LEY DE MEDIOS CONTRA MONOPOLIO CLARÍN-NACIÓN
Eduardo Sanguinetti
filósofo rioplatense
Se
aproxima el denominado 7D (7 de diciembre), día en que entrará en plena
vigencia la Ley de Medios en Argentina, a la cual adhiero absolutamente, en
principio por parecerme equitativa, democrática y sobre todo y ante todo porque
considera al lector-espectador un ser en todo lo que ello implica, y a la
comunicación como un derecho humano.
El
ciudadano por ende es protegido por esta Ley de Medios, ante la información que
recibe a diario, presentándole la realidad y no “una realidad” dibujada y
creada por la mafia de los dueños de los monopolios de la “comunicación per se”
y sus vastos intereses; me refiero puntualmente a los monopolios Clarín-Nación
de Argentina, medios que fueron portavoz del discurso de la dictadura liberal,
asociándose a esta en la conformación de la empresa Papel Prensa y a la Ley de
Radiodifusión hoy vigente, creada en años de genocidas.
Adhiero
a la Ley de Medios, ante todo y sobre todo por favorecer al pluralismo, al
disenso, a borrar de la triste historia de la comunicación en Argentina “la
información monolítica”, que tantas víctimas ha cobrado en su accionar cobarde
y artero y censor (me cuento entre sus víctimas), al servicio de los intereses
de los sicarios de la comunicación de masas, que se prestan a los intereses de
las oligarquías locales, que siguen accionando en ambas márgenes del Plata.
La
discusión, desde quienes a través de la academia o de la profesión nos
involucramos en su análisis, siempre ha tenido como punto de partida y tesis
final la crítica institucional: ellos nos dominan, ellos nos dicen qué hacer,
ellos nos dicen cómo debemos comportarnos, ellos nos dicen lo que es correcto y
lo que no; en síntesis: ellos, los medios masivos de información, nos dicen
cómo debemos pensar y acerca de qué.
Mentir,
engañar, deformar, ocultar, cambiar, alterar, convierten a lo comunicativo en
acción antiética. ¿Mienten, engañan, deforman, ocultan, cambian, alteran los
hechos aquellos que hacen periodismo? ¿Son seres antiéticos per se? Hace tiempo
millones de seres humanos dejaron de creer que el mundo es dicotómico, aunque
suman otros tantos millones los que aún lo perciben así.
El
conflicto radica en aquellos desconocedores de la relevancia de su rol, a los
que nunca podríamos calificar de antiéticos sino de detractores de la Verdad:
Es en estos hombres y mujeres en donde se anidan los más grandes problemas.
Muchos de ellos, periodistas muy conocidos, no han hecho consciente su papel de
constructores de la realidad del espectador.
Es
tiempo de formar en el lector-espectador una percepción ético crítica respecto
a su realidad primero para luego aterrizarlo en la realidad mediática.
El
ejercicio arranca en cuestionar al lector con asuntos como ¿se parece lo que
ves en los medios a aquello que te sucede en el día a día? No se trata de
orillar a nadie a dejar de consumir las realidades mediáticas en tanto
ofertantes de un entretenimiento a veces único en sociedades sin amplias
posibilidades, por cuestiones financieras o simple desconocimiento.
Bienvenida
la Ley de Medios, bienvenida en su afán de reconocer derechos y deberes en la
difusión de la información, en libertad de opinión, pugnando en que no se
obstaculice la relación esencial del medio emisor y del sujeto receptor de la
noticia, una imagen ética en espacio de convivencia de lo que siempre debe
haber sido un encuentro de una esperanza forjada sobre los valores
imperecederos de todo lo que implica comunicar.
Eduardo Sanguinetti, todo un hombre ÉTICO, que a pesar de estar absolutamente censurado en Argentina, escribe esta columna de opinión a favor de una Ley que no le servirá de nada a él, pero si a la libertad de expresión, esto tiene un nombre y es actitud ética y llevar hasta el fin la actitud de cumplir con los fines libertarios de este filósofo, por demás valiente. Aplaudo y espero se tome conciencia de eta admirable postura a favor del entendimiento.
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