miércoles, 26 de febrero de 2014

EL GALLO, EL ÁGUILA Y EL URANIO



EL GALLO, EL ÁGUILA Y EL URANIO
LUIS RIVERO AFONSO

La intervención militar francesa en el Sahel y en la República Centroafricana ha pasado de puntillas ante los medios, para los cuales parecen despertar más interés y morbo los líos de faldas del presidente francés. Aunque el pretexto argüido es siempre el drama de las catástrofes humanitarias, como telón de fondo -como en todas las guerras- se esconden espurios intereses económicos.

El vasto territorio subsahariano se conforma como un rompecabezas incomprensible. En él se entremezclan una amalgama de intereses económicos, conflicto interétnicos, castas tribales que se alternan en el poder al servicios de viejas y nuevas potencias coloniales o luchas abiertas por el control de los recursos naturales. África es un continente paradójico: concentra las mayores riquezas del planeta a la vez que suma los índices más crueles de pobreza.

La acción militar gala ha contado con el visto bueno del Consejo de Seguridad de la ONU, y hasta los EE UU han ofrecido apoyo militar, después de la intervención francesa. La ONU habla de una posible nueva catástrofe humanitaria. El Departamento de Estado norteamericano, por su parte, se refiere a una situación de "precatástrofe" humanitaria (un nuevo concepto sellado por Washington para los manuales de Derecho Internacional que habrá que sumar al de "guerra preventiva").

Sin embargo, hay quienes piensan que Francia no está tan interesada en proteger a la población de sus excolonias como en la salvaguarda de sus propios intereses geoestratégicos y económicos. Los recientes acontecimientos han sacado a relucir las añejas aspiraciones coloniales de Francia, y la ambición del país galo de convertirse en águila imperial.

Níger es el cuarto productor mundial de uranio. Sus yacimientos están situados a apenas trescientos kilómetros de la difusa frontera con Malí. El uranio nigeriano viene siendo explotado por la sociedad pública francesa Areva. De estos yacimientos se extrae en torno al 30% del combustible para las centrales nucleares francesas, que producen el 75% de la energía eléctrica de este país. Las minas de uranio en Níger están demasiado cerca de las fronteras con Malí. Era palpable la preocupación francesa por la amenaza yihadista en Malí, a lo que había que añadir otro factor de inestabilidad que podía amenazar sus intereses: la insurrección tuareg. Y esta parece ser la razón de fondo por la que Francia envió sus tropas a Malí en 2013, y después a Níger, donde terminaron haciendo guardia en sus instalaciones mineras.

La República Centroafricana es rica en yacimientos de oro, diamantes, uranio y petróleo, y productora de madera. Un bocado apetecible para cualquier potencia neocolonial que no se plantee demasiados problemas de conciencia. Y ya se sabe que a nadie le amarga un dulce...

Además, da la casualidad, que los yacimientos de uranio en Bakouma (República Centroafricana) están explotados por la empresa canadiense UraMin que en 2007 pasó a ser propiedad de la sociedad francesa Areva.

Areva "pagó a precio de oro" (Paris Match 23.04.2011) en 2011 las concesiones mineras en diversos países africanos, y se ha convertido en el primer productor mundial de uranio. Explota directamente o por sociedades filiales, yacimientos de este mineral en Namibia, Sudáfrica, República Centroafricana y Níger.

Para Abayomi Azikiwe (editor del portal Pan-African News Wire), la operación del ejército francés en República Centroafricana es simple y llanamente parte de "una rivalidad interimperialista entre Francia y Estados Unidos en busca de control sobre el África poscolonial".

El gallo parece reivindicar su "rapacidad" y no quiere quedarse por detrás del águila americana en el nuevo reparto de África. En eso, el presidente francés está demostrando ser un gallo quíquere, de los de pelea. Y es que a monsieur Hollande, el cuerpo le pide guerra. Así lo demostró compulsivamente en su posición beligerante a favor de la inmediata intervención en Siria. Hollande vive las horas más bajas de su popularidad con una desocupación en el país de casi un 11%. En este contexto hay que inserir su última cruzada en la República Centroafricana.

Un antiguo refrán africano dice que cuando dos elefantes se pelean, la hierba es la que sufre las consecuencias. Esquilmar las recursos naturales ha sido una de las propensiones del colonialismo y de su versión soft que es el neocolonialismo. El riesgo entre tanto descalabro es que el gallo, en vez de en una rapaz, acabe convirtiéndose en un carroñero. Como mismo ocurre con los cuervos que, aunque no siempre lo sean por naturaleza, las circunstancia hacen que terminen devorando la carroña que se acumula en las carreteras. O puede que el gallo sufra un extraño transformismo -et voilà!- acabe por convertirse en gallina y a falta de capacidad volátil, tenga que salir por patas... Malheureusement.

 

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