INTRODUCCIÓN AL LIBRO “LA MUERTE EN NOS DEJARON EL MUERTO” DE MOR FATIM

por AMADOU NDOYE

En la década de los años 1970, estalló en las Islas Canarias un «boom» literario denominado luego «nueva narrativa canaria». Ésta fue una ilustración de la fecundidad del genio literario canario con una proliferación de obras narrativas innovadoras.

Entre los escritores que han abierto y consolidado las pautas de esta nueva narrativa canaria podemos citar a Alfonso García Ramos, Luis León Barreto, Alberto Omar, Juan Cruz Ruiz, Víctor Ramírez -entre otros. Éste último es el autor de Nos dejaron el muerto, novela en la que se basa nuestro presente trabajo.

En esta obra de Víctor Ramírez tenemos a un personaje narrador llegado a la madurez y que está recordando la niñez ya «tan lejana» que vivió con su familia en un barrio popular de Las Palmas de Gran Canaria en la primera década de la post-guerra. En sus recuerdos se mezclan tanto sucesos que él vivió en cuanto testigo como episodios que sólo oyó contar a algún miembro de su familia o a algún vecino del «barrio». En su relato, pues, el narrador se vale de muchos «narradores segundos» (1)

Asistimos a partir de ahí a un burbujeo e-norme de personajes en Nos dejaron el muerto porque, como se puede ya adivinar con la primera persona del plural del título, el protagonista de esta novela es un grupo, «el barrio». Lo que hace así este narrador que usa la prime-ra persona es «dar cuenta de su experiencia» (2)

Así es como se cruzan en sus recuerdos, pasiones, vidas y sobre todo muchas muertes. Aparece con eso, como principal entre los recuerdos del narrador, uno particular: la muerte de un personaje «antiguo falangista».

Este suceso va a servir de aglutinante a la narración. Es el punto de referencia a partir del cual el narrador organiza temporalmente el brote de sus recuerdos en el relato.

Nos dejaron el muerto es, pues, una novela que se construye en tomo a una muerte, a un cadáver. Sin embargo, esta muerte no es sino una, la principal de tantas otras muertes que suceden en la novela: ora detalladamente rela-tadas, ora sencillamente evocadas.

No sería aun arriesgado ver, según la amplitud que ocupa la narración de las muertes, una división entre muertes principales y muertes secundarias.

Con esta multiplicación de las muertes en esta novela, Víctor Ramírez va más allá de la idea expresada por el filósofo argentino Luis Farré, quien recomienda a los escritores que hablen en sus obras de la muerte -aunque sea mera alusión- por la importancia de este tema.(3)

Pero ¿residiría la originalidad de Nos dejaron el muerto en sólo recopilar muertes como en cualquier página de «sucesos» de un diario? Nos parece que no; y es a partir de ahí cuando la muerte ha llamado nuestra atención para que le dediquemos este trabajo.

         La muerte, ineluctable fin de toda vida, es una de las grandes cuestiones metafísicas que ha preocupado todas las corrientes filosóficas desde la Antigüedad hasta hoy. Sigue siendo un gran misterio para los hombres y da lugar a especulaciones varias. Así es como, en la literatura también, la muerte es un tema milenario. Víctor Ramírez aborda literariamente, pues, un tema ya clásico.

Lo que nos proponemos hacer, entonces, en este trabajo es analizar este tema de la muerte en Nos dejaron el muerto: para ver el toque particular que le da su autor.

En nuestro análisis la muerte toma un sentido bastante amplio. Es «cesación de la vida» de un personaje, pero con todas las circunstancias que la acompañan: incluyendo causas y maneras de morir.

Sin embargo encontraremos esta palabra tomada en su sentido metafórico y simbólico que traduce únicamente un estado análogo a los efectos de la «cesación de la vida» efectiva en el personaje.

En esta novela la muerte es el tema central alrededor del cual giran otros temas «satélites». Y por eso el interés de su estudio residiría en ver cómo viene este tema estrechamente ligado a la vida, al amor, a la pena, a la venganza, al miedo y al compromiso político y social del autor.

Se trata aquí de la vida en cuanto «modo de vivir» del personaje difunto. Las relaciones que entablaban los difuntos cuando estaban vivos con los demás personajes -«los vecinos» y su familia- serán primordiales en la muerte de dichos personajes.

Hablando de las relaciones sociales, es inevitable hablar de la problemática de los valores morales: del bien y del mal. Éstos pasan por la subjetividad de los personajes.

La muerte plantea también en esta misma perspectiva la problemática de la culpabilidad y de la expiación. En eso las maneras de morir -buena muerte o mala muerte- son objetos de interpretación por parte de los personajes.

El tema de la muerte se enfoca, pues, en Nos dejaron el muerto a partir de la vida social de los difuntos. No tenemos aquí a personajes cultos sumergidos en profundas reflexiones filosóficas sobre la cuestión de la finitud. Ante el cadáver, en vez de actitudes introspectivas, los personajes vuelven sobre sus relaciones con el difunto.

El autor comprometido que parece organizar «una danza de la muerte» en su novela llegará a través del tema de la muerte a una crítica social envuelta muchas veces en un humorismo trágico. En esta perspectiva, es importante recordar que la crítica literaria (4) ha señalado que la «intención» del poeta que compuso la Danza de la muerte medieval castellana era hacer una «sátira moral y social» de la sociedad de su época.

Lo interesante aquí es notar cómo la explotación de la muerte por Víctor Ramírez se aproxima a la de dicho poeta medieval. La muerte desempeña así una función narrativa esencial en la novela.

Para llevar a cabo el análisis del tratamiento del tema de la muerte en Nos dejaron el muerto, cuatro capítulos nos han parecido necesarios.

Primero analizaremos las formas de muerte que suceden en la novela al mismo tiempo que iremos inventariando a los muertos para dar cuenta del efecto de aquellas repetidas muertes en la novela.

Luego nos interesaremos por la estrecha relación entre vida y muerte. Después estudiaremos la relación entre la muerte y uno de los aspectos de la vida que es el amor.

Y, por fin, volveremos a la muerte en torno a la cual se construye la novela, la muerte de don Lucio Falcón, para ver su impacto en ciertos personajes.

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