. Movimiento por La Unidad
del Pueblo Canario
(Movimiento UPC
Canarias, 18 de Noviembre de
2012. Movimiento por La Unidad del Pueblo Canario (Movimiento UPC). Fue el propio
rey Juan Carlos Alfonso Víctor María de Borbón y
Borbón-Dos Sicilias quien afirmó, en la colonialista cumbre de Cádiz,
al dirigirse al presidente electo de Colombia, Juan Manuel Santos, “Aquí me
tienes, un poco tullido, pero bien”. En el idioma español, oficialmente
enseñado como Lengua y Literatura Castellana, probablemente por la afirmación
del político conservador Cánovas del Castillo de que “español es el que no
puede ser otra cosa”, tullido es la primera persona del singular del verbo
tullir. El diccionario define el verbo tullir en su primera acepción como “arrojar
el excremento las aves de rapiña”, en segundo lugar “hacer que uno quede
tullido o lisiado” y por último “perder el uso y movimiento de su cuerpo o de
un miembro”, aunque el rey Tullido no especificó cuál de estas definiciones
corresponde a su estado, en el supuesto de que no sean todas.
El rey Tullido no puede dar
crédito, dicho sea sin segundas, a lo que está ocurriendo con el Estado del que
es Jefe desde el año 1975 del siglo y milenio pasados, hace ahora 37 años, uno
más que su predecesor en la jefatura del Estado, Franco, autodenominado
generalísimo, del que heredó el cargo, después de jurar los principios del
movimiento nacional: España es una unidad de destino en lo universal, la nación
española considera como timbre de honor el acatamiento a la Ley de Dios, según
la doctrina de la Santa Madre Iglesia Católica, Apostólica y Romana, única
verdadera y fe inseparable de la conciencia nacional que inspirará su
legislación, etc., etc., etc. y así hasta 12 artículos.
Para los legos en la materia
Franco, general de la II República de España, se alzó en armas contra la misma
el 18 de Julio de 1936, desatando una guerra que duró 3 años y una represión
que todavía dura, como lo atestigua la política colonial aplicada en Canarias
por el reino de España que se niega sistemáticamente a descolonizar este
territorio, haciendo oídos sordos tanto al clamor de los canarios y canarias,
como a los organismos internacionales.
El rey Tullido no sólo es
heredero de ese régimen fascista sino que reinstauró la monarquía medieval
española, iniciada mediante el matrimonio de conveniencia entre Isabel de
Castilla y Fernando de Aragón, que procedieron a invadir Granada (anexión que
finalizó en 1492), Navarra, El Norte de África, Sudamérica, aunque intentando
llegar a Asia, después de informes científicos y todo (“¡Que inventen ellos”,
se jactaba Unamuno en pleno silgo XX).
La colonización de Canarias se
inició en 1495, con el sometimiento de la rebelde Chinet (Tenerife), después de
una guerra que se había iniciado en 1402, casi un siglo antes y tres años
después de que el genocida Cristóbal Colón llegase, por error, a América, para
desgracia de los pueblos incas, aztecas, etc.
El marco de muerte y represión
en el que se desarrolló el régimen de dominación colonial lo recoge Fray Bartolomé de las Casas en su
obra “Brevissima relación de la destrucción de las Indias” (http://www.ciudadseva.com/textos/otros/brevisi.htm). Todavía hay quien afirma en España
que la negra historia de ese país es una leyenda y le dicen la leyenda negra. En
1492 había aproximadamente cien millones de indígenas viviendo en América (76.5
millones en Sudamérica, 13.5 en América Central y 10 millones en
Norteamérica). En apenas cien años a consecuencia de las guerras, los
asesinatos y las enfermedades propagadas, consciente o inconscientemente por
los invasores los habitantes de Suramérica se redujeron en 40 millones de personas.
En 1652, los 13,5 millones de habitantes centroamericanos se habían
transformado en 540.000. En 1692, en el segundo centenario de la invasión
española en América, la población total apenas superaba los 4.5 millones de
habitantes, según datos proporcionados por la organización Survival
Internacional. Durante el mismo período (1503-1660), según la constancia
oficial registrada en los Libros de Cuentas y Razón y Cargo y Data de la
Casa de Contratación, las remesas totales de metales preciosos embarcados
desde América hacia España alcanzaban los 181.333 kilos de oro y 16.886.815
kilos de plata. Indudablemente, entre esos datos no se cuenta las cargas de los
navíos clandestinos que no figuraban en los listados de navegación de la
Casa de Contratación, ni las inversiones realizadas por los nobles
burgueses españoles en castillos y mansiones en el propio territorio americano.
El ejemplo más
emblemático de claridad mental con respecto a la colonización americana está
protagonizado por el inca Atahualpa. Cuando Vasco Nuñez de Balboa llegó el
Océano Pacífico, tuvo noticias sobre un imperio muy rico, ubicado sobre la
costa. Francisco Pizarro escuchó estas versiones y logró firmar en España, en
1529, una capitulación que le autorizaba conquistar ese misterioso reino, que
se encontraba inmerso en una guerra civil entre los dos herederos Huascar y
Atahualpa. La guerra terminó con la victoria de Atahualpa, pero el Imperio
quedó muy debilitado. Y es precisamente en ese momento cuando se produce la
llegada de Pizarro y sus hombres, que se establecen cerca de la ciudad de
Cajamarca, la residencia del emperador.
Pizarro envió algunos
abalorios a Atahualpa y lo atrajo hasta su campamento. A poco de llegar el embaucado
emperador fue tomado prisionero y Pizarro le puso precio a su cabeza: una
habitación llena de plata y otra llena de oro. Desde todo el Imperio comenzaron
a llegar maravillosas obras de arte que colmaron las habitaciones e
inmediatamente fueron fundidas y transformadas en lingotes de oro y plata.
Pizarro no cumplió con su palabra y Atahualpa fue condenado a muerte.
Pizarro le preguntó a
Atahualpa como prefería morir. Le hizo saber que si se convertía al catolicismo
moriría ahorcado pero iría al cielo. Si no se convertía, sería quemado con leña
verde e iría al infierno “¿Qué es eso del cielo?” Preguntaba insistentemente
Atahualpa. Las abstractas explicaciones que le daba Pizarro eran
incomprensibles para la racional mente de Atahualpa, que cuanto más
explicaciones recibía menos entendía el misterioso lugar, por lo que utilizó la
técnica del descarte para aclarar su entendimiento e iluminándosele la cara Atahualpa
preguntó: “¿En el cielo hay españoles?” “Claro”, contestó el conquistador.
“Entonces, prefiero ir al infierno”, concluyó Atahualpa.
Un
aciago 12 de Octubre de 1492 comenzó el genocidio americano; 520 años después
España sigue celebrando el macabro acontecimiento en lo que considera su fiesta
nacional.
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