domingo, 14 de abril de 2019

LA SOMBRA 3(NARRATIVA)


LA SOMBRA 3(NARRATIVA)
DUNIA SANCHEZ PADRON
Estoy delirando, no puede ser, todo se vuelve blanco…muy blanco. Paredes blancas, sábanas blancas, silencio blanco. Todo es limpieza y miro a mi derredor y solo logro alcanzar una ventana donde la luz que penetra incide en mis ojos. Intento incorporarme pero mis manos están atadas al hierro de esta cama. Sí, estoy en una cama donde el olor no se distingue. Parece que me recupero, pero si no mal recuerdo me hallaba en una choza de techos de plásticos y más plásticos, pero si no mal recuerdo había parido un niño, una niña no sé, pero si no mal recuerdo la deje en alguna puerta para salvar su vida, pero si no mal recuerdo volví bajo a mi cueva. Ahora estoy aquí, en un lugar donde la nitidez es evidente, alguien abre la puerta y entra con bata blanca.
María hospitalizada, la han traído en el chillar incesante de una sirena. Alguien ha seguido sus huellas y la ha encontrado. Ella, en medio del caos no se ha dado cuenta. María observa todo y se siente en paz, una paz inundando su respiración que es rítmica, pausada. María no entiende que la hayan amarrado y deja de hacer el esfuerzo por desquitarse de esas cuerdas. María es mirada por un médico de blanco, por una enfermera de blanco y tras ellos alguien vestido de calle. María cavila más allá de su reconditez, aunque, perezosa de razonar , sabe a lo que han venido. ¿Qué será de ti? Ah, pobre desgraciada. Escucha María un sentido que la hace desdichada. ¡Qué será de mi¡ Y María espera a que ellos hablen, el médico de blanco, la enfermera de blanco, el vestido de calle. Has infringido la ley María, le dice el médico de blanco. Sí , la has infringido dice la enfermera de blanco y tras ellos el vestido de calle. Irás a la cárcel, no hay otra solución. No tienes nada, tu vida te ha llevado a esto, al final entre rejas. Y no te culpo a ti María, ¿María, es tu nombre? Veinte años María…veinte años entre rejas, no hay otra, no tienes nada. Me pongo en su situación María y la comprendo. No, no llore. El comisario quiere hablar con usted, quiere saber lo que sucedió. Sabemos que aún está muy frágil María, ¿puedo llamarla así? Aunque aquí todos imaginamos la situación, su vida por…Pero dígame por qué no pidió ayuda antes, usted tendría que saber que estaba embarazada. Me va decir que existen fuerzas mayores a su estado. Me va decir que lo ignoraba. Me va decir que se lo impedían. Me va decir que creía que todo sería distinto, que todo cambiaría. No, María, el humano cuando es engullido por la maldad lo sigue siendo. Le da igual todo, incluso su muerte María ¿Quiere decirme algo? Sus ojos están repletos de incomprensión,  de un sin saber el por qué de su destino. La cárcel María, ha dejado abandonado un bebe. Veinte años María. Ya el mañana dirá, no quiero hacerle daño más de él que le han hecho. Pero María no huiste cuando debías de huir, de ese chulo lleno de hipocresía. No me pregunte por él. No sabemos nada, estará con otra. Usted es lo único que nos importa ahora. La hemos encontrado en una chabola con un charco de sangre a su alrededor. No diremos quien no los dijo. Pero fíjese usted, recién a dada luz y andando sin orientación en esta ciudad ante la mirada de los que pasaban al lado suyo. No, no se dio cuenta en su razón eclipsada en esos instantes.  María deja de mirarlos , guía sus ojos hacia el techo. Un recorrido maligno, desagradable, incómodo es imagen de toda su vida hasta ahora. Cierra los ojos y se siente cansada. María, sabe de este camino arduo que le espera, un camino que no sabe si será peor o mejor que la otra vida que llevaba. María pierde el control y llora y llora ¿Qué va ser de ti María?....CONTINUARÁ
LA SOMBRA, 4(NARRATIVA)
DUNIA SANCHEZ PADRON
Me dicen que el niño ha muerto ¡No¡ Yo lo oí llorar y llorar. Me dicen que la imprudencias de la vida se pagan ¡Si¡ Pero mi vida vertiginosa no tiene nada que ver con él ¡No¡ Yo lo oí llorar y llorar. Me siento hastiada, me siento herida, me siento rabiosa, me siento descender en un abismo donde mi vientre se encoge, se engarrota, se asoma a un precipicio de tumba. Me dicen que el niño ha muerto, me lo reiteran una y otra vez. Y yo le digo ¡No¡ Yo lo oí llorar y llorar ¡Mi vida¡ ¡Mi vida, ay¡ involucrada en las miserables manos de la droga, en las manos tétricas, demoniacas de la prostitución ¡No¡ no me quieren decir la verdad, me dicen que el niño ha muerto. Yo no tengo la culpa ¡No¡ no soy culpable ¡Sí¡ si soy culpable. La duda se encara a mí y un muro de ortigas me balancea al vacío. Vacío vientre, vacía existencia. Yo lo oí llorar y llorar. No, no me escuchan. Solo dicen sin mirarme a los ojos que ha muerto. Mis ojos, vagos, febriles, petrificados, cansados. Y no me mira, yo quiero que me mire ¡Míreme mujer¡ La mentira absorbe la verdad, la mentira hace una tapia de enredaderas punzantes donde no tiene cabida los ojos frente a otros ojos. Yo lo deje en una puerta ¡Sí¡ un hospital. A lo mejor es este, pero mujer ¡míreme¡ No me niegue la verdad. Y estaba vivo, yo lo oí llorar y llorar. No se marche, al menos desáteme las manos. No voy a escapar ¿para qué? No hay salida en mi vida. No tengo nada, ni a nadie. ¡No¡ no se vaya. Solo quiero escucharla ¿qué va a ser de él? No me entiende, yo soy la madre. Sí, la madre aunque ahora no lo pueda ver, aunque no lo pueda acariciar, aunque no me quiera decir nada ¡No comprende¡ ¡No¡ no me diga más que está muerto ¡Vírese¡ ¡Deténgase¡ ¡Dígame, por muy puta que sea tengo derecho a saber¡ ¡No’¡, no me entiende, usted es la única que me puede ayudar antes…Ya sabe, antes que ingrese a prisión. Solo quiero saber si está bien, solo eso. Está muerto, son las únicas palabras que revela. Yo no le voy hacer daño, compréndame. Solo soy una desgraciada de la vida. No tome prejuicios falsos de porqué soy lo que soy. Póngase en mi lugar , un hijo, el abandono, la dejadez, la droga y todo lo que se mueve a su alrededor cuando solo hay hambre, ¡mucha hambre¡ ¡No¡ no soy culpable ¡Sí¡ si soy culpable. No puedo más, deme un vaso de agua, la fatiga me arrebata el aliento. María pálida. María vencida. María rajada pero a la vez inconclusa. La enfermera le trae un vaso de agua pero no la mira. No quiere mirar el dolor, no quiere mirar la miseria humana, no quiere mirar la pena reventando a María…CONTINUARÁ

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