domingo, 9 de diciembre de 2012

LA REBELIÓN DE LOS GOMEROS


LA REBELIÓN DE LOS GOMEROS

MOVIMIENTO POR LA UNIDAD
DEL PUEBLO CANARIO
 EL PRÓXIMO 20 de noviembre celebraremos el 524 aniversario de la heroica rebelión de los gomeros, un aniversario complicado para los gomeros y gomeras, y para la isla entera, después de haber sido arrasada por un devastador incendio, cuyo bosque de laurisilva, que pervive desde la Era Terciaria, no se recuperará hasta dentro de 30 o 40 años, ante la pasividad de los esbirros al servicio del colonialismo, que ahora quieren hacer una comisión no para exigir responsabilidades por las negligencias cometidas, sino para seguir distrayendo a los paisanos con los cantos de sirena del colonialismo, como la ocurrencia de traer a los herederos de la caduca monarquía medieval española con no sabemos qué ocultas intenciones, disfrazadas de promoción turística.

La isla de La Gomera, o más propiamente Wumara, la isla rebelde (nunca fue sometida por el colonialismo, incapaz de exhibir un solo documento en el que conste ese sometimiento, por lo que ni siquiera en las Naciones Unidas figura La Gomera como territorio español), hoy más que nunca se hace necesario afianzar nuestras señas de identidad y dejarle claro al régimen monárquico colonial español que a los gomeros y gomeras, en particular, y a los canarios y canarias, en general, de antes y de ahora, no nos compran con avalorios, espejitos y espejismos.

Según el ingeniero italiano Torriani, en su obra "Descripción de las Islas Canarias", los antiguos gomeros fueron hombres grandes, forzudos, ágiles, guerreros y tan ágiles en tirar las piedras con la mano y los dardos sin punta de hierro, es decir, con la punta quemada, que me parece que vencieron con mucho a los mallorquines. En sus ejercicios, continúa Torriani, desde el principio acostumbraban a los hijos pequeños a hurtar el cuerpo a ciertas balas de tierra y los adiestraban a que las evitasen con las manos o con el cuerpo. Después, cuando habían crecido en habilidad, les tiraban piedras y, últimamente, cuando ya estaban amaestrados, les lanzaban los dardos exactamente como si hubiesen peleado de verdad.

Entre estos isleños hubo hombres valientes, según el relato de Torriani, y de grandes fuerzas, como Igalgan, Aguabanahizan, Agualeche, Hauche, Amuhaici, Aguacoromos, y, por haber fallecido en la guerra, sus nombres quedaron entre sus descendientes como de personas dignas de ser imitadas y celebradas.

El año 1384, el gallego Fernando Ormel de Castro arribó a la isla de La Gomera. Al desembarcar en tierra le ofreció resistencia un hermano de Amaluige, junto con algunos isleños, los cuales fueron repentinamente repelidos y heridos por los españoles. Al ruido de la pelea se reunieron todos los isleños, los cuales hallaron a los cristianos alejados del mar y en medio de la batalla y los obligaron a retirarse a un sitio alto, que en la lengua antigua se dice Argodei, que significa "fortaleza", por estar formada por un risco muy alto, la cual, igual que la Rocca di San León en la Marca Anconitana, tiene entrada por un solo lado.

Estando allí los cristianos, gravemente asediados y sin esperanza de poder salir con vida, con ruegos y piadosas señales pedían paz a los isleños.

Los valientes y aguerridos gomeros, para orgullo de todos nosotros, siempre han sido capaces de encontrarle la medida al colonialismo español, incapaz, como hemos dicho anteriormente, de mostrar, en esta dilatada historia, ni un solo documento que acredite el sometimiento de los irreductibles gomeros. Eso no lo perdona el colonialismo, que ha intentado desprestigiarlos, sin conseguirlo, por todos los medios a su alcance.
Transcurría el año 1477 de la era cristiana, casi un siglo después de la llegada a La Gomera del invasor Ormel de Castro. El denominado Hernán Peraza el Joven había recibido de sus padres, Diego García de Herrera e Inés Peraza, órdenes de someter a los insumisos gomeros. "La represión practicada por Hernán Peraza en Mulagua (Hermigua)*, fue violenta y rápida. El negocio de los esclavos gomeros fue empezado por el impulsivo joven Hernán Pereza: los puños crispados de los prisioneros y los gritos y lágrimas de los suyos eran señales evidentes de que entre Hernán Peraza y los gomeros se había sellado un pacto de enemistad". "El número de presos se eleva entre hombres y mujeres a cien, a los que una tarde del mes de septiembre de 1477 vemos salir maniatados de los calabozos de la Torre, playa adelante, camino del destierro" (Wölfel, D. J. "Los gomeros vendidos por Pedro de Vera y Beatriz de Bobadilla").

Según el cronista Abreu Galindo, "Hernán Peraza se avenía mal con sus vasallos, tratándolos con rigor y aspereza, deseándole los amigos y enemigos todo mal" (Abreu Galindo: "Historia de la conquista de las siete islas de Canaria").

Fue al guerrero Autacuperche al que le cupo el honor de acabar con el sanguinario, cruel y vil Hernán Peraza, en Guahedun. Hernán Peraza, encandilado por los encantos de la bella Yballa, fue retado por el valiente Autacuperche cuando intentaba huir vestido con una saya, una prenda femenina, increpándole los guerreros gomeros, haciéndole notar que lo habían de prender en hábito de hombre, y no de mujer. Hernán Peraza, poniéndose las corazas y abrazando la adarga y su espada, se irguió en la puerta de Guahedun. Autacuperche, con un asta como dardo, con un hierro de dos palmos, arrojándosela, le atravesó de arriba abajo por entre las corazas y el cuello. Los gomeros rompieron el gánigo de Guahedun como signo de su victoria y de su dignidad. Transcurría el 20N de 1488.

Conmemoramos el 524 aniversario de la rebelión de los gomeros mediante asambleas, actividades culturales, en las que no debe faltar el ancestral idioma heredado de nuestros antepasados, el silbo, ni deben faltar la danza y la música, con chácaras y tambores, y también actividades deportivas, como la lucha canaria, el juego del palo, salto del pastor, salto de vara, pina, vela, bola canaria, levantamiento de piedras y arados, y también actividades recreativas, de ocio e intelectuales como el juego de la dama (dama de 40, carro de 12, tres en raya, chascona, tara... Ver el libro "Juegos inéditos guanches"), etc., y manifestaciones populares, en particular en la isla de La Gomera, en la que el sábado 24 o el domingo 25 de noviembre, a consensuar, todas los patriotas acompañemos a nuestros paisanos gomeros en una manifestación por la descolonización e independencia de Canarias por las calles de San Sebastián.

* Mulagua, Agana, Ipalan y Orone, cantones gomeros que algún autor ha identificado con Hermigua, Vallehermoso, San Sebastián y Arure

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