Cuentos cubanos de
ciencia ficción
L.
ALBERTO RODRÍGUEZ
“I’mjustdoingmyjob”. Al decir esto, el cadenero impedía a una
pareja de mexicanos pasar a una discoteca en Miami. La pareja reclamó y el
guardián excusó: “Sólo estoy cumpliendo órdenes”, dijo y se lavó las manos.
Este es un enjuague corriente. ¿Pero cuando se trata de política internacional?
Desde que en octubre Trump acusara que algunos de sus
diplomáticos en La Habana fueron víctimas de ataques sónicos, los gobiernos de
Cuba, Canadá y Estados Unidos se pusieron a trabajar para investigar lo
ocurrido. El saldo de investigaciones hasta el momento es: nada. Pero, hey, el
presidente sólo hace su trabajo.
Ante esto, Cuba destinó a dos mil expertos desde que en el mes
de febrero se enteraron de los alegatos estadounidenses. No obstante, no se ha
descubierto ni una sola evidencia que confirme la acusación.
Pero Trump --el mismo presidente que dijo que los mexicanos son
violadores y narcotraficantes--, insiste que sí hubo ataques los cuales habrían
provocado mareos, fatiga y problemas cognitivos en su personal diplomático.
Pero, confiado en su guion, el presidente expulsó del país a
diplomáticos cubanos. Por su parte, el canciller de Cuba, Bruno Rodríguez, dijo
que las medidas eran injustificadas y acusó que Washington no está cooperando
lo suficiente para esclarecer los hechos.
Los expertos cubanos analizaron catorce grabaciones
suministradas por Estados Unidos como supuesta evidencia. Y, en efecto, se
escuchan ruidos en ellas. Por ejemplo, del tráfico vehicular, pasos, voces y
algunos insectos comunes en La Habana. Nada más.
“Hemos entrevistado más de 300 personas, incluso se ha evaluado
a más de 30 medicamente, y no han sentido ninguna de estas cosas (ataques
sónicos)”, me comenta el teniente coronel José Alazo, experto de la Unidad de
Investigaciones Criminales del Ministerio del Interior de Cuba.
Entonces –y sin contar el reguetón--, ¿tiene Cuba armas sónicas
como para lesionar los oídos de diplomáticos extranjeros?
“Es algo imposible –enfatizó Alazo--. Estamos hablando de
ciencia ficción. Se hace insostenible el argumento, desde el punto de vista
técnico”, dijo.
Según el experto, Cuba no podría usar un arma similar sin llamar
la atención, ni afectar la salud de terceros. De haber atacado, no sólo hubiera
dañado a las supuestas víctimas, sino también a sus familias y hasta vecinos,
incluidos residentes cubanos. Pero esto no ocurrió, entre otras cosas, porque
esta isla no cuenta con esa clase de armamento. Sólo Trump ve “ataques
sónicos”. Algunos periodistas que le creen dirán que, bueno,
“I’mjustdoingmyjob”.
Incluso si el reporte de los diplomáticos estadounidenses sobre
sonidos fuertes es engañoso y el origen de los ataques es infra o ultrasónico
–por lo tanto, inaudible para los oídos humanos--, sería difícil de explicar
cómo pudo pasar desapercibido, me comenta el doctor Manuel Villar,
otorrinolaringólogo, quien afirma: “usted tendría que tener una fuente que se
vería desde un satélite. Sería enorme”. Además que, de la totalidad de los
supuestos afectados, sólo dos o tres tenían problemas comunes de audición.
Así que mientras diplomáticos de Estados Unidos difunden
historias de ciencia ficción entre los gobiernos de América y el Caribe, lo que
tenemos sobre los supuestos ataques sónicos es que, algún día, un sucesor de
Aldous Huxley retomará la historia para un buen libro de cuentos con ambiente
tropical.
No hay comentarios:
Publicar un comentario