jueves, 14 de diciembre de 2017

LOS UNOS Y LOS OTROS.

LOS UNOS Y LOS OTROS.
GRACILIANA MONTELONGO AMADOR.
Sometidos al engaño  de los unos y los otros vemos pasar el tiempo (que es lo único que pasa de verdad) y  no vemos ni un atisbo de soluciones para poner fin a esta grave crisis de principios que atraviesa la humanidad. Mientras la naturaleza  y los animales cumplen con su misión en la tierra, el ser humano anda perdido. El mundo entero está dando los últimos coletazos de lo irracional, o por lo menos yo lo veo y lo siento así, porque  entonces no sé cómo entender o dar una explicación a lo que estamos  viviendo día a día.  La desinformación de la información se convierte en la verborrea que parece ser la protagonista de casi todos los medios de comunicación.  La objetividad  y lo más grave aún, la ética,  ha sido secuestrada. Los símbolos, las banderas, son utilizados para desunir y crear conflictos pero menos mal que aquí en Canarias, nuestra querida Valentina hizo la patria sin banderas… por eso  Taburiente y Mestisay  la andan buscando.  Sin duda es una ardua tarea mantenerse despierto para no caer en las redes del  poder, es difícil, pero no  imposible. El conocimiento de  la historia es necesario para saber de dónde vienen y qué es lo que quieren  conseguir  los unos y los otros a costa de lo que sea.  Sin impórtales, lo más mínimo, el sufrimiento del pueblo  al que se supone representan y por lo que se les paga muy bien,  más de lo que  nosotros creemos. Sí, nosotros, los padres de familia que vemos como nuestros hijos no tienen oportunidades para labrarse un porvenir  y los vemos día a día  con la mirada perdida en un horizonte incierto creado por ellos.   Los que soportan las colas del paro, los que  no pueden llegar a fin de mes, los trabajadores  esclavizados porque no  cobran lo que les corresponde o cuando les corresponde. Muchos empresarios, más de los que quisiéramos, mantienen así su empresa. Con los sueldos más bajos, la cesta de la compra más cara y dependiendo casi del exterior, nos tienen acorralados. Llega la navidad y llega la falsa solidaridad. La gente no quiere limosna, no permitamos que eso suceda. Reclamemos lo que nos pertenece y que no se cumple en esa tan nombrada y defendida Constitución.  Se llenan la boca hablando de ella y  de una tal Democracia…  La que esos, los unos y los otros, se saltan y no cumplen al tener a nuestros jóvenes , a nuestros mayores y a nuestros seres más indefensos , los niños, en peligro de extrema pobreza.   Pero  regresando al ejemplo de Valentina,  todos, el pueblo, podemos ir en busca de esa mujer que hizo la patria sin fronteras y  su voz, nuestra voz, cruzará el mar con las pardelas  y en libertad reclamar  justicia.

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