Y ES QUE NO TENÍA GANAS...
DUNIA SÁNCHEZ
Y es que no
tenía ganas, ganas de cavilar en la polución impertinente de la urbe. Ahora me
atraía el aroma de verticales y asombrosas arboledas a unos pasos de esta
ansiosa ciudad, de este estar aparentando y sajando sed de poder. Me gusta
somatizar la savia que recorre por sus entrañas ¡El bosque¡ No lo dudo, penetré
en su apretado abrazo : fresco, virginal, rebozado de una belleza perfecta. Ahí
me quedé, y es que no tenía ganas, ganas de seguir el aliento fétido de esas
lenguas amarrando mis alas libres, mis alas cansadas. No es que huya, para
qué…solo el retorno de un conciso suspiro en el desenganchar de las esferas de
la rutina. Estoy sola, las arboledas y yo…yo y las arboledas bailando entre los
retos de la brisa, de un atardecer más oscuro a medida que el tiempo pasa.
Defendida de la pesadez, de lo leve que son las palabras allí. Sí, allí, donde
edificios sucios se emancipan de la cordura. Pasa un pinzón azul ante mí. Le
hablo, atajo su vuelo con mi conversación. Se detiene en una rama cercana a la
tierra y me mira, me escucha. El y yo callamos ante esta gigantesca maravilla.
Malgastamos las horas hasta que la oscuridad se haga presente en contemplar
embelesados el sonido de la naturaleza.
Xx:
La noche nos
acoge en su regazo cálido. La pasaré aquí, contigo, con el sabor de la aventura
de un adiós al vientre columpiado de ojos absortos en la cima del odio. Tranquilos nos limpiaremos las ojeras con
cualquier manantial que por aquí transcurra y beberemos de la fragancia de la
soledad.
Pinzón azul:
Esto es el todo.
El todo de un mundo que despacito se deshiela, se desintegra en una atmósfera
enrarecida para el mañana. Yo también me quedaré, a gusto estoy con tu
equilibrada voz. Me suenas a violines, a pianos amantes del vuelo horizontal
más allá de las malditas fronteras.
Xx:
Rincón apartado,
desconocido, infravalorado donde los colmillos de sierras aún no han hincado
sus manos ensangrentadas, hambrientas de
destrucción. Lo protegeremos, por si acaso…dentelladas aborrecibles de lo
humano.
Pinzón azul:
Sí, lo
protegeremos. Escupiremos sobre los
desalmados colmillos de la ambición.
Y es que no
tenía ganas…ganas de seguir en ese coro analfabeto ante el deterioro de la
madre tierra. Antes creo haber dicho adiós, aislamiento cómplice de raíces
enhebrando pétalos silvestres a la vida. Y es que no tenía ganas de ver morir
en la fuga de las mareas, de las secas y frías tierras al ser, sentidos
desembocado en la nada.
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