FEDERICO GARCÍA LORCA EN EL URUGUAY
DARI
MENDIONDO BIDART
Hace
ocho décadas, un tórrido enero de 1934, a los 36 años, arribaba al puerto de
Montevideo el poeta español, ya en esos años renombrado autor de poemas y obras
de teatro abarcativas de nóminas temáticas que iban de lo costumbrista a lo
trágico, de la comedia al drama.
Nacido
en Granada, España, junto a Manuel de Falla descuellan organizando juntos el
Primer Concurso de “Cante Jondo”; cultivó amistades con Salvador Dalí, Alberti,
Machado, Luis Buñuel y el entrañable Pablo Neruda entre otros. Formó parte en
España, de una generación de intelectuales que buscaba salir de las tinieblas
de un oscurantismo caduco y agonizante.
En
sus entrañas se sentía el espíritu de Cádiz de 1812, del “Viva la Pepa”, así
como las ansias de rebelión de las comunidades del SXVI: de la primera
República caída en 1874. España despertaba: luchadores de la tierra, los
postergados de las grandes urbes, las jóvenes generaciones, buscaban una nueva
identidad y ella se expresaría en la decisión del pueblo español de inclinarse
en el referéndum de 1931 por la República en vez de la agónica monarquía de
Alfonso XIII.
Federico,
entusiasmado por los cambios, se lanza a formar el grupo teatral La Barraca,
junto a la eximia Margarita Xirgú, para llevar el teatro al pueblo, las aldeas,
las villas, a la grey estudiantil, a los desamparados por el poder feudal y
arrogante de la aristocrática monarquía.
Todo
en él era desborde de creación, iniciativa que buscaba llevar más allá de
fronteras, y así viaja a Nueva York, a Cuba y así lo tuvimos en el Río de la
Plata, alternando Montevideo con Buenos Aires, y viceversa. En Montevideo se
hospeda en el Hotel Carrasco, donde escribe capítulos de Yerma, luego la
estrenará en Buenos Aires.
Cultiva
amistad con intelectuales uruguayos, entre ellos Emilio Oribe y Enrique Amorím,
quien era eximio cultor de la cinematografía. En el chalet Las Nubes (hoy museo
nacional) se encuentra el film “Galería de escritores y artistas” que abarca
los años 1928 a 1959, donde hay imágenes filmadas de García Lorca, se dice que
son las únicas.
La
estadía de García Lorca abarca dos semanas, coincidiendo con el Carnaval
montevideano, donde celebró, festejó y vivió intensamente, como refiere Ruben
Loza Aguerrebere: “El mar y la música importaban mucho a García Lorca; así lo
confiesa él mismo. Como les dice que ha sacado “Bodas de sangre” de Bach. Estas
son sus palabras: “Ese tercer acto, eso de la luna, eso del bosque, eso de la
muerte rondando, todo eso estaba en la Cantata de Bach, que yo tenía”. Y
agrega: “Donde trabajo tiene que haber música”.
Inspirado
en su poema Llanto por Ignacio Sánchez Mejías (corneado por un toro que lo
llevó a la muerte) a las cinco de la tarde, un 9 de julio Ruben Castillo por
radio -en pleno golpe de Estado y a días de iniciada la Huelga General resuelta
por la CNT- repetía “y fue a las cinco de la tarde”.
La
lucha épica de la República Española acuñó en el pueblo uruguayo una acción
solidaria, amplia y profunda; así, surgieron en Uruguay los comités de
solidaridad con España en varios departamentos, los más movilizados se ubicaron
en Montevideo y Salto, donde descolló la presencia y el activismo de Enrique Amorim,
acaudalado terrateniente amigo de García Lorca, y también Rafael Alberti,
Antonio Machado, Pablo Picasso, Pablo Neruda, Jorge Amado, Aníbal Ponce,
Vallejo, y contemporáneo de Hemingway, quien impactara al mundo con su novela
“Por quién doblan las campanas”.
Amorim,
pese a su origen social alto, burgués, fue un militante por las ideas del
comunismo, fue un literato destacadísimo, un impulsor de la cultura, de marcada
identidad con las causas de la libertad y la igualdad, sus obras están
impregnadas de realismo social, de comprensión y amor hacia los humildes, los
desposeídos. Fue, es y será una gloria de su Salto querido en particular, pero
también de la República Oriental del Uruguay en general.
Su
casa “Las Nubes” fue cobijo de Nicolás Guillén, emigrado y perseguido por la
dictadura de Machado en Cuba; en “Las Nubes” se cultivó arte, poesía, música,
cine, cultura de la mejor, comprometida con sus ideas de avanzada. Se homenajeó
a Horacio Quiroga en su Salto querido, y Federico García Lorca cuenta hoy en
esa ciudad con un monumento recordatorio, que se inauguró en 1956, durante la
intendencia del Arq. Armando Barbieri.
En
la costanera del Río Uruguay, el pueblo de esa litoraleña ciudad tiene grabado
en el frontón lítico versos del poema de Antonio Machado “El crimen fue en
Granada”:
Labrad,
amigos, / de piedra y sueño, / en el Alhambra, un túmulo al poeta, / sobre una
fuente donde llore el agua, y eternamente diga: /el crimen fue en Granada, /
¡en su Granada!
80
años, ocho décadas; una sonrisa de muchacho jovial, alegre y espontáneo se
colgó en las aires húmedos de un Montevideo generoso, solidario, abierto como
su río a amar a los hombres, las causas justas; así recibió a Federico García
Lorca del 30 de enero al 15 de febrero; con los brazos abiertos en andas de una
intelectualidad despierta y ávida de buen teatro, mejor música y aún mejores
poetas.
Montevideo
en su nomenclátor homenajea a Federico García Lorca con una calle en el coqueto
e histórico Prado, al lado de la Plaza Margarita Xirgú, detrás del también
histórico Liceo Bauzá.
García
Lorca se fue; lo asesinaron en Víznar, a las 5 de la tarde; una lágrima de
dolor y sangre se derramó por el mundo; será su inseparable amiga Margarita
Xirgú quien se radicará en Uruguay como actriz de nuestra Comedia Nacional, y
luego su directora, quien en su intensa trayectoria llevará de la mano a ese
poeta con alma de niño y corazón de pájaro, mensajero de ideas, que lo llevarán
a ser el Mio Cid Campeador de la sufrida y degollada república.
¡Honor
y gloria! a los caídos por la libertad, por el amor de la humanidad; ¡honor y
gloria! A los intelectuales de la pluma y la hidalguía de los principios de
libertad, igualdad y fraternidad.
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