Oficio dador
a Carmen Marzán
Oficio dador
del eslogan que crece
asombro contenido
en la tristeza bella
de una dulce mirada
Tu nombre marinero
asíndeton de naufragios
modernistas
de karma y cachemira
Investida
reliquia acuñada
en la república del arte
Amorosa y transida
caminabas entonces
hacia arriba
aguardando la sílaba
libertaria y sirrema
junonia y sardana
en tu frente de bucle
pensativa
Decimos con pena
Dios ha muerto
pero no somos dioses
Mientras la victoria
carcaj
de Cupido
se transfigura en ceguera
de Dionisos
y una cola de gato
es arrancada
a ritmo de atabales
y geito de piernas
que solitarias recorrían
plazas de diamante
Remansada en pupilos
hacendosos
palabras libres
La palabra era inexorable
aún en días plomizos
y esperaba por mí
Días de palimpsestos
Yo sería
el licor que fermenta
la teja olvidadiza
que escribirá en rojo tu ausencia
el tiempo libre
al albedrío de unos ojos
rampantes
de ligeras pestañas
bajo tu diadema de luz
y estrellas de un bucólico
campo en llamas
lleno de dulces ovejas
llegadas por insondables
laberintos
venidas con la cabecita gacha
hasta despertar en alambures.
Eran muchas muchachas
no sé si fueron o llegaron
eran irredentas sonrisas maternales
isleñas, parisinas o inglesas
americanas, ibéricas
todas daban calor
como unos radiadores de hogar
y tú eras igual pero distinta
y en tu joven regazo
cientos de gazapos
gozaron y secuestraron cariño
Ahora que paseas junto al mar
una falúa atada
te saluda aupando el cabestrillo
Mientras el sol se filtra
sólo en huecos
por la inmensa llanada
y a la costa musgos y olas
llegan como los cálidos aplausos
de confidencia y yodo
@ Roberto Cabrera 2012
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