FERNÁNDEZ DÍAZ Y EL PP
A LO AL CAPONE
LUIS
GONZALO SEGURA
Jorge Fernández
Díaz representa el fracaso de la Transición y de nuestra sociedad. Si alguno
tenía todavía alguna duda sobre la verosimilitud de las historias que dibujan
un postfranquismo ejemplar, en el que Juan Carlos I es el salvador y la
democracia el sistema de gobierno, solo tiene que prestar atención al ministro
del Interior. Un ministro que nos recuerda que el Franquismo 3.0 ha carcomido
nuestra sociedad y que insiste, una y otra vez, en su irrefrenable y alocada
carrera por convertirse en un Al Capone de tantos.
Como habría hecho
Al Capone nombró director de la Guardia Civil a Arturo Fernández Mesa, más
conocido como El Estirao o Cuco. El Estirao, como relata magníficamente Aníbal Malvar,
formaba parte de “patrullas de inspiración paramilitar destinadas a amedrentar
a sindicalistas y demócratas con palos, cadenas y pistolas. Los llamaban los
cadeneros y se daban cita las noches del lunes en los patios del colegio Tirso
de Molina antes de salir a patrullar”. De alguna forma había que premiar esas
sudorosas noches en las que cuatro o cinco encapuchados asaltaban a un
demócrata, le arrinconaban en un callejón y le molían a palos hasta que solo
dejaban un cuerpo quebrado y un alma atemorizada. Igual que el ascenso de Al
Capone suponía la promoción de sus matones, el éxito de Fernández Díaz
significó el de Cuco.
Captura de pantalla
2016-06-22 a las 11.19.14
Como habría hecho
Al Capone colocó a todos aquellos afines a su ideología en los puestos
relevantes de la Policía Nacional y la Guardia Civil. Dado que Fernández Díaz
es un ultraconservador, el requisito más importante para ascender era y es ser
fiel asistente de la misa de los domingos y tener el alma tan corrompida como
los secuaces de Al. El proceso fue tan sucio que hoy la justicia lo investiga.
Como habría hecho
Al Capone conspiró con el jefe de la Oficina Antifraude catalana para destruir
políticamente o de cualquier forma a los representantes de los partidos
independentistas. Estas conversaciones, en magnífica exclusiva del diario
Público, son las mismas que habría mantenido Al con sus secuaces para intentar
eliminar a aquellos que se oponían a él. Y como aconteció con Al, que gran
parte de los medios de comunicación, los periodistas y los políticos eran suyos
de una forma u otra, hoy los que gobiernan callan y gran parte de los medios de
comunicación y los periodistas no se sienten culpable de la propia existencia
de Fernández Díaz como ministro del Interior. Fernández Díaz no habría sido
posible sin muchos de ellos, porque la gran evolución de estos personajes es
que ya no hace falta controlar a políticos, ahora la política es un territorio
idílico para la delincuencia gracias en gran medida a los Cebrianes de turno.
Como habría hecho
Al Capone y su organización, el PP se financió de forma ilegal, se espiaron
entre ellos, destruyeron discos duros, influyeron en los jueces o fiscales,
controlaron los cuerpos policiales, intimidaron a los sindicalistas (AUGC o
SUP), periodistas o a aquellos contrarios a ellos. Si es innegable que
Fernández Díaz y El Estirao habrían podido ser altos cargos de Franco, cada día
es más evidente que si Al Capone hubiera nacido español y en nuestra época
habría pertenecido al PP.
España es un
entramado mafioso controlado por muchos Al Capones (tanto del PP como del
PSOE), hasta el punto de tener un Estado que también ha organizado un grupo
terrorista con el que asesinar ciudadanos. Lamentablemente, solo podemos
presumir de una diferencia: ni Fernández Díaz ni todos los secuaces que han
estado en el poder irán a la cárcel como Al Capone. Y si van, será para una
breve y cómoda estancia. Ojalá me equivoque.
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