COCAÍNA Y TRÁFICO SEXUAL EN LA CONTRARREVOLUCIÓN CUBANA
L.
ALBERTO RODRÍGUEZ
En
el año 2006, el diario Free Republic reveló los nexos del senador demócrata de
origen cubano, Robert “Bob” Menéndez con Manuel Alberto “Manny” Díaz, alcalde
de Miami de 2001 a 2009, quien fue arrestado y condenado entre 1996y 1997 por
tráfico de cocaína, y que luego, en 1999, fue inhabilitado como abogado por mal
uso del dinero de sus clientes y otras infracciones. Toda una ficha. Pero esto
no impidió que, el también cubano-estadounidense –conocido como “el primer
emigrante de La Habana en gobernar la capital de Florida”--, pagara a su amigo demócrata
más de 4 mil dólares de financiamiento para su campaña al Senado en 2006. La
relación no es coyuntural. Ambos personajes comparten una amistad desde 1970 y
fundaron un despacho de abogados en Union City. Esta es, pues, la radiografía
criminal de uno de los principales promotores de la contrarrevolución cubana.
Esos que buscan llevar democracia, su versión corrupta y delincuencial de
democracia, a Cuba.
Manny
Díaz fue uno de los abogados que se ofrecieron a ayudar a la parte familiar de
Elián González, aquel niño que en el año 2000 quiso ser convertido en carne de
cañón por parte de la contra-cubana, al ser sacado ilegalmente de Cuba por
parte de su madre en un viraje de tráfico de personas hacia la Florida donde
esta murió junto con otros balseros, y habiendo sobrevivido, finalmente
devuelto a su padre en la isla. Díaz es el mismo que fue sentenciado por
colaborar con uno de sus clientes para vender 50 kilos de cocaína
provenientes de Colombia con valor de 2 millones de dólares, por lo que pagó dos
años de condena en una prisión federal. Díaz es el mismo que, en 1999, fue
inhabilitado por la Corte Suprema por robar dinero de sus clientes para pagar
deudas personales y familiares, según hallazgos de la Oficina del Procurador de
Ética, la cual también descubrió documentos bancarios falsos.
En
el 2001, Manny Díaz salió de prisión, y enseguida recibió ayuda de su viejo
amigo Bob Menéndez, quien lo incorporó a trabajar en una organización sin fines
de lucro basada en el distrito del senador, la North Hudson Community Action
Corp., distinguida por ser apoyada por el político. No obstante, la campaña del
demócrata negó tal colaboración. Así, habiendo pagado su castigo y luego de ser
restituido en sus derechos electorales, Díaz pagó a Menéndez 4 mil 200 dólares
en apoyo a su candidatura entre abril y junio de 2005, reveló Free Republic,
quien calificó la donación como “una pequeña suma de una cuenta que suma 7
millones”.
Pero
Menéndez marcó cierta distancia de su viejo amigo. El mismo Diaz reconoció
entonces: “No socializamos, pero lo admiro”. No obstante, la asociación de
estos personajes no sorprendió a los rivales al senado del demócrata. La
entonces vocera republicana Jill Hazelbaker declaró que eso era “más de lo
mismo de Bob Menendez (…) “las últimas revelaciones se suman a una larga lista
de malas decisiones”.
Pero
la carrera, digamos, irregular, de Bob Menéndez no paró ahí. El senador por New
Jersey se convirtió en un político acusado de explotación sexual, infidelidad,
tráfico de influencias, uso de prestanombres, fraude del Medicare y corrupción
en casos que se extienden hasta República Dominicana.
Apenas
en enero del año 2013, el periódico digital TheDailyCaller informó que el FBI
inició investigaciones en agosto de 2012 contra Bob Menéndez por su presunta
participación en la trata sexual de menores de hasta 16 años de edad, en un
resort de lujo de siete mil hectáreas en República Dominicana llamada Casa de
Campo, gracias a los favores de un amigo suyo y otro prestigioso donante de sus
campañas como Manny Díaz, un oftalmólogo de la Florida de nombre SalomonMengel,
de quien habría usado un avión privado para sus viajes a aquel país sin
declararlo, lo cual viola las reglas de financiamiento de campañas políticas de
Estados Unidos.
El
informe de TheDailyCaller incluye varias notas donde se da cuenta de la
participación de Menéndez en la trata sexual de menores de edad en Dominicana,
incluyendo una investigación de CREW donde la organización anti corrupción
alerta sobre los “habitos sexuales” del senador cubanoamericano, en un trabajo
que fue recopilado por medios como ABC News o ThePhiladelphiaInquirer. De
hecho, el director ejecutivo del Comité Nacional Senatorial Republicano, Rob
Jesmer, reconoció que las actividades de Bob Menendez merecerían un análisis
del Comité de Eitca del Senado, sobre todo, luego de la recopilación de
testimonios de dos de las presuntas participantes en las orgías por las cuales
el político habría ofrecido pagar entre 100 y 500 dólares.
El
escándalo mereció en enero de 2013 una redada del FBI a una clínica de
SalomonMengel en West Palm Beach, Florida para recopilar pruebas del caso que
lo señalan como responsable de suministrar viajes gratuitos y menores de edad víctimas de explotación sexual
a su viejo amigo Bob, además de perseguir evidencia sobre un caso de fraude al
programa federal Medicare, en casos que fueron cubiertos hasta por el diario
Miami Herald, aliado de la contra-cubana a la cual Menendez pertenece junto a
su par, el senador republicano, Marco Rubio.
En
el mismo año 2013, The New York Times dio cuenta de las presiones ejercidas por
Bob Menendez hacia el Departamento de Estado y Comercio del Gobierno
estadounidense, para que se obligara a cumplir un lucrativo contrato de una
empresa de su benefactor, SalomonMengel para brindar seguridad portuaria a la
República Dominicana, a pesar que empresarios y autoridades de ese país
alertaron que el oftalmólogo no tiene experiencia alguna en el ramo. El
prestigioso diario llamó la atención sobre que en dicha operación está involucrado
el ex subsecretario adjunto de Defensa para Asuntos Interamericanos durante la
administración Clinton y alto asesor legislativo del senador y amigo suyo por
al menos 20 años, Pedro Pablo Permuy, hijo de Jesús Permuy, líder de la
organización anexionista Junta Patriótica Cubana , conformada por socios del
terrorista Luis Posada Carriles, líder moral de Menendez, Rubio y toda la
contra-cubana, autor de la explosión en pleno vuelo de un avión de Cubana de
Aviación ocurrido en 1976 que mató a 73 personas.
No
conforme, en junio de 2013, los periódicos New York Post y el británico Daily
Mail informaron que Bob Menéndez sostuvo encuentros sexuales extramaritales en
el año 2007 con la editora puertorriqueña, Cecilia Reynolds, casada con un
hombre llamado Matt Reynolds. La información publicada se basa en fotografías
de la pareja desnuda entregadas al medio por un “informante anónimo” y detalla
que estas citas ocurrieron ni más ni menos que en una casa de playa propiedad
del ex gobernador de la isla, Anibal Acevedo Vila, por cierto, quien ya ha sido
investigado por el Gobierno de Estados Unidos por cargos criminales imputados a
irregularidades en sus finanzas electorales.
Todo
esto confirma lo que Hazelbaker dijo sobre Menendez en 2006. El enlistado corrupto
del cubano-estadunidense es largo. El problema es para la ciudadanía de New
Jersey con sendo representante. Pero hay qué ver también que esta clase de
personajes son los que convencieron a Donald Trump de revivir la hostilidad
contra Cuba. Sin duda todos unos ejemplos de derechos y democracia, ¿no?
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