jueves, 15 de noviembre de 2012

EL PELOTAZO ANTES QUE LO PÚBLICO, por Cándido Quintana


EL PELOTAZO ANTES QUE LO PÚBLICO

Cándido Quintana
Vuelve a hablarse en estos días de la marina deportiva privada de San Andrés, cuyo diseño les acompaño, de esa misma marina que ya sabemos que está directamente entroncada con algunas actuaciones irregulares e imputaciones judiciales y que se apropiaría del último entorno que le queda al Puerto de Santa Cruz para crecer, para poder ser ampliado si las necesidades así lo aconsejan. Y esto, como también ya sabemos, sobre batimetrías perfectamente asumibles hoy en día, similares a las que se está trabajando en el dique exterior de La Esfinge de Las Palmas de Gran Canaria. Lo digo por aquella mentira, una de las tantas que ha esgrimido la Autoridad Portuaria de Santa Cruz de Tenerife para reclamar el puerto de Granadilla, de que el Puerto de Santa Cruz no se podía ampliar porque sus profundidades eran de saco, o sea, inmensas, inasumibles. Este negativo razonamiento que sorprendentemente, aunque no se lo crean, nació de dentro de nuestra propia casa, junto a otros como que estaba colmatado o que no existían canteras en sus cercanías, igual de mentirosos, son los que han llevado a la Comisión Europea a dejar al Puerto de Santa Cruz fuera de la Red Transeuropea de Transportes, pero los culpables continúan ahí, en sus mismos cargos de responsabilidad.

   Las ampliaciones, si finalmente se hace la Dársena Norte que elevaría en mucho el rango de importancia del Puerto de Santa Cruz, no invadirían, ni en un sólo metro, el frente litoral de San Andrés y su bocana estaría abierta al sur, como la Dársena del Este, por lo que ni siquiera los tráficos portuarios estorbarían a ese Barrio marinero. Cuando bajen por la autopista miren hacia la dársena de pesca, los rellenos de ZEC les indicarán por donde nacería y lo poco que molestaría, carece hasta de núcleos poblacionales. Esta es la realidad, lo demás son estrategias dañinas y mentirosas de las que ya no debemos tolerar ni una más. Por todo ello, y porque el Puerto de Santa Cruz tiene que recuperar la importancia que tenía antes de que su gestión cayera en las manos de Luís Suárez Trenor y de Pedro Rodríguez Zaragoza, ese entorno, único como dije, tiene obligatoriamente que ser declarado -RESERVA PORTUARIA-, o sea un espacio para crecer porque crece la población y la demanda, como tiene cualquier puerto que se precie, y no caer en manos de especuladores que privan al Pueblo de lo público y al Puerto de un futuro que nos beneficiaría a todos.
Si finalmente se acomete el pelotazo privado de la composición que les acompaño, le darían la estocada final a un emblemático y muy importante Puerto de toda la vida, al de Santa Cruz, a ese que ahora, por su no inclusión en la Red Transeuropea de Transportes, muchos de sus detractores dicen defender, ¿así? Vean como la marina privada invadiría de forma brutal y tremendamente impactante el frente marítimo de San Andrés, del que se apropiaría miserablemente. En Tenerife no se cambia, todo lo contrario, se va a peor, al abismo, y se continúa en la misma línea de depredar y de especular, y si una obra pública es muy necesaria, como sucede con la escollera de protección de San Andrés, intentan venderla con un paquete especulativo  millonario, a pesar de que costaría cuatro duros, ni dos millones de euros. Se trata, en definitiva, de que reporte pingües beneficios al sector privado y cualquiera sabe si algo más, al expediente de Forum Filatélico me remito.


Y para corroborar lo que les digo, sepan que la Autoridad Portuaria de Santa Cruz de Tenerife acaba de sacar a información pública el estudio de impacto ambiental de la citada mortífera marina, quince años después, aún el rechazo de los vecinos y de todos los que no aspiramos a una tajada de la tarta, que pensábamos que ya había sido desechada. Sepan también que aunque dicen que el Consejo de Estado de Puertos ha dejado claro que la tramitación de esta iniciativa tiene que seguir adelante, la competencia para ello es exclusivamente de la Autoridad Portuaria, que tiene la obligación de rescatar su concesión administrativa para, como ya dije, declarar ese entorno Reserva Portuaria del Puerto de Santa Cruz, para las necesidades futuras que se puedan presentar. Esto es lo congruente, lo que procede, y no sacar ahora de forma sorprendente, por no decir miserable, esa dichosa marina a información pública, cuando parecía que estaban luchando, todos a una, otra vez por nuestro emblemático Puerto. ¿Qué puede haber detrás de todo esto?
  
   Estas son las verdaderas intenciones de unos políticos sin escrúpulos que no nos merecemos, sinvergüenzas digo yo, seguramente acogotados y manipulados por empresarios de pena que solo velan por sus intereses, algunos de ellos también imputados judicialmente. No parece de recibo apuntillar un Puerto como el de Santa Cruz, dotado de unas excelentes condiciones de operatividad y que hasta hace pocos años movía más mercancías que el hoy poderoso Puerto de la Luz y de Las Palmas. Y ahí está Tenerife Se Mueve, luchando, ¡JA!, para que el Puerto de Santa Cruz sea finalmente incluido en la Red Transeuropea de Transportes, pero admitiendo como de recibo este mazazo final que le cortará definitivamente sus alas, para que no pueda despegar y recuperar su gran importancia de antaño que los citados presidentes le han hecho perder. ¡Chiquita pantomima, fuertes mentirosos!

  (c) Cándido Quintana
  Presidente de la Plataforma de Defensa del Puerto de Santa Cruz






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