DESOBEDECER PER SALTUM
EDUARDO
SANGUINETTI,
FILÓSOFO Y
POETA.
Hora de aplicar el Per Saltum al cosmos mafioso apátrida, articulado para destruir la vida de millones de seres humanos que se debaten en la indigencia extrema... ¿entonces? ¿Quién decretará una resolución de necesidad y urgencia, sobre la instalación de tribunales populares que administren justicia?
Pues, la justicia hoy, es un Espacio cloacal, donde cualquier recién llegado defeca palabras que lastiman el corazón de lo que supo ser en un tiempo una República.
He aprendido a leer los presupuestos, a no creer en la palabra de nadie, a contemplar de inmediato lo más profundo de los pactos a oscuras, a rehacer todas las restas, a enfrentar al estafador hasta el final y salir de la bruma antes de que me envuelva también.
Me refiero a los
golpes fácticos de los poderes internos y externos, que desestabilizan la
institucionalidad en Argentina y toda Latinoamérica... ¿caben dudas del
accionar multimediático que erosiona y degrada al gobierno, en tiempos
imposibles de Covid-19, que asola el planeta?
Pues, a las claras,
la desafectación de jueces que tuvieron el coraje de procesar a funcionarios de
gobierno offshore, es una muestra de ello… Sin duda, no resiste archivo alguno,
la designación por decreto de jueces “amigos”, para transitar en las autopistas
de la impunidad y el delito elevado a ley.
Se respira un clima
de confrontación que no podemos ignorar... ¿o el levantamiento de la policía de
la provincia no es un acto sedicioso? Lo manifestado por Eduardo Duhalde en los
más diversos medios de la corporación, sigue la línea trazada de desestabilización.
Del mismo modo, marchas de descerebrados 4x4, sin argumentos pero plenos de
odio hacia la vicepresidenta Cristina Fernández y al gobierno de Alberto
Fernández, no dejan de amedrentar a aquella mayoría que votó al gobierno.
La impunidad de los
amarillos, apuntalados por poderes del exterior, hacen del presente un espacio
insalubre. Mauricio Macri es un peón en el ajedrez que juegan los factores del
poder mafioso planetario, que con los miles de millones que recibió del FMI, ha
decidido jugar de alfil. Y nada fuera de la desesperanza de arribar a un país
donde la verdad sobrevuele el lawfare, asimilado a una corte sin valor alguno
para seguir en función. La presión no cede.
Los prejuicios
tienen un rol fundamental en la vida de la masa amorfa que marcha todos los
días, como la inseguridad de saber que no son quienes piensan ser, ni lo serán,
incluyo por supuesto a la política y a sus mercaderes. Son perniciosos y
peligrosos en sus prácticas, y, como vemos, muy eficaces a la hora de asestar
el golpe a la democracia, tal como ya lo hemos experimentado en la dictadura
cívico-militar del ´76.
Se torna
indispensable ante las urgencias del momento hacerles conocer los límites a los
“empresariuchos” mezquinos, los habilitados por el poder judicial genuflexo y
la corpo de medios mafiosos que ordenan a piacere. Argentina, la que se debe
construir, estará, si el pueblo se lo propone, por fuera de su capacidad de
destruir, la pandemia se hará cargo de ello... no es menor la porquería que
ocultan de sus vidas degradantes y degradadas, los mafiosos/as, a quienes
conozco muy bien, de cuando eran ciudadanas/os de a pie...
Hora de ponerles
los puntos a los que monopolizan los espacios de cultura, sociales, políticos y
de medios. Primer poder hoy, con estilo violento, impiadoso, grosero y
altamente excluyente de todos aquellos que pueden aportar con talento, gracia e
ideales.
Me refiero a
informantes de medios mentirosos, corpos de la falsa cultura, compuesta por
pseudo intelectuales dodecafónicos, actorcitos y actrices de toilette, modelos
insaciables en funciones de comunicar lo incomunicable, politicastros de toda
laya, artistas de la nada, cocineros armados en cantinas de periferia urbana y
demás basura que componen el carnaval a toda marcha, que hoy, podría ser
aplastado por la "parca" que se asoma y decide por quienes no tienen
respuestas para dar.
“Ojalá podamos ser
desobedientes, cada vez que recibamos órdenes que humillan nuestra conciencia o
violan nuestro sentido común”, estas palabras de Eduardo Galeano las hice mías
el sábado 19 de octubre de 2013, con espontaneidad y naturalidad suma pues,
ante las urgencias de los pueblos condenados, tuve la iniciativa de declarar el
“Día de la Desobediencia”.
Desobedecer al
poder de los ignorantes y a sus cómplices, a la justicia criminal, al poder de
las corporaciones económico-mediáticas que conforman la obtusa realidad de hoy,
a la genuflexión de los intelectuales y a la cobardía de los pueblos. Pero, qué
no se ha dicho ya de esta fauna conformada de “tilingos”, que ha malogrado el
prodigio de lograr que cada ser conforme en sí, un modo irrepetible de estar en
este mundo.
En fin, una actitud
“demasiado humana” nutrida del estremecimiento que ofrece un estado de
resistencia cultural y social. Instancia ética, en sus principios y fines, que
nos remite a los “dorados años de la infancia” donde el desobedecer era una
actitud natural ante el atropello y la torpeza de nuestros mayores, imponiendo
criterios y haciendo valer sus arbitrarias decisiones.
La razón ejercerá
un racismo contra la emoción, la emoción contra la percepción, la vista contra
el olfato, la intuición contra el pensamiento, los estilos mentales contra los
sentimentales, los estilos clásicos contra los barrocos... en sucesivas
batallas de la diferencia sin fin. Desde ella, la muerte del sentido no
conmueve, ni conduele. Ni tampoco el florecimiento esplendoroso de cenotafios y
sepelios, en una auténtica primavera de la muerte eterna a la que estamos
asistiendo. Nosotros y ellos.
No somos inmortales.
Revolucionar, desarrollar, igualar, compartir, vivir y morir, están, hoy más
que nunca, ligados indisolublemente. Lo han visionado en advertencias
apocalípticas: visionarios, poetas, soñadores y sabios. Y si el apocalipsis se
equivoca, será porque ocurrirá algo improbable. Y en tal sentido habrá tenido
razón: nos preparamos para lo improbable.
(*) Filósofo y poeta
No hay comentarios:
Publicar un comentario