POR: EDUARDO SANGUINETTI,
FILÓSOFO
Pareciera
que no hay un espacio final donde retirarse, a no ser que nos quedemos quietos,
inmóviles. Si llegáramos a hacerlo, sin perder el equilibrio, sin dejarnos
llevar por la embestida, puede ser que seamos capaces de permanecer y de esa
manera accionar contra todo lo que degrada nuestra condición de simplemente
“ser”. Lo haríamos sin esfuerzo, animados de nuestra vocación irrenunciable de
respirar libertad, verdad, amando la vida en plenitud: aquí-ahora-ya…creo de
esto se trata.
Desde
el momento de despertarnos por la mañana, hasta el momento de acostarnos, no
ignoramos que todo es una farsa, una estafa, una vergüenza. Lo intuimos, lo
sabemos, lo experimentamos, sin embargo, la mayoría de los habitantes del
planeta, colabora con la perpetuación del fraude, asimilados a los modos de
esclavitud y explotación de un sistema genocida. Estos modos de producir
espectros, provocan una crisis ecológica multiforme, que no deja de afectar a
ninguno de los sectores vitales para que la humanidad permanezca en un planeta
libre de contaminaciones concretas y virtuales.
Esto,
creo no lo ignoran los gobernantes que “reinan” las naciones que dicen
gobernar, cuando en definitiva son las corporaciones pantagruélicas las que
llevan a cabo el proceso de demolición de la otrora denominada “calidad de vida”,
caminando de la mano de la publicidad, una tendencia degenerada de la
revelación. La publicidad, el huevo de todas desventuras, ha clonado nuestras
realidades, alterando los tránsitos de la vida en armonía y continúa avanzando
en el proceso de destrucción y degradación de las mayorías silenciosas, que
asisten con resignación a ver eliminados sus derechos y garantías de vivir una
existencia digna de ser experimentada.
La
ausencia de ideología convertida en religión de ninguna fe, más que nunca en el
siglo XXI, muestra por su brutalidad, su potencial destructivo y sus
estratégicas alianzas a espaldas de los pueblos, la necesidad de una ruptura y
de la reinvención: un giro de 180º emancipador se impone.
Lejos
de combinarse armoniosamente, la economía de mercado y la democracia forman
buena pareja: China, Rusia, Europa y USA ponen de relieve un pliegue de
espectáculos donde las políticas económicas y las corporaciones mafiosas, tanto
religiosas, políticas y económicas, se asociaron globalizando el libre mercado
y la explotación de la humanidad, con el agravante de que esta se encuentra
sometida a tendencias de consumo extremo, en absoluto estado de esclavitud a
las mismas, temerosas de accionar haciendo valer sus derechos inalienables de
ser habitantes de este planeta, en manos de unos pocos; no olvidemos que cuando
el miedo desaparece, comienza la vida.
A
través de las resistencias y las luchas, se trata de construir una épica del
siglo XXI. Es por ello que nos parece completamente imperativo desarrollar frente
a los grandes problemas movimientos de masas unitarios, luchas de resistencia
coordinadas a escala internacional; dirigirse hacia una nueva internacional
situacionista, ecológica, antirracista, humanista; llevar a cabo campañas
unitarias internacionales y participar en los marcos que permitan animarla en
paz y en armonía.
Un
movimiento social poderoso, un mayo del 68 francés que retomaría hoy sus
principios, siendo más claro y contundente en sus fines, con respuestas a todos
los interrogantes que se plantearon y jamás nadie supo ni ha deseado responder.
Que comenzaría por controlar la marcha de la economía y la erradicación
definitiva del hambre, la miseria, la discriminación, la educación degradada
manipulada en beneficio de ricachones que gobiernan por y para ricachones, a
través de medios de instrucción desfasados de la realidad que los educandos
viven.
Las
instituciones son elementos esenciales del mantenimiento del orden social y de
la propiedad privada como modo de esclavizar y marcar diferencias inexistentes,
verdades de mentiras inocultables. En síntesis, no construir un movimiento de
acondicionamiento, sino un movimiento de ruptura con el orden imperante de
explotación y esclavitud, que la comunidad mundial soporta.
Frente
a una vida política centralizada por el Estado, tenemos necesidad de un
movimiento a nivel planetario, de una fuerza para la transformación
revolucionaria de la sociedad, que combine actividades nacionales y
declinaciones locales, se universalice.
Un
movimiento que aparece claramente rechazando oponerse a los planes del poder y
de la patronal y encarnar un cambio de sociedad.
Individuos
asociativos, altermundialistas, jóvenes comprometidos en la acción, antiguos
militantes decepcionados de diferentes trayectorias, militantes de la
diversidad, personas que llegan nuevas a la política y personas que retoman su
actividad, intelectuales comprometidos con su tiempo, nutridos de coraje y de
ánimos libertarios por igualdad y verdad.
Recordemos,
que aún hoy queda tiempo para asistir al entierro de los muertos recientes,
mañana no habrá tiempo, puesto que los muertos serán dejados allí mismo, donde
caen, pero para aquel que derrame alguna lágrima, toda nuestra vida se extiende
en una ininterrumpida mañana que arranca de la nada cada día, nada debajo del
paroxismo y el delirio en que se transita la vida, creo así la llamábamos.
Creo
que el mundo entero, el conocido y el desconocido, está estropeado, gritando de
dolor y de locura, la publicidad de “cualquier cosa” ha generado alucinaciones
y anulado percepciones. Un pseudo-artista, un jugador de fútbol, una
modelo-actriz-periodista cocinada en Spa de ocasión, un maquillado politicastro
balbuceante y cualquiera que cumpla con el precepto de ser un ignorante, ofrecen
conferencias de prensaguionada, y, con más avisos de basura de marcas
publicitarias, que ideas… y todo en aparente calma, tranquilo; pareciera que la
consigna es mantener el cuerpo en forma para los gusanos.
El
empapelado con que las nuevas biotecnologías de punta han cubierto el mundo de
la realidad se cae a girones. Para descubrir una nueva realidad, primero es
preciso desarmar los desagües, estos están tapados con embriones de todo tipo y
origen.
No
se propone nada que pueda durar más que unas horas. Estamos viviendo una
cantidad de vidas en el espacio de apenas una, a través de ciertos signos
asistimos al fin de un tiempo, de una época, de una civilización, el
anestesiamiento, el embotamiento, la lobotomización, como también la
aceleración, la inflación, la masturbación, -no ignoren que se masturban
espiritualmente si se sienten satisfechos con las promesas de ridículos
gobernantes- descuidando la cristalización de dichas promesas, luego la
masturbación convertida en método se ha extendido a todos los espacios de la
existencia en esta tierra.
Pertenecen
definitivamente al pasado, se han muerto sin dejar descendencia, fenómenos
tales como el desarrollo paulatino de los talentos, su lenta maduración
natural.
El
único estímulo que todavía actúa es la charlatanería: cuánto más fuerte se
gritan imbecilidades mejor… Los nombres de grandes hombres del pasado, ya no
son más que sonidos vacíos de significado.
La
avidez de las mayorías prostituidas por el mercantilismo reinante, se
manifiestan en la atracción por el dinero, cuanto en la de la fama. ¡La fama!
para eliminarla de una buena vez habría que crear un programa de salvación que
instaure el “anonimato estricto de los creadores”.
No
ignoro que mi escritura está cargada como un cielo de tormenta, plena de
resonancias, cuyo significado no se asimila hasta después de un choque. Estoy
seguro de que si pudiéramos suprimir los medios de publicidad, como se
presentan hoy, manipulando la vida de la humanidad, daríamos un gran paso
adelante. Los medios, hoy, engendran violencia, mentiras, odios, envidia,
sospecha, temor. No necesitamos la presunta verdad de la prensa mercenaria. Lo
que precisamos es alegría, verdad, paz, soledad y ocio.
Eliminadas
las soluciones ficticias, que nos imponen los poderes, tal vez tendremos la
oportunidad de descubrir los problemas verdaderos, no aquellos con los cuales
nos quieren desorientar. Después de descartar las versiones engañosas, las
percepciones artificiales, los simulacros impuestos, las realidades inventadas,
podremos abordar los temas que hacen a nuestra vida y su devenir. A partir de
entonces se puede tratar de aclararlos e intentar resolverlos. A partir de ahí,
solo de ahí, se podrá enfrentar un destino, -con sentido- nuestro destino, en
capacidad de abandonarse a él, aun padeciéndolo, disfrutar el aquí-ahora-ya y
no preocuparnos por lo perdido, sumergirnos y regocijarnos, viviendo plenamente
el presente.
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