Miseria política
JUAN HENRÍQUEZ
Han pasado casi cuatro
décadas desde la transición de la muerte del dictador y el paso a la
democracia. Hoy desde el sosiego y la experiencia personal, reconozco que no lo
hicimos del todo bien, y a las pruebas me remito. De haber cerrado un sistema
realmente libre y democrático, hoy no estaríamos sufriendo las consecuencias
nocivas de una monarquía obsoleta y putrefacta. Tampoco hubiéramos prolongado
los poderes de una iglesia católica infectada por vicios repugnantes,
lujuriosos y cavernícolos. Y menos aún, permitirle a los partidos políticos la
imposición de listas cerradas en las que aparecen los depredadores, lameculos,
inútiles, vagos y carroñeros de la militancia.
No hay más que sondear el
desmembramiento de la política canaria para darse cuenta de la enfermedad
democrática. Un partido socialista apuntalando a una derecha nacionalista inmunda
y mercantilista, para afianzar en los cargos a cuatro gandules que ni
desodorante se ponen los muy “gediondos”. Y son los mismos que se están
cargando al partido, a los que la justicia les obliga a readmitir a los
afiliados palmeros por expulsión injustificada. Y de los del PP nos tienen tan
acostumbrados a la piratería política, que mejor ni mentarlos, ya le
dedicaremos un especial sobre el teatro de Valladolid.
Ahora, la fraseología letal
de los dirigentes del Gobierno canario, nacionalistas y socialistas, es para
enmarcarlos y exponerlos en el Centro de Arte de La Recova. Paulino Rivero:
abandonar a nuestros mayores en un hospital “es una cuestión cultural”.
¡So…burro! Pasamos al tal Alejandro Martín (socialista y director general del
SCE): “Canarias puede soportar una tasa mayor de desempleo que las zonas más
inhóspitas”. ¡Fuche animal! Y por último el repelente portavoz del Gobierno
canario, Martín Marrero: “la muerte de casi 4.000 mayores sin recibir la ley de
la dependencia, tienen una estrecha relación con la edad”. ¡Fuerte batata!
A joderse, tragar y aguantar
a estos: ¡Rebenques!
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