¿EL PEOR CASTIGO DEL MUNDO POR VIOLAR A UNA NIÑA?
David
Sievers - Avaaz.org
Queridos
amigos y amigas,
Liz
tiene 16 años y acaba de ser salvajemente violada por una pandilla sin
escrúpulos. La agresión es tan brutal, que se ha quedado en una silla de
ruedas, pero la policía en lugar de arrestar a los culpables, ¡les puso a
cortar el césped de la comisaría como condición para liberarlos! Organizaciones
defensoras de la mujer nos están pidiendo que demos la voz de alarma para que
se haga justicia. Firma para que ninguna joven vuelva a pasar por esta
pesadilla.
firma la peticion
Liz
tiene 16 años, y cuando volvía caminando del funeral de su abuelo, 6 hombres la
atacaron por sorpresa y empezaron a
turnarse para violarla. Cuando acabaron la lanzaron inconsciente a una letrina
de 6 metros de profundidad. ¿Que cómo les han castigado? La policía les obligó
a cortar el césped de la comisaría antes de dejarlos en libertad.
Esta
terrorífica historia está levantando ampollas en toda Kenia y tanto los
políticos como la policía están siendo presionados para dar una respuesta. Pero
organizaciones defensoras de la mujeres afirman que la única manera de
conseguir cambios reales es poner al Gobierno en el punto de mira de la
comunidad internacional. Nos están pidiendo que intervengamos para que se haga
justicia, y que el tormento de Liz se convierta en un punto de inflexión dentro
de la plaga de violaciones que asola Kenia.
Nadie
ha sido llevado aún ante la justicia -- ni los violadores, ni los policías.
Cambiemos eso ahora mismo. Apoyemos a Liz para evitar que sus atacantes, y los
agentes implicados se libren de su castigo. Haz clic abajo para pedir justicia
para Liz, y ayuda a conseguir que ninguna otra joven de cualquier parte del
mundo sufra de nuevo esta violencia:
http://www.avaaz.org/es/justice_for_liz_loc/?bcrKKbb&v=30671
Según
la madre de Liz, los violadores de su hija siguen merodeado alrededor de su
casa para burlarse de la familia. Actúan como si estuvieran por encima de la
ley, y tienen buenas razones para creerlo. Debido a una serie de requisitos
burocráticos ridículos, la policía registró el ataque a Liz como un mero
asalto, y le pidió a su madre que “la limpiara”, destruyendo así evidencias
forenses clave. Ahora los violadores de Liz andan sueltos, y ella se ha quedado
en silla de ruedas.
La
historia de Liz es un ejemplo extremo de un problema mucho más grande. En
Kenia, dos tercios de las niñas y la mitad de los niños que acuden a la escuela
han sufrido algún tipo de abuso sexual. A principios de este año un fallo
histórico declaró a la policía culpable de no hacer su trabajo y les ordenó
defender las estrictas leyes anti violación vigentes en Kenia. La violación es
ilegal en todas partes, pero demasiado a menudo los hombres encargados de
proteger a nuestras hijas no ponen las leyes en marcha. Cambiemos esto,
empezando por Liz.
La
policía denuncia que no tienen ni el dinero ni la formación que necesitan para
hacer cumplir la ley. Pero no se necesita demasiada preparación para saber que
en un caso de violación, no se puede castigar a los culpables a cortar el
césped. Si conseguimos que tanto los violadores como los policías rindan
cuentas, podemos sentar un precedente que obligue a la policía a tratar las
violaciones como delitos graves y no como pequeñas faltas. Firma para que Liz
obtenga justicia, y ayuda a acabar la guerra contra las niñas.
http://www.avaaz.org/es/justice_for_liz_loc/?bcrKKbb&v=30671
Los
miembros de Avaaz se han unido muchas veces contra las violaciones en muchas
partes del mundo -- recientemente hemos conseguido que el Gobierno de la India
apruebe invertir miles de millones de rupias en una campaña nacional de
educación que combata el problema. No podemos deshacer el daño que ha sufrido
Liz, pero podemos evitar que suceda otra vez. Hagámoslo.
Con
esperanza y determinación,
David,
Anne, Sam, Bissan, Oli, Ricken, Emily y todo el equipo de Avaaz.
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