas emergían de la nada. Avanzó. Cerró sus ojos y espero el viento del interior para que la llevase. La espera no fue muy largo. De pronto sobre una tierra húmeda y de hojarasca estaba. Miro al cielo. No pudo verlo.  Las ramas con sus hojas exuberantes era techo. Ya estaba en el interior. Busco agua. Y allí la encontró. Un pequeño arroyuelo que se hallaba ante ella. Bebió y bebió hasta saciar sus sueños, su sed. Y cuando hubo terminado ahí estaba su alma mirándola fijamente, frente a ella. Ella también la miró. Se sonrieron.
Alma: Nos vemos bello ser. Tanto y tanto ha sido tu deseo que ahora estás aquí.
Ella: Sí, estoy aquí. En mi lugar. Aquí donde el agua mana de las profundidades, donde la naturaleza da aliento a mi vida.
Alma: Ya no me necesitas. Me despido. La paz y el equilibrio pueblan en estas tierras interiores y tu ahora eres libre. Libre de saborearlas.
Ella: ¿Me dejas?
Alma: Sí
Ella: Sí, estoy ahora con mi amor, con la belleza.  Imaginando, imaginando un mundo feliz.
El alma se va, se evapora. Ella se queda como pensando. La ve esfumarse poco a poco y su sensación es de plenitud. Unas mariposas libres que por allí andan revolotean alrededor de ella.  La animan, le hablan.
Mariposas: Ahora eres como nosotras. Libre.  Hermosa. Con tus alas dispuestas a recorrer este valle donde hallarás el renacer de tu ser.
Ella: Eso quisiera. Pero el alma se me ha ido. Me ha dejado sola. Ahora soy una.  Una sola.
Mariposas: Y para que más. Uno solo puede desembocar en la perfección de sus movimientos, de su cavilar siempre y cuando no acometas algún grave error. Si ello pasará. Ella volverá.

Ella y la naturaleza. La naturaleza y ella. En pleno éxtasis que es lumbral de la vida.

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