PEDÍ UNA PIZZA Y ME TRAJERON UN CONFLICTO LABORAL
ISAAC ROSA
Les
escribo para expresarles mi malestar por el incidente que sufrió mi pedido del
pasado domingo. Estábamos mi mujer y yo en casa, sin ganas de salir ni preparar
cena, así que decidimos usar su app para pedir una pizza. Cuál sería nuestra
sorpresa al descubrir que el repartidor no trajo la pizza, sino algo que no
habíamos pedido: un menú "conflicto laboral". Constaba de dos platos:
un caso de explotación laboral y una experiencia de lucha.
Como
teníamos hambre y no había pizza, decidimos hincarle el diente a la explotación
de los riders de Deliveroo, a ver qué tal sabía. Un poco dura para mi gusto, y
además una receta extraña: una mezcla de ingredientes viejos (abusos horarios,
salarios de miseria, y cuerpos a disposición de la empresa como braceros de hace
un siglo) pero cocinados con técnicas innovadoras (economía
"colaborativa", digital, startup, etc.).
Además,
en casa somos de llamar al pan, pan, y al trabajo, trabajo. Por eso al leer los
ingredientes del plato nos disgustaron los eufemismos usados por Deliveroo para
cocinar su oferta laboral: en vez de "trabaja con nosotros", dicen
"colabora con nosotros". No despiden, sino que
"desconectan", sobre todo a los que reparten conflictos en lugar de
pizzas. Al racaneo de no darte ni una mala camiseta, y no digamos ya un seguro
de accidente, lo llaman "reparte a tu gusto con tu chaqueta o camiseta
favorita". A la disponibilidad total y a merced de la empresa la denominan
"horario flexible", sin olvidar la rutinaria apelación a la libertad
("eres libre de elegir cuando repartes"). Y a la ridiculez que pagan
la llaman "remuneración competitiva" e "ingresos
atractivos".
Como
seguíamos teniendo hambre, probamos con el segundo plato: la experiencia de
lucha, a ver si estaba más comestible. Reconozco que nos supo bien. Muy
sabrosa. Que los más precarios entre los precarios sean capaces de organizarse,
elaborar reivindicaciones comunes y montar una huelga es uno de esos bocados
que te alegran el día y te animan a intentar cocinar en casa tu propia lucha
laboral.
De
hecho, deberíamos estar todos atentos a este pequeño conflicto, y apuntar la
receta por si un día nos toca preparar una igual. Hoy son solo unos pocos
ciclistas, pero lo que está en juego es mucho más que asegurar un mínimo de
horas o de pedidos: lo que está en disputa es el futuro de las relaciones
laborales, que sigamos siendo trabajadores o acabemos todos como
"colaboradores". Porque si lo piensan bien, no hay sector o empresa
al que no podamos aplicar el modelo "colaborativo". ¿Por qué
contratar médicos o profesores, pudiendo tener una app que intermedie y ponga
en contacto a pacientes que buscan médico y médicos que buscan pacientes;
alumnos con ganas de aprender y profesores con ganas de enseñar?
Por
eso muchos estamos pendientes del conflicto de Deliveroo. No solo los
trabajadores: también los empresarios siguen la huelga de riders con interés,
porque Deliveroo, como otras empresas similares, es un anticipo y un ensayo de
en qué quieren convertir algunos las relaciones entre empresas y trabajadores.
Quizás esta sea la próxima reforma laboral, sin necesidad de publicarla en el
BOE.
No hay comentarios:
Publicar un comentario