IMPOSICION DIRECTA. (Indirecta
y Mediopensionista)
L. SORIANO 20
Los impuestos españoles están establecidos por Ignorantes atrevidos, ocurrentes y descerebrados. No establecen justicia fiscal, ni distancia corporativa, ni establece equidad País, proporcionalidad, defensión y derechos del contribuyente, ni evitan duplicidad, ni aportan claridad ni eficacia recaudatoria. No hay fiscalistas de nivel, jugándose su prestigio, que se atreva a entrar en esa olla Recaudatoria, Confiscatoria, Desincentivante y LETAL para el ahorro, la economía, el desarrollo y el progreso. Por mucho que los que lo incoan las más veces, se llamen falsamente Progresistas. Eso sí, excepción hecha del peor de todos, los que han pasado por ese Perverso Ministerio, cual checa sociata del 36. Si, MONTORO. Si es un mérito haber sido el peor de todos y cada uno, que se le reconozca debo proclamar
Pero a lo que íbamos; ninguna economía
occidental ni democrática, puede sobrevivir con una imposición fiscal basada en
su inmensa mayor parte, en los impuestos Directos.
A medida que crecen los impuestos Directos, se
mantengan o no los indirectos, el país se empobrece, los ciudadanos son
incapaces de afrontar su pago, y muchos de nuestros compatriotas prefieren
pasar a ser mantenidos por el Estado, que trabajar para producir riqueza y
aportar contribución al bienestar común. Esto es así de sencillo, por lo que es
bien fácil de entender, tan fácil que asusta el pensar en las razones que
tienen para obviarlo y hacer totalmente lo contrario de lo que nos conviene a
los ciudadanos.
Los impuestos Directos, están previstos para
los trabajadores por cuenta ajena, funcionarios, ciertos profesionales y demás,
a quienes se les retiene en el origen una gran parte de la imposición y luego
al termino del año fiscal contributivo, se ajusta al baremo o tramo con su tipo
aplicable a la base obtenida, y se solicita diferencia o se le devuelve si
procediere el exceso de la imposición. Sencillo, limpio, de fácil recaudación,
automática prácticamente y sin grandes problemas de fraude. Los Impuestos
indirectos, están basados en el consumo, gravan el acto de consumir, o los
beneficios de las empresas y los resultados de los autónomos que tributan por
la estimación directa. Son complicados de controlar, se basan en las
declaraciones de los contribuyentes, y se recauda solamente, si se consiguen
resultados positivos. Cuando en un país como el nuestro, escasamente
industrial, eminentemente turístico y de servicios, con un minifundio
empresarial enorme, lleno de pequeños comerciantes, o minúsculos empresarios o
trabajadores por cuenta propia o Autónomos, y si además, estos son mayoría, los
Gobiernos se desesperan. Actuando contra esto en dos frentes. Desincentivando a
los pequeños empresarios y a los trabajadores por cuenta propia a los que
ningunea, puentea y no les ofrece prácticamente ningún incentivo para
fomentarlos. Y antes al contrario, los demoniza y les atiza con sus peores y
más peregrinas normas, reglas, humillaciones y además les traspasa la función
de recaudadores y delatores. Entonces, es cuando les ofrece insistentemente la
contribución por módulos, que no es otra que una imposición directa, a quien no
tiene unos ingresos fijos por nominas o por rentas constantes. Así, si el
modulo que le correspondía en el año 2008, donde negaban la crisis y clamaban
por pleno empleo y Champions League, era de 4000 euros/año a un autónomo que
producía 100.000 euros de ingresos, cuando en el 2012 su facturación o volumen
de ingresos paso a 50.000 o menos, el modulo seguía siendo el mismo, porque no
había autorregulación automática y sus impuestos por tanto subían al doble. Nos
invitan a caer en trampas que nos ponen ¿para arruinarnos? Supongo que por
ignorancia ya que empresario o autónomo que cierra, es contribuyente que deja
de pagar y suele empezar a cobrar. ¿Son tan estúpidos nuestros dirigentes? Pues
parece ser que si, a la par de ignorantes y de que les importa una higa lo que
venga después. El segundo frente en el que actúan contra los que están
sometidos a tributación por éxito, es la presión modo cacería a que someten al
contribuyente por cuenta propia, obligándole a aceptar criterios del devengo en
vez del cobro, esto es, la factura emitida se considera cobrada, disparate de
juzgado de guardia, y más en estos tiempos que nadie paga. Si las
administraciones deben a los empresarios centenas de millones de euros, esas
facturas emitidas e imprescindibles para conseguir su imposible o dilatado
pago, les genera impuesto, así, a las empresas se les obliga a tributar por lo
no cobrado. Y para rematar el asunto, como consiga a pesar de todo ganar algo,
después de tanto dispendio en seguridad social propia y de los trabajadores, y
del tremendo Impuesto de Sociedades, deberá adelantar el año que viene más de
la cuarta parte de lo que gano el ejercicio anterior, aunque no hayan ingresado
nada ese año. Disparates y disparates con el solo fin de ahuyentar a los que se
niegan a contribuir con impuestos directos.
Concluyo para no aburrir. Si dejamos que la
imposición directa se imponga, nos arruinaran a todos tarde o temprano. Lo
lógico y contrastado es que la imposición fuese siempre o mayormente indirecta,
ligada al consumo por una parte y a los beneficios empresariales cuando se den
por otra. Lo demás por mucho que moleste al recaudador oírlo, es llevarnos al
abismo sin retorno. Así pues que se recaude no por el mero hecho de ejercer
sino si ese ejercicio consigue resultados suficientes para que hagan posible
una vida digna al contribuyente y que aporte dependiendo de los resultados. No
a los impuestos directos.
A Reflexionar
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