jueves, 15 de noviembre de 2012

CANARIAS PERDIÓ LA EDUCACIÓN


CANARIAS PERDIÓ LA EDUCACIÓN
Movimiento por la Unidad
 del Pueblo Canario
(Movimiento UPC).
 Canarias, 13 de Noviembre de 2012. Movimiento por la Unidad del Pueblo Canario (Movimiento UPC). El modelo educativo imperante en Canarias no es sino una parte más del sistema colonial español, impuesto a raiz de la invasión por los mercenarios y genocidas al servicio de la monarquía castellano-aragonesa, representada por los mal denominados Reyes Católicos, Isabel y Fernando.

Las Universidades precoloniales de la sociedad canaria, a las que asistían las mujeres canarias, fueron arrasadas por la barbarie española, al igual que pasó con los innumerables centros de investigación, como el observatorio astronómico de Artenara. En la degollada de Yeje, en Tenerife, se descubrieron marcadores y orientaciones astronómicas y los descubrimientos en La Gomera, así como los de Cuatro Puertas y Roque Bentaiga en Gran Canaria, Tindaya en Fuerteventura y Belmaco y La Zarza en La Palma, que descubrieron la estructura espiral de la Vía Láctea, corroboran la importancia de la astronomía en la ciencia de los canarios precoloniales. Están documentados también en Lanzarote y El Hierro. Otro tanto podemos afirmar del desarrollo de la meteorología (calendario lunar y solar, que incluye la determinación de los eclipses de la cueva pintada de Gáldar), la botánica y la medicina en la sociedad canaria precolonial, que llegaba a momificar a sus muertos sin necesidad de extirparles las visceras, aventajando a egipcios y aztecas, técnica que ni la moderna medicina ha alcanzado.

El Etnólogo austriaco Dominik Wölfel fue uno de los grandes investigadores culturales del norte de África y también de las Islas Canarias, donde se le considera una autoridad fundamental. Wölfel claramente nos documenta la existencia de escuelas prehispánicas, con aspectos, entre otros, evidentemente culturales, económicos y administrativos: En Gran Canaria junto a esta sacerdotisa suprema había todo un colegio de sacerdotisas, al que estaba confiada la educación de las niñas y, quizás, la custodia de las provisiones de alimentos”.

Y no es la única referencia que encontramos en las crónicas: Estos eran maestros que iban a enseñar muchachos a los lugares; había nobles y villanos para enseñar lo que conviniese a los villanos, y si había niños hábiles los enviaban a Humiaya como a mayor Universidad (Marín de Cubas, T. Historia de las Siete Islas de Canaria. Ed. Globo.1993. p 205).

En la misma página encontramos el siguiente comentario: ”En el lugar de Gaete, junto a la casa de los mallorquines había una casa grande pintada por dentro, que fue Seminario de doncellas hijas de nobles, que de toda la isla venían allí para aprender como escuela”.

Y continúa la descripción: ”Las maestras eran ancianas de buena vida, hacían loza de barro o greda parda mezclada con arena, platos, gánigos o barrencillos, pilones o cazolones para echar agua; untaban con almagra los cuarteroncillos y bruñianlos con guijarros, cocían la loza en un hoyo en el suelo cubierto de tierra o arena  y encima mucho fuego, y salían buenos; sabían moler a tahonilla la cebada tostada, que es un pan llamado gofio, cernían de cuero agujerado muy sutilmente a fuego, y sabiendo estos oficios se podían casar(Marín de Cubas, p 206).
El holocausto de ese inteligentísimo pueblo, provocado por la invasión de las hordas armadas españolas, llevó aparejado la destrucción del sistema Científico-Tecnológico y Social de Canarias, incluyendo la prohibición de hablar y escribir nuestro ancestral idioma, el de los tinerfeñso, canarios, awaras, bimbaches, gomeros y mahos, siendo sustituido por las férreas estructuras de la sociedad inquisitorial española, con plazas de toros incluidas, sin base científica alguna (“que inventen ellos”, llegó a afirmar Unamuno, en pleno siglo XX).

Según el texto de José Luis Moreno Becerra “Educación y fuerza de trabajo en Canarias”, entre 1960 y 1975, año en el que tiene lugar el cambio en la jefatura del Estado, que no en el régimen, aunque monárquico a partir de ese momento, la sociedad agrícola canaria se transforma en una sociedad de servicio.

En 1960 un 54 por ciento de la población trabajaba en el sector primario (agricultura, ganadería y pesca) y un 27 por ciento en el sector servicios, porcentajes que se inviertieron a partir de 1975. En ese año el 10 por ciento de la población no sabía leer ni escribir y el 86 por ciento de los empresarios sólo tenía instrucción primaria o menos. En 1960 el 96.3 por ciento de la población tenía sólo instrucción primaria o menos.

El desinterés entre los actuales representantes de las instituciones educativas es alarmante. Los recortes iniciados por Coalición Canaria, siendo consejero de educación el Sr. Ruano, eliminando los desdobles en las asignaturas científicas y con ello las prácticas, que hace que los alumnos abandonen el sistema educativo sin haber tocado un microscopio, lo que ha conducido a que sólo el 6 por ciento de nuestros estudiantes  elijan una carrera científica, menos de la mitad que en el resto del Estado, cerrando escuelas unitarias y por lo tanto desarraigando a los alumnos de su medio natural, las medianías, arruinando aún más el sector primario, lo que le valió al citado consejero el apodo de “el manostijeras”, recortes que redujeron la plantilla en al menos 1600 profesores (“Haz una cabra funcionaria y dejará de dar leche”, llegó a afirmar el ínclito).

El actual consejero del ramo, el Sr. José Miguel Pérez, del muy españolísimo PSOE, que cada vez que hace alguna declaración pública da la impresión de contenerse para no emitir una sonora carcajada, probablemente al oirse, ha incrementado la carga lectiva de los profesores, así como el número de alumnos por profesor y, según los sindicatos, ha recortado en otros 1500 profesores la depauperada plantilla, que ha visto reducidos sus emolumentos en un 5 por ciento y perdido la paga extra de Navidad.

De los contenidos canarios mejor ni hablar, pues el colonialismo, a cuyo servicio sigue el sistema educativo, sigue interesado en el Lazarillo de Tormes (seguramente por aquello de la picaresca), la Celestina y el poema del Mio Cid. Algunos libros dedican un par de paginitas al medio natural canario. De nuestro ancestral idioma prefieren ni hablar, por aquello de que de lo que no se habla no existe. El fracaso escolar es superior al 40 por ciento (antes de los actuales recortes), pues los alumnos ante este panorama responden siempre con el mismo interrogante ¿Pregúntame si me interesa?

La huelga nacional canaria, general e indefinida, es la única solución ante estos crueles, injustos e injustificados atropellos.

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