Por Anghel Morales
Una isla que no llega a 10.000 habitantes y que
la mitad de la población activa está en paro, es muy preocupante, sobre todo si
analizamos la cantidad de dinero que ha recibido la isla y que nadie sabe dónde
ha ido a parar. Millones y millones que si hubieran sido repartidos de forma
proporcional entre todos sus habitantes serían todos ricos. El reinato de Tomás
Padrón también explota como una burbuja de ilusiones y deja a la mayoría de los
herreños con el culo aire
Con todas
estas cantidades inmensas de dinero se fomentó la vagancia, la gente prefería
trabajar para el Cabildo, que andar en la agricultura, ganadería o pesca. Si el
Cabildo te dejaba parado te quedaba el paro, todo menos montar algo personal
que te garantizara el futuro. La agricultura se fue a la mierda y todo lo demás
igual. Los campos están abandonados, nadie planta nada y hasta una misera
lechuga tiene que venir de fuera, lo del año de la seca parece que se repite
como en el 49, solo que ahora no hay una Venezuela donde ir. La cosa se pone
negra.
Políticos
mediocres que, se han perpetuado en el poder, algunos con imputaciones en los
juzgados, que los mandan al parlamento para que estén aforados y protegerlos de
la justicia. Llega un volcán y no tienen capacidad de gestión, ser cometieron las
mayores barrabasadas y menos mal que el volcán fue generoso y no creo ningún
problema. Aquellos días fueron de vergüenza y los que han venido también.
Ayudas que nadie sabe donde van a parar. los pescadores han cobrado un año de
paro biológico y ahora no quieren que nadie pesque, ellos pones sus
dictatoriales normas.
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