Es el doble que la de los estudiantes, aseguran
El jefe del cuerpo antidisturbios de la policía nacional ha presentado una
denuncia ante el Juzgado de guardia de Oviedo por los extraordinarios bíceps
que poseen la mayoría de los mineros que están participando en las huelgas y
las revueltas de las últimas semanas en Asturias. “Hay mineros”, afirma el jefe
de policía, “que pueden arrancarte el casco de una hostia”.
A pesar de los sofisticados equipos de protección personal de las unidades
antidisturbios, los agentes aseguran que están notando una tremenda diferencia
con las cargas que realizaban contra los estudiantes y los chavales del 15-M.
“En lo del 15-M eran nenes con gafas y tías buenas, y solo con desenfundar la
porra ya les sangraba la nariz”, asegura uno de los agentes afectados por el
empujón de un minero. “Parecía que me había atropellado un camión cargado de
vigas de hormigón, con remolque y todo”, añade.
Otro de los portavoces de la policía se queja de que no es sólo la fuerza
que desarrollan esos hombres sino la rabia que contienen y su facilidad para
levantar barricadas en llamas en un santiamén y cortar carreteras con troncos
de árbol que necesitarían más de mil estudiantes para ser levantados, y que
ellos transportan entre seis mientras reniegan de Dios y su puta madre.
El jefe superior de policía se reunirá esta misma semana con el ministro
del Interior para transmitirle su inquietud y pedirle la adopción de algunas
medidas urgentes que garanticen un mínimo equilibrio de fuerzas entre los
manifestantes y los agentes. Al parecer, una de las peticiones que podría ser
atendida inmediatamente, a pesar de su complejidad, consistiría en la
realización de un casting previo a las revueltas, en el cual la delegación del
Gobierno seleccionaría a los mineros aptos para enfrentarse a los policías, y
cuya “potencia de hostia” no debería de sobrepasar los setecientos julios.
También los mineros más rápidos y que vayan armados con barras de hierro
tendrían un cupo limitado, de manera que por cada cien mineros de bíceps
normales habrían sólo dos de piernas poderosas y provistos de una barra de
metal que no excedería de ochenta centímetros de largo. La posibilidad de que
los mineros sean desbravados por picadores profesionales de toros ha sido
absolutamente descartada por el ministro del Interior, pues solo la
construcción de corrales y burladeros supondría un coste imposible de asumir en
estos momentos.
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