FANTASÍA SEXUAL
Tómale
después entre las manos
el miembro genital
recién nacido,
al qual daba loores
soberanos
poniéndole contino
este apellido:
-¡O padre universal de
los humanos
de quien tantas
naciones an salido!
¡Tú solo das contento
a las mugeres
y en ti se cifran
todos sus plazeres!
Furiosamente a todas
acometes,
y con mayor ardor a
los doncellas,
entre las quales,
quando te entremetes,
a la primera buelta
triunphas dellas.
Tienes tanto dulçor
quando te metes,
que aquel dolor que
entonçes sienten ellas,
es puntilla del agro
que se añade
al muy dulce manjar
porque no enfade.
Entre casadas eres tan
contino
que, si discretas son,
nunca te dejan,
y aunque tengan hecho
ya el camino
por más gustar se
duelen y se quejan.
Mas como vienes luego
y tomas tino,
y ellas mesmas la
entrada te aparejan,
entras muy orgulloso y
entonado
y sales muy humilde y
despechado.
Viudas como yo, Dios
sabe quántas
noches no duermen sin
tu compañía,
de aquestas nunca vivo
te levantas
por más que traygas
brío y osadía.
Mas son sus artes y
sus mañas tantas,
según se muestra por
la mano mía,
que si cinqüenta veçes
te marchitan
cinqüenta mil y más te
resucitan.
Pues que quanto tú
entras denodado
entre las debotísimas
beatas,
donde encuentras un
virgo remendado
que de solos tres
golpes desbaratas.
Allí eres querido y
regalado,
pues nunca das herida,
que no matas,
y quando las matases
desa suerte
sería darles vida con
la muerte.
Tú das también el dote
a muchas tristes
que huérfanas sus
padres las dejaron,
y a las que están
desnudas, tú las vistes
y a muchas das remedio
que enfermaron.
Ninguna muger ay que
no conquistes
y a las que de tus
burlas se pribaron
más hazen con la gana
y los deseos
que nosotras con obras
y meneos.
Desde la mayor reyna
hasta la esclava
ninguna muger ay que
te aborrezca,
la ques autora no se
muestra brava
y no porque desea que
anochezca.
Aquella que mirarte
rehusaba,
yo fiador que antes
que amanezca
ella te ponga tal,
aunqués muy sancta,
que llegues con los
pies a la garganta.
¡O parte de quien naçe
todo el todo,
herida sin lisión en
la cabeça,
perdida por vençer del
mismo modo
que vienes a perder la
fortaleza!
Quien no te quiere,
póngase de lodo
y pugne y vença a su
naturaleza.
Sin quien no puedo
ser, no quiero vida
ques vida violenta y
aburrida,
Fray Melchor de la Serna, en El sueño de
la viuda
Día
a día, el campo de la sexualidad avanza a pasos gigantescos, tanto que la
fantasía y la realidad algunas veces parece no tener límite.
Las
fantasías sexuales son representaciones mentales creadas por el inconsciente de
forma voluntaria o involuntaria. Comienza con la pubertad y suelen acompañar al
ser humano durante toda su existencia. Freud las definió como “representaciones
no destinadas a ejecutarse”. Quizás porque si se ejecutaran perderían el efecto
estimulante que tienen, la magia. La idealización.
Pero
las tornas se han vuelto y es la mujer la que, contrariamente a lo que se
pensaba en el pasado, también tiene fantasías y somete al hombre y de mutuo
acuerdo con su pareja controla la fantasía sexual, ocupa su espíritu, convierte
el sexo en ficción y al hombre en el objeto de deseo dominado.
La
Fantasía de la dominación está a la orden del día en la canción y el videoclip,
en la literatura erótica-amorosa y en las películas “normales”. Ya nadie se
extraña de que la mujer represente esas invenciones, el misterio, su actitud
agresiva y amenazante o que una joven ate a su compañero con unas esposas a las
barras de la cama, como hizo Melanie Griffith en Algo Salvaje en el año 1986.
La
figura tradicional de la dominadora se ha vuelto familiar. Pero unos años
antes, Franco Brogi Taviani realizó el guión y dirigió una película que
sorprendió a la sociedad, una película que en España se llamó Las Perversiones
de Wanda y recordemos como el caballero vienés conoce a Wanda y se casa con
ella, una ama de casa excelente, todo lo contrario a la dominadora de La Venus
de las pieles, producto de su fantasía.
Sin
embargo él decide metamorfosear a esta insípida compañera, le hace firmar un
contrato, y le exige que sacie la bestia que hay dentro de él, que desgarre su
cuerpo con sesiones de humillación y flagelación… En fin, una comedia de un
escritor que se obstina en querer satisfacer sus gustos sexuales a través de
una mujer mediocre, completamente cerrada a su mundo imaginario.
Al
mismo mundo y al mismo tema que ahora nos trae Roman Polanski en La venus de
las pieles. Basada en la obra teatral de David Ives, retrata a una actriz
Emmanuelle Seigner, que llega tarde a una audición para un director inclinado
al masoquismo, Mathieu Amalric, desciende hasta su alma y escucha los placeres
que bullen en su cerebro, sus confesiones. Se embarca en una encarnizada
batalla de sexos.
Polanski
ha vuelto a rodar con su esposa, Emmanuelle Seigner, ha vuelto a hacer un cine provocador, una comedia, porque
según él el mundo sufre un puritanismo cada vez más absurdo.
facebook/rosariovalcarcel/escritora
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