CUESTA PENSAR QUE TÚ TAMBIÉN...
ELISA BENI
El empresario del porno Torbe en una imagen
de la web torbe.es
Hoy voy a usar mi artículo para hablar con muchos de los hombres que me
leéis. Pido por tanto que aquellos que no se sientan concernidos, no
interpreten que estoy generalizando. Quiero deciros esto porque es muy sencillo
leer las noticias y escandalizarse de los comportamientos de seres indignos que
usan a las mujeres como esclavas sexuales para lucrarse. Es sencillo llevarse
las manos a la cabeza cuando uno lee el pacato relato que se ha publicado de
las actividades de Torbe. Digo pacato porque estoy segura de que
habrá páginas mucho más crudas en ese sumario. Es fácil decir eso y seguir con
vuestra vida. A fin de cuentas, eso no tiene nada que ver con el rato en el que
pilléis el ordenador para ir a vuestra página de porno favorita para elegir
como en un supermercado la variedad que ese día preferís para masturbaros. Se
que la mayoría pensáis que esos “productos” tienen su origen en una “industria”
en la que participan “trabajadoras y trabajadores” que libremente eligen
ganarse la vida así.
Y puede que eso se vea afianzado cuando de vez en cuando se entrevista a
unapornostar que os reafirma en tal pensamiento. Es más duro
reparar en que es seguro que vosotros también habéis obtenido placer a través
de mujeres que han sido reducidas a esclavas sexuales. Es imposible que no
hayáis visto, entre esas decenas, centenas o miles de videos que consumís,
alguno en el que la mujer o las mujeres que participaban eran tratadas. Es
estadísticamente imposible y además lo sabéis. Cada vez más se ha ido
abandonando el gusto por las películas en las que actores “representan”. El
gusto ahora está en el llamado por la industria “sexo amateur” y vosotros, que
sois inteligentes, tendréis que convenir que es imposible que exista tal número
de mujeres dispuestas a someterse a determinadas prácticas voluntariamente y
por placer. Si fuera así, habríais topado con varias ya en vuestra vida. Por
pura estadística. No haría falta buscarlas en determinadas páginas.
Torbe, ahora en prisión provisional, ha campado a sus anchas mucho tiempo
por ahí fuera. Era un personaje para muchos. Alguno de vosotros conoce sus
célebres bukkakes. El bukkake español. Para los lectores y las lectoras que
desconozcan que es esto, consiste básicamente en un grupo grande de hombres que
introducen sus penes en la boca de una mujer hasta casi asfixiarla, eyaculan
sobre su cara y su cuerpo, la humillan e insultan y se masturban en grupo sobre
ella. A veces, también la penetran. Antes de escribir este artículo he visto
uno. El bukkake “mas guarro” de Torbe. Y estoy llorando. La joven es una
extranjera que no habla ni entiende. Por eso la obligan a repetir determinadas
cosas mientras la humillan. No comprendo como nadie puede excitarse viendo esa
cara. ¡Mirad sus caras! Luego hablamos, si os parece, sobre por qué queréis
creer que una mujer aceptaría voluntaria y libremente someterse a tal suerte de
vejaciones y de molestias físicas sin obtener ella ningún placer. No hay ni un
sólo acto susceptible de producir placer a una mujer. Y vosotras, lectoras, si
tenéis estómago tenéis que ver una de esas obras magnas de Torbe para entender
de que hablo. Torbe los publicitaba y los hombres podían acudir gratis a
practicarlos a cambio de consentir que se exhibieran. Vedlos también. Ved a
esos individuos.
Queridos lectores -sólo los que en vuestro fuero interno os sepáis
concernidos- si consumís, vais a provocar que esto siga así. Si en esa carrera
por buscar nuevas emociones -a fin de cuentas el porno anestesia de alguna forma
y termina por no hacer efecto- vais a hacer que la industria del porno continue
con esa loca carrera hacia los límites del ser humano. Porque las mujeres son,
no lo olvidéis, seres humanos y no un conjunto de tres agujeros con los que
complaceros. Esa carrera sólo podrá resolverse ya con seres forzados a aceptar
lo que nadie aceptaría sólo para obtener algo que venderos.
Sobre la exclusiva de los futbolistas, ya es sabido que a mi el fútbol no
me dice nada, tengo también una perspectiva que ofrecer. No voy a entrar en si
hubo delito o no. Me voy a quedar con el hecho de que unos tíos jóvenes,
forrados de pasta, rodeados de mujeres bellísimas y que podrían ligar lo que
quisieran con sólo chascar los dedos entran en contacto con este degenerado.
Eso está constatado. Y que por medio de él obtienen sexo, también. Vamos a
preguntarnos por qué lo harían. Vamos a preguntar qué buscarían que con todos
los ases de la manga en la mano no podrían encontrar por ahí. Incluso acudiendo
a la prostitución convencional. ¿Qué es lo que Torbe ofertaba de novedoso? La
respuesta a estas preguntas me lleva a una última reflexión sobre el daño
cierto que el acceso al porno más bestial de forma masiva desde edades muy
tempranas ha producido ya en las generaciones nacidas a partir de los ochenta.
Esos que habían visto casi de todo antes de tener su primera experiencia real.
Esos que van buscando los límites porque indirectamente les han dicho que hay
que probarlo todo y que siempre hay un límite más que transgredir. En la rueda
de prensa de Amanda Miller lo dejó bien claro: esos que se han creído que las
performance de la industria del porno son el sexo real.
Así que tenemos ciertas cuestiones sociales sobre las que tenemos que
reflexionar. No por moralina, desde luego, sino porque creo que todo eso no nos
acerca a la solución de los problemas de género sino que los complica. Estoy
plenamente convencida de que en muchos de esos videos se conculcan directamente
los Derechos Humanos. Convendría que los partidos, sobre todo los de izquierda,
lo tomaran en consideración. Y vosotros, queridos lectores, sólo los que os
sintáis concernidos, también. Gracias.
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