martes, 4 de diciembre de 2012

¿AQUÍ EN ESPAÑA?



¿AQUÍ EN ESPAÑA?

Movimiento UPC


Canarias no tiene nada que ver con España ni geográfica, ni geológicamente. Lo mismo podemos afirmar con respecto a la climatología, la zoología o la botánica. Canarias se ubica en el noroeste del continente africano, del que nos separan 95 kilómetros, a marea llena porque a marea vacía son menos, distancia medida desde Gran Tarajal, en Fuerteventura, hasta cabo Jubi, en el Sahara.

Desde el punto de vista geológico Canarias es un archipiélago de origen volcánico, como demostró hace ya muchísimos años el eminente geólogo Don Telesforo Bravo, en contra de la opinión de algunos científicos extranjeros que sostenían la existencia de “un puente” por lo menos entre el continente africano y las islas de Fuerteventura y Lanzarote, intentando explicar el hallazgo de algunos fósiles de origen continental, como por ejemplo las huevos de avestruz. Recientemente se han hallado nuevos fósiles en Lanzarote cuyo origen sigue siendo un enigma.

El último periodo glacial empezó hace unos 100.000 años y finalizó hace 10.000 años. Se conoce como glaciación würmiense y una vez finalizada comenzaron a derretirse los casquetes polares, lo que originó un aumento del nivel del mar de 120 metros.
Teniendo en cuenta que la profundidad máxima de La Bocaina,  el brazo de mar que separa Lanzarote de Fuerteventura, es de 30 metros, llegamos a la conclusión de que tanto estas islas, como la isla de Lobos y el denominado archipiélago Chinijo estaban unidos, formando una sola isla, bautizada por el palentólogo canario García-Talavera como Mahan en honor al valiente héroe majorero del mismo nombre por su resistencia y rebeldía contra los piratas normandos. La isla tenía cerca de  300 km de longitud y una superficie superior a los 5.000 km2 y probablemente se trata de La Atlántida de Platón, que la describió con un error conceptual, dado que La Atlántida, en este caso, no se hundió, sino que fue el mar el que subió su nivel, cubriendo una superficie importante de La Atlántida, separando Lanzarote de Fuerteventura, así como Lobos, La Graciosa, Montaña Clara, Alegranza y hasta los Roques del Este y del Oeste.

Canarias está situada a 28º y 29º norte del Ecuador, próximas al trópico de Cáncer, lo que en teoría daría lugar a un clima caluroso, que se modera por los vientos que soplan de las altas presiones de los dos hemisferios a las bajas presiones ecuatoriales. Se trata de los vientos alisios, cuya intensidad depende del denominado anticiclón de las Azores y es directamente proporcional a la distancia entre el anticiclón y Canarias, distancia que varía entre el invierno y el verano. En verano el anticiclón se aleja de Canarias y los alisios vienen cargados de humedad al permanecer más tiempo en contacto con el mar. Los alisios presentan dos componentes, superior (por encima de los 1.500 metros, que originan altas temperaturas y aire seco) e inferior (hasta 1.500 metros de altitud, con temperatuas más suaves y aire húmedo), dando lugar por lo tanto a una inversión térmica. El segundo componente climatológico de Canarias viene determinado por la corriente fría de Canarias procedente del Golfo de Méjico y es fría porque los alisios retiran las aguas marinas superficiales hacia el Oeste (hacia el Océano Atlántico) y en consecuencia ascienden las aguas frías de las profundidades. El tercer componente climatológico canario viene determinado por el siroco procedente del continente africano, que origina la calima.

El clima junto con el relieve han originado una de las floras más exóticas del mundo, destacando los pisos de vegetación en las islas de mayor altitud, que incluyen el tabaibal-cardonal, el fayal-brezal, el bosque de laurisilva, el pinar y las leguminosas de alta montaña, dando lugar a ecosistemas únicos a nivel mundial, que han despertado el interés de Canarias en la comunidad científica internacional desde la antigüedad, interés que sigue siendo más actual que nunca si cabe.
 Otro tanto cabe decir de la fauna. Canarias es una de las cuatro zonas del planeta elegida por los cetáceos, en cuyas aguas viven hasta 30 especies, algunas de ellas en peligro de extinción, más ahora con la autorización de las prospecciones petrolíferas a Repsol, la mayor empresa española por facturación, presidida por el Sr. Brufau, cuyo salario fue de 7,8 millones de euros en 2011, poseedor de un contrato blindado de tres anualidades y una anualidad más si no se compromete en el plazo de un año, después de haber finalizado su relación contractual, con una empresa rival.

Es difícil encontrar en todo el planeta un área de mayor biodiversidad que la descrita para Canarias, cuya característica más destacada es el gran número de endemismos, que son especies autóctonas y por lo tanto específicas de aquí, de Canarias. Estos datos son conocidos desde hace mucho tiempo, siendo fácil el acceso a los mismos, divulgados en los medios de comunicación masiva así como en las revistas especializadas, fundamentalmente de rango internacional, estudiándose también en las instituciones académicas, por lo que resulta bochornoso oír decir, incluso a algunos profesores, no todos, dicho sea en honor a la verdad, cuando se refieren a Canarias “Aquí, en España”.

De forma interesada el colonialismo español, en ocasiones de forma subliminal y en otras no tanto, oculta y tergiversa la realidad canaria. No hace tanto tiempo situaban a Canarias en los informativos-desinformativos en un recuadrito junto con las islas Baleares y hubo incluso un pleno del Congreso en el que se acordó “desplazar” el archipiélago al sur de Portugal, en otro insulto más a la inteligencia de los ciudadanos.

Con esa comunidad de mercaderes denominada actualmente Unión Europea la situación informativa no sólo no ha mejorado sino todo lo contrario: ahora nos sitúan junto con todas las colonias que, además de España, poseen otros países, como Martinica, La Reunión, Azores, Madeira, etc.

Esta falta de rigor se extiende a la propia denominación de España, a la que se refieren con aquello de “La Península”, como si sólo existiera una y no fueran penínsulas las de Jandía en Fuerteventura, Anaga en Tenerife, Italia o el Yucatán, por cierto nombre impuesto también por el colonialismo español, pues cuando comenzó la ocupación mejicana y se produjo el encuentro de los españoles con los nativos preguntaron los primeros, para confeccionar un mapa de la zona “¿Cómo se llama esto?”, a lo que contestaron los interpelados “Yucatán”, que quiere decir “No te entiendo”, lo cual era bastante lógico, pues los forasteros al servicio del colonialismo acababan de arribar y no habían tenido tiempo de imponer, por la fuerza de las armas, su idioma, como ocurrió posteriormente.

Eso sucedió hace más de 600 años, pues la negra y triste historia del colonialismo tiene un amplio recorrido y cuando menos resulta esperpéntico que el esquema se siga reproduciendo fielmente en la actualidad. Canarias no es España, sino una colonia española que es muy distinto. Lo que se pide tanto a la administración colonial como a la canaria a su servicio es fácil de entender y consiste en hablar con propiedad y corrección






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