JM AIZPURUA
1898 no es sólo la
perdida colonial de Cuba, Puerto Rico y Filipinas, para España. Es la
desaparición del potencial “imperial” para España, a la que EE. UU. derrota y
la aparta de la cumbre mundial. En adelante ya serán los EE. UU. los que
dirigirán la evolución de Latinoamérica y el control de sus regímenes
estatales.
Para España, la
lección no le sirvió de nada, y hoy en 2020 estamos en parecidas circunstancias
de arrogancia nacionalista; española, vasca, catalana y gallega, en la que el
supremacismo castellano hace hoy, como ayer, imposibilitar las razones y
apostar por las represiones, que es lo que llevó a Valeriano Weyler, a ejercer
el terror donde había que ejercer la diplomacia. A este sanguinario perdedor,
le ofrecemos la mejor Plaza de Tenerife.
Y seguimos con la
misma cantinela en Canarias, Ceuta y Melilla, y escondidos de Sahara.
La política
imperial española se encontraba corrompida por la oligarquía y el caciquismo
manteniendo ajeno al grueso social, con el campesinado en la miseria.
Un régimen de turno
de partidos, conservador y progresista se estaba descomponiendo en banderías
internas y un tercer gran partido, el democrático, permaneció marginado y
ninguneado por el reparto canovista bipartidista en el Poder. ¿No les suena?
Tener un Imperio o
un Estado, es algo diametralmente distinto. Y el Imperio, que ya no lo era no
supo encajarlo, y no adoptó el cambio de guion, de la apropiación mantenida con
represión y mentira imperial, a la democrática asunción de un Estado basado en
pautas de realismo y pertenencia.
Pero la casta
siguió en su puesto, con un rey impresentable, y una mentira histórica nacional
de 500 años. Así, no había manera de construir para todos, y la ruina se fue
convirtiendo en Estado fallido que perdía territorios y causaba malestar en los
restantes.
Dictablanda, II
República, Golpe de Estado, Dictadura fascista, Constitución 78.
Cada uno de
nuestros abuelos nos contará una historia distinta de estos hechos, pero para
mí, agua pasada no mueve molino, sobre todo cuando perdiste el molino. Y esta
es la situación de 2020.
El C19 es solo una excusa más para no
reconocer la imposibilidad de entrar en el siglo XXI con nuevas bases sociales
y territoriales, distintas a las que llevaron a la derrota de un orden social a
imagen de la casta.
La 4ª economía del
Euro, mentira piadosa para el Imperio en el que no se ponía el sol, es una
ocurrencia más, para no reconocer la Imposibilidad de la armonía territorial,
la inmensa brecha social, y la falta de motor económico potente y sostenible, para
seguir en la arrogancia.
Y el camino que
seguimos es volver a caer en el 36.
La mentira es fácil
de sostener con las mass media en poder de la casta y con el guion de siempre.
Pero sin el aire fresco de una nueva realidad, la corrupción, la podredumbre,
corroe las bases del Sistema78, y cada vez quedan menos posibilidades de
operar; el enfermo se muere.
Toquen fuerte la
cacerola, pero hoy ya tiene un sonido de Réquiem.
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