“UNA
ARGENTINA
VIOLENTA”
POR EDUARDO SANGUINETTI,
FILÓSOFO
Una
sensación de violencia muy concreta se siente en Argentina. Se palpa y es
latente, desde hace un par de meses, fecha en que asumió Mauricio Macri la
presidencia de la República Argentina…se siente esa violencia, ¿se dan cuenta
estimados lectores?… se siente la agresión, la justicia ausente, la desazón, la
contaminación real y metafórica, la falta de libertad de expresión, la
represión a los que piensan diferente y sumo también a los que piensan…
pareciera que la consigna es: “no pensar”. Solo aceptar sumisos, los mandatos
de quienes dictan en Argentina, aún en desmedro de millones de seres, que
soportan estoicamente este tránsito de desmesura y esclavitud siglo XXI.
Acusar,
calificar, agredir, difamar, culpabilizar, dictaminar, decretar y expulsar,
marcan la tendencia de comportamiento de los “neo-salvadores de una Patria para
pocos”… Un tanto confundido, escéptico, pero consciente en intuición: han
existido pactos a espaldas del pueblo. De otro modo no se concibe tanta
impunidad de la plutocracia que manipula el destino de Argentina.
No
sé, te juro Argentina, que no sé… y por eso escribo estas líneas nutridas de
desconcierto, sabiendo que todo es falible, confuso y cuestionable… como
también, indemostrable, pero ¿es necesario demostrar los atropellos que se
están llevando a cabo en desmedro de los derechos humanos?… la desmesura y
caprichos, devenidos en los barrocos devaneos discursivos, de funcionarios de
todas las áreas que conforman el gobierno de Macri… el ex-candidato de la
unidad y del compromiso con una comunidad.
El
“malestar de la legítima inteligencia”, debería ser muy concreto y en acto de
resistir, manifestándose con argumentos sólidos y precisos, el estado de las
cosas en que se debate el pueblo argentino, condenado a un futuro calculado de
sumisión, bajo la pesada bota del neoliberalismo en acto de eliminar valores
esenciales de existencia en igualdad y fraternidad, en libertad y verdad.
Hoy
se impone hablar francamente, sin dobleces. Sentir, pensar y decir, es la
consigna. Mantener la lucidez, no desesperar y soportar con dignidad este
tiempo de transición, sin dejarse llevar por la embestida del aparato represor
del capitalismo que, repito, triunfó hoy sin dudas en esta aldea global, con su
política de exterminio de todo lo maravilloso que tenía la vida en términos de
naturalidad y principios éticos de relación… Ej.: ¿se puede concebir que el
actor Leonardo Di Caprio (ganador sin dudarlo del próximo Oscar al mejor actor,
pues hizo muy bien los deberes para la industria del cine), sea embajador del
cambio climático, “embajador de la paz”, de un país que se destaca por destruir
sistemáticamente el medio ambiente, interpósita mediación de la ONU?
Es
preciso desobedecer dentro del marco que nos ofrece el orden natural ante el
“estado de cosas”, por el que intentamos transitar nuestra existencia, tan al
margen de un sistema necrótico y disfuncional, solo para negociadores de vidas
humanas, comisionistas, represores, mentirosos y farsantes… pero toda una clase
media, mediocre y estúpida, pareciera participar de estas ceremonias fúnebres.
Considerar que el estado actual de las cosas es el único viable y posible, que
el punto al que ha llegado la Historia es el que aparentemente la comunidad
adormecida esperaba, deseaba y anhelaba.
El
milenio nos ha enseñado que todo es fugaz, hasta el ‘nunca más’. El crimen
contra el hombre siempre es un crimen perpetrado por el hombre. Todo es viable
en el espacio de la aventura humana, en el orden de la bestialidad, que como
nunca se desencadenó y sin miras de cambiar su rumbo. A menos que todos, en un
preciso instante, resistiendo, actuemos en sintonía simultáneamente en todas
partes contra el mundo del libre mercado y de sus operadores.
Vivimos
en una Argentina en situación de riesgo, con las defensas bajas, un estado de
cosas perfecto para que este sistema “totalitario” se haya instalado, trayendo
consigo todo tipo de signos de tiempos de dictaduras, asimilado a nostalgias de
disciplina o de obsesión de diferencia: la puerta abierta a fundamentalismos,
racismos, academicismos y mesianismos camuflados de progreso… y con la
frecuencia en que se repiten los actos de vida y muerte según transcurren los
siglos, pareciera que los básicos, los nostálgicos de inquisiciones, los
creyentes por impotencia y cobardía, tienden a dominar, esclavizar, proyectando
sus miserias y deseos de sojuzgar…
Tengan
presente que el enemigo es inmortal, se replica en funcionarios de todas las
especies y colores… incluso, se instala en el que parece ser disidente al
régimen reinante, me remito a funcionarios y farándula. Hoy asimilados al
gobierno de Macri o en simulada oposición… Ah!, no existe una democracia
capitalista, es una alegoría al delirio, están divorciados desde siempre…
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